51° Soy tuya, idiota

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Arabella

Dos meses después.

Dos meses... dos meses llenos de mimos y antojitos complacidos por mi marido. Como dijo Akem, al día siguiente de haber llegado a Rusia, fuimos al consultorio de la doctora para confirmar lo del tatuaje. La doctora Sokolova aclaro cada una de sus dudas, pero para que el idiota este mas tranquilo, recomendó ir a control una semana después de habérmelo hecho y así ver si cicatriza de buena manera.

Unos de los mejores tatuadores de Rusia se encarga de los de la Bratva. La mujer del Boss tiene dos opciones para el tatuaje; uno es la luna en cuarto menguante con una víbora alrededor y el otro una corona entrelazada con una rosa. Ambos son lindos pero no son de mi agrado.

— ¿Cuál eliges, pequeña? — pregunta Akem viendo los dos modelos — Te vas a ver mas hermosa con cualquiera.

Pido un momento a solas con él y el tatuador se retira. — Ninguno de los dos quiero llevarlo en mi cuerpo. — frunce el ceño — Quiero algo original. ¿Se puede?

— Lo que la Dama de la mafia pida, se hará realidad. — sus labios se unen con los míos.

Unos minutos más tarde le doy la idea al chico y este empieza a trabajar en el diseño. Me encanta que mi idiota me complazca en todo. Si lo quiero, lo tengo. Cuando el diseño ya está culminado quedó maravillada; la mitad del tatuaje es el rostro de una leona de ojos azules y la otra parte una carabela.

— La leona representa mi fortaleza, valentía y liderazgo. Un león no ataca si no está en peligro, pero a sus enemigos se los come vivos. — sonrío — La carabela representa mi otra faceta, una más letal y espiritual, porque me le burlé a la muerte en la cara y no sabes como me diverti.

Akem sonríe maravillado y orgulloso por el tatuaje que quiero representar para la Bratva. En ningún momento el Boss se ha quitado de mi lado, es más, presiento el temor del pobre chico al tenerlo cerca; en la parte derecha superior de mi espalda se está llevando a cabo el modelo que escogí. Siempre oí lo que dolía realizarlo, pero esto duele de puta madre. Siento como mis venas se prensan al contraer el pinchazo de la aguja. Mi brazo derecho lo siento entumecido por la posición en la que se encontraba. Le colocan su debido plástico y me levanto de la silla de las torturas.

Akem elige lo que representa ser el del Boss. Una carabela donde por el ojo izquierdo sale una serpiente y en su cabeza lleva una corona con sus iniciales. Mientras que a él lo tatúan, habla por el móvil sobre negocios del extranjero; todo lo que a mi me dolió en horas, él habla como si estuviera haciendo cualquier cosa pero menos un maldito tatuaje. El diseño se sitúa en su brazo derecho.

¡Y que brazo!

Me muerdo el labio inferior descaradamente. Mientras estoy sentada frente a él y el chico está de espalda, me abro de piernas en el asiento haciendo que Akem trague saliva con dificultad, no llevo ninguna prenda interior ahí abajo. Los ojos se le ponen un gris más intenso haciéndome abrir la boca pero ahogo el jadeo.

La manzana de Adán le sube y le baja con irregularidad; sonrío internamente al ver como lo pongo. Acaricio mis piernas hasta llegar a mis muslos internos, Akem forma un puño en su mano como método de relajación, cosa que no consigue.

Me divierte mucho jugar con él de esta manera por lo que con mi mano disponible acaricio mis senos sobre la tela de mi blusa. La mirada de Akem me está excitando tanto que no me importa que el chico esté ahí presenciando esto. Más rápido de lo que me imagine, el modelo del diseño queda grabado en su piel. Ansío que el tatuador ya se vaya para poder follar como conejo con mi marido, pero eso no ocurre. Mi idiota se abre la camisa y este le desinfecta la zona del lado izquierdo del pecho donde se encuentra el corazón.

FUEGO +18  [2] ✓ [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora