FUEGO +18 [2] ✓ [Borrador]

43° Luna de miel en familia

Arabella

México / Riviera Maya

El lujoso yate Ivanov color negro se pasea por las aguas cristalinas de Mexico. Sabía que Akem me sorprendería pero no me imaginaba a que magnitud; nuestros hijos juegan en la piscina interna del yate.

Quisimos tener una luna de miel en familia.

Compartir como marido y mujer junto a nuestros hijos me pareció una maravillosa idea manifestada por mi idiota. Con una copa de champagne en la mano me deleito con el paisaje, el sol calienta mis mejillas colocándolas rojizas, el cielo es tan azul que me recuerda a los ojos de Kaem. Respiro paz, pura tranquilidad lo que definitivamente necesitaba.

Las manos de Akem se posan en mi vientre acariciando mi abdomen. Su manera de tocarme es sobreprotectora, más de lo normal.

- ¿Ocurre algo? - me giro quedando mi espalda tocando la baranda y él acorralandome con sus fuertes y musculosos brazos - Estas raro, idiota. - Se quita sus lentes de sol dejándome impactada con sus ojos grises tan intensos, pareciera que dentro de él hay una tormenta la cual no pretende terminar jamás.

Una sonrisa ladeada aparece en sus divinos y carnosos labios haciéndome flaquear un poco. - Pequeña, cada cosa de ti lo sé. Conozco perfectamente tu cuerpo, tu organismo y sé que el periodo no ha llegado a ti desde hace un mes y medio.

Sus ojos se iluminan con ilusión al reirme ingenua. Un nuevo integrante a la familia es lo que más deseo pero no me quiero ilusionar, tengo miedo en hacerme una prueba de embarazo y salga negativo. Tengo a dos preciosos hijos que me llenan completamente, los amo con toda la locura que habita en mi y es eterna; se que me idiota quiere vivir una experiencia completa con los nueves meses del embarazo y todo lo que sigue pero quizas aun esa dicha no ha llegado nuevamente. Una cosa es que no tengas planeado a un bebe y otra muy distinta es que te lo arrebaten sin tu consentimiento.

Ese angelito que vivía en mis entrañas era lo único bonito en medio de la tempestad.

- Akem no nos ilusionemos aun, por favor. Disfrutemos nuestras vacaciones con los niños y nuestra linda y dulce mascota. - Akem rueda los ojos al escuchar lo ultimo, me traje a tormenta porque esta muy chiquito y además su compañía me agrada.

Resopla indignado colocandose nuevamente los lentes. - No entiendo porque te hice caso para traer a esa cosa tan fea que tu llamas perro.

Niego con la cabeza pero no le presto atención. Durante estas tres semanas he visto como le da de comer antes de irse a la empresa, pero el es muy orgulloso para reconocerlo.

Quito el pareo que cubre mi cintura y le entrego la copa a Akem para adentrarme en la piscina con mis hijos. A ellos les encanta tanto el agua que he estado pensando en inscribirlos en natación para bebés. Saskia sacude sus piecitos para llegar a mi con su flotador de flamenco, Kaem observa embobado como las luces de las lamparas acuaticas cambian de color haciendo que la piscina parezca... encantada.

Mi hija balbucea pero realmente no entiendo nada asi que le lleno de besos esos cachetes tan gorditos. Lo único que dice es mamá y papá solo lo dijo una vez; en cambio Kaem es más fluido con algunas palabras, más que todo con sus juguetes de dinosaurios.

Escucho una fuerte discusión en uno de los yates vecinos. El grito de una mujer me pone sobre aviso, sin más tomo a mis hijos y los llevo a la cabina; desde alli puedo apreciar a una chica morena cabello negro con la nariz ensangrentada. Se nota como ella nada hasta nuestro yate en busca de refugio. Dejo a los niños jugando con sus respectivos juguetes y salgo de la cabina.

Akem le apunta con su arma exasperado, ella le pide que la ayude pero él no hace el amago de cooperar. Corro hacia su dirección y aparto su mano con la cual apuntaba. Le facilito las escaleras y ella sube apresurada. Entiendo que Akem no confía en nadie y más cuando en el yate solo estamos los cuatro en familia, los voyevikis se quedaron en el muelle.