21° Detrás de las máscaras

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Akem

Todo ser tiene una debilidad y la mía es Arabella con los mellizos, me jode que con ella rompa la coraza que siempre llevo puesta pero a su lado siento que tenemos un escudo invisible que lamentablemente estamos destruyendo. Ver su cara inflamada y morada hace que yo mismo me odie, prometí protección, no lo cumplí; juré que no dejaría que le pusieran una mano encima y en un momento lleno de celos lo hice.

Sus preciosos ojos dilatados por las lágrimas que se aproximaban en salir hizo que algo en mí se removiera, ella dice que no es fuerte y está completamente equivocada. Resistió a un primer impacto de bala, en las primeras semanas de gestación salió ilesa de mí droga; peleó con sus propias manos en medio de un supermercado, sin anestesia se saturó la herida que le hizo el hijo de puta de Santiago. Se aferró a proteger a nuestros primogénitos por la alerta de principios de aborto, enfrentó a su hermano para darme mi lugar; confió en mi con los ojos cerrados para complacerme con mi fetiche, desafió hasta a la mismísima muerte y se le burló en la cara porque es ella quien elige cuando se va de este mundo. Es una diosa de pies a cabeza, una total guerrera, todos piensan que la pueden dominar y pisotear pero Arabella es como un tsunami viene por lo bajito y ataca con todo.

Ella es como un Escorpión si pica te deja hecho polvo.

Subo las escaleras para ir a la habitación de mi pequeña, en el transcurso del camino escucho el llanto de mi mujer que proviene de la alcoba de Chiara, toco y sin más entro. Se dirige hacia a mi como alma que lleva el diablo, me planta dos cachetadas y luego la colombiana. Arabella me mira con odio y asco.

- Atrévete a quitarme a mis hijos y te mato, me desgraciaré la vida pero no te lo permitiré Akem. Las cartas están sobre la mesa tú eliges como quieres jugar y si tengo que incluirte a la lista de mis enemigos te haré la vida imposible. - Dice entre lágrimas.

- Principessa tenemos que hablar seriamente - se quita las lágrimas con brusqueda - pero mis hijos por lo menos tienen que llevar mi apellido.

- Te estoy dando la oportunidad de que quites la estúpida idea de tu mente de alejarme de los mellizos porque no sabes lo que una madre haría por sus hijos - réplica.

De un momento a otro se desvanece en mis brazos, su cuerpo comienza a sacudirse descontroladamente, una baba espesa y blanca sale de su boca. Con todo movimiento la levanto para llevarla a la cama de Chiara; cojo todas las almohadas y la sitúo de bajo de sus pies para que la oxigenación le suba a la cabeza, busco algo que tenga un olor penetrante por lo que agarro una loción de la colombiana, la destapo y la acerco hasta su nariz. Miro el reloj de mi muñeca izquierda la convulsión duró dos minutos con quince segundos eso no es para nada recomendable, al cabo de unos minutos ella recobra la conciencia. Su mirada está perdida, examina todo a su alrededor trantando de ubicarse.

- Mi pequeña perdóname todo esto es culpa mía - le agarro la mano - si es necesario ir a terapia lo hago mil veces solo por ti, por tenerte a mí lado. - beso su dorso y saco del bosillo el frasco con su nuevo medicamento - cuando llegaste a casa esto te lo iba a entregar pero una cosa llevó a la otra y aquí estamos. Prometí una semana y la elabore antes para ti - sonríe - lo inventé por varios motivos.

- ¿Cuáles? - dice en voz baja.

- Porque eres la mejor historia que la vida me pudo escribir, porque eres la mujer que coloca mi mundo a patas arribas, porque eres la mujer que me saca de mis casillas y hace que cometa locuras; porque eres la madre de mis hijos y de los futuros también. - le guiño un ojo - Porque eres mi diosa, mi principessa, la mujer de vida y el día que no te tenga aquí se desatará una guerra.

Le coloco el frasco en sus suaves, delicadas y pequeñas manos. Soy el mejor farmacéutico de Europa mi diosa se curará más rápido de lo que piensa; Chiara le da un vaso de agua natural, destapa el pote y saca una pastilla color azul como el de sus ojos. Ella entendió perfectamente el mensaje porque al verla un brillo en en el mar de su mirada apareció, se la toma con la respectiva agua, se recuesta de la cama con más comodidad. Ella tiene que digerir una diaria, se queda observando el nombre del frasco con una ceja enarcada.

FUEGO +18  [2] ✓ [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora