Arabella
-Es que muñeca tú también, ¿Cómo se te ocurre salir encuerada? -me reprende Franco.
-No lo hice intencional ¿okey?. Pensé que solamente estaba con él, además tenía aún los tragos encima así que no me reclames - digo mientras mastico un rico cupcakes-. Pero igual me siento culpable de la muerte de ese hombre.
-Estás en todo lo correcto catire -dice Jane de repente-. Disculpa que me entrometa pero Akem es capaz de eso y mucho más por usted - agarra la jarra de zumo de naranja de la nevera y lo vierte en un vaso.
Me acaba de decir lo que ya sé.
Sonrío para no ser descortés. Al mirar a Franco noto como la observa, babea prácticamente por ella, sus ojos color verdes se iluminan; creo que hasta corazones sobresalen en sus iris. Jane se da cuenta y le guiña un ojo antes de salir de la cocina.
¿Qué acaba de pasar?.
Su mente queda en otro lado, absorto en sus propios pensamientos. Tengo siete años conociendo a Franco y nunca lo había visto así por una chica, si me ha comentado con las que había salido en las pocas ocasiones que nuestra profesión nos permite, es más, él follaba mayormente con las enfermeras y jamás lo vi tan interesado en alguna como acabo de presenciar. Aunque Jane no sea de mi total agrado no significa que esté ciega. Tiene un buen cuerpo, busto voluminoso, culo operado pero se le ve bien. Simpática de cara, ojos azules intensos pero no como los míos y una melena muy parecida a la mía. Un sonoro suspiro se escapa de sus pulmones lentamente.
-¿No es hermosa? -pregunta aún con la vista ida-. Me enamoré a primera vista -mis ojos se abren drásticamente, mi mirada se encuentra con la suya. La de él como un adolescente enamorado y la mía de total sorpresa.
-Enhorabuena -digo sin más -¿A ti no te gustaba la niñera de mis hijos, Jimena? -indago curiosa.
-Jimena es una chica muy linda de bellos sentimientos pero me gusta como una amiga. Además esa es la chica del tío Valentín -sube y baja las cejas-. Pero con Jane es distinto muñeca, la conocí en Francia cuando un día Akem la mandó a llevar unos papeles y como me dejaste a cargo yo los recibí. Recibí el flechazo de Cupido al verla, ambos nos quedamos varios minutos en silencio con la respiración agitada, fue algo nuevo para mí.
Dejé de escuchar cuando dijo que Akem mandó unos papeles. ¿Qué papeles? ¿Para qué?.
-Franco. Ehhh, ¿Qué papeles? -pregunto en un susurro.
-Mejor que te lo diga él muñeca -sonríe -. Tengo una llamada que realizar, te quiero - besa mi frente antes de dejarme sola.
Desde lo ocurrido esta mañana no he visto a Akem. No lo vi salir por lo que me imagino que está en el despacho, dudo si ir o no pero la curiosidad puede más que yo. Me levanto del asiento y con pasos tímidos me acerco a la puerta, escucho el balbuceo de un niño pequeño, la imagen de mis hijos aparece en mis pensamientos.
¿Están aquí?.
Abro la puerta de par en par y allí lo veo con una gran sonrisa mostrandola en la pantalla de su laptop. Levanta la mirada a mi dirección, me escanea de pies a cabeza y continúa en lo suyo. Me molesta un poco su indiferencia pero aún así me encamino hasta su sitio, la sonrisa es contagiada hacia mí al ver a mis dos traviesos jugando en su cuarto de juego. Saskia le quita la cabeza a las muñecas y Kaem juega con dos cochecitos haciendo el simulacro de que hay una persecución 《tan normal en ellos》. Dos lágrimas se escapan de mis ojos, durar casi dos meses sin verlos me partía el alma, todos los días me preguntaba ¿Los volveré a ver?. Nunca le he tenido miedo a la muerte pero ahora tengo dos razones por las cuales luchar, proteger, mimar, matar si es necesario. Ese dúo dinamita es una bomba de relojería por la cual estoy dispuesta a explotar; Kaem ve hacia la cámara reconociéndome en el acto, muestra esos pequeños y apenas algunos dientes. Deja sus coches de lado y gatea hacia la pantalla, coge el móvil por donde nos estamos comunicando presionando todo para ver si puede llegar a nosotros por un portal.
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FUEGO +18 [2] ✓ [Borrador]
AléatoireFuego: Segundo libro de la trilogía "Entre el fuego y el Infierno". Luego de que Akem Ivanov perdiera al amor de su vida y a sus dos hijos; prefirió irse a vivir a Francia para no estar en el mismo aire que ocurrió lo sucedido. Desde allí se convirt...