39° Debilidades

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"Si no aprendes a controlar tus debilidades te joden toda la vida. Oir, ver y callar así los destruirás"

Gaby Gonzalez.

Akem

Su cuerpo se desplomó en el suelo brotando de su nariz sangre carmesí, Sebastian me cubre mientras que la levanto llevándola a la parte trasera de la camioneta, necesito que la saquen de aquí. Una bala roza por mi cara impactado en el vidrio de la ventana la cual no se rompe por estar blindada; se ve tan frágil y sumisa que hace que los nervios se instalen en mi.

—¡Así te quería encontrar Akem Ivanov, acorralado! — gritan a mis espaldas — Devuelveme a mi hermana.

Me giro esbozando una sonrisa con sorna, Leonardo Duarte se quita la máscara que le cubría la cara mostrando en su mirada odio puro. Ambos nos apuntamos con las armas dejando silencio a nuestro alrededor, su tropa sabe que si me disparan mis hombres arrasaran con ellos y los de la organización se imaginan que si disparo una bala me enterraran en mi cerebro. Toda la masacre que estaba en nuestro contorno pausa quedando ambos en el centro con el arma apuntando en la cabeza de cada uno.

— ¡No te lo voy a volver a repetir...! — advierte entre los dientes.

— ¡Tu no eres quien para darme ordenes, imbécil. Estas en mi zona, en mi país enfrentandote con unos de los mafiosos más peligrosos de Europa, asi que bajale el tonito porque no sabes las ganas que tengo de darte como cena a mis rottweiler!

Su cara se torna roja por el cabreo. — Devuelveme a mi hermana malnacido, te puedes quedar con esos bastardos que llaman hijos. — una bala de mi arma es impactada en su pie haciéndolo gritar de dolor.

— Me asquea que mis hijos tengan tu sangre pero lamentablemente es la misma que tiene mi mujer, mis hijos no son ningunos bastardos, proklyatyy. — disparo en su muslo. Uno de la tropa me apunta pero este cae al suelo al Raul dejar escapar varias municiones de la metralleta, Leonardo les hace una señal para que no disparen — Arabella ya es una mujer que puede tomar sus propias decisiones, y aunque te duela... — sonrio — me eligió a mí. Así que anda a tu casa a llorarle a mami porque esta misión jamás se te dará, ejecutarme; esto solo lo haces por ti para saciar todo ese odio que le tienes a mi apellido pero a esos niños que acabas de llamar bastardos tienen la tuya y la mía juntas.

"Proklyatyy: Maldito"

Me volteo para subirme en la camioneta pero antes de cerrar la puerta doy una orden. — Acaben con ellos menos con mi cuñadito, a él le tengo preparado otra cosa. Así que se lo llevan a las cloacas de la mansión.

Los voyeviki asienten matando a toda la tropa. Sebastián conduce hacia la estancia mientras llama para que Franco esté esperando y pueda revisar a Arabella sin ningún peligro. Ella sigue inconsciente con la cabeza apoyada en mis piernas, el sangrado ha parado pero eso no hace que esté quieto. En menos de diez minutos la verja de la residencia se abre dándonos acceso a ella, en la puerta principal espera Franco junto a mi madre. Bajo de la camioneta con mi pequeña en brazos llevándola hasta nuestra habitación, coloco su cuerpo lentamente en la cama.

Franco empieza a checar con una linterna sus ojos, noto como frunce el ceño al ver las pequeñas bolsas de las ojeras. Levanta un poco su cabeza revisando sus fosas nasales limpiando con un algodón y algún componente.

— Al revisar sus ojos percibí que no tiene ningún daño cerebral, por lo tanto sus pupilas están del mismo tamaño e igual dilatación. El sangrado por la nariz puede ser ocasionado por estrés, las personas epilépticas es normal que tengan sangrado nasal y más cuando algo o alguien los abruma. No está desmayada ni nada, solo está en un sueño profundo por la impresión, máximo en cuatro horas puede despertar ahora hay que dejarla descansar. — arregla la cabellera de ella en la almohada, deposita un beso en su frente y me deja con ella y mi madre.

FUEGO +18  [2] ✓ [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora