FUEGO +18 [2] ✓ [Borrador]

38° ¿Un día normal?

Fabrizio

Italia/ Venecia.

Los clanes italianos me tienen temor porque saben que cuando algo se me mete en la cabeza no hay nada en el mundo que me haga desistir. El bombardeo que los rusos nos hicieron provocó una gran destrucción para la pirámide italiana, nuestros hermanos colombianos han perdido la vida cosa que no nos esperabamos; ver como Arabella se iba con él hizo que el amor que le tenia se convirtiera en odio, la negozación siempre ha sido mi fuerte y fue la manera mas sencilla de poder llegar a Valentin D'angelo. Por propias investigaciones me enteré que la madre de Arabella estaba en la semana de la moda en Roma, se que asesinar a su madre la haria pedazos pero el tio es todo para ella y por ese motivo preferi mil veces secuestrarlo a él.

— Signore — capta mi atención un antonegra — el vuelo ya ha sido secuestrado, detuvimos cualquier rastro eliminando el GPS.

"Signore": Señor.

Asiento maravillado con la noticia, Valentin es muy predecible y su debilidad es su hermana y sobrina. Aunque no lo juzgo porque Arabella es la debilidad de todos porque aunque le quiera torcer el cuello doblegandola a mi también la quiero en mi cama con mi apellido siendo la dama de la mafia.

Bianca entra con su cara de poker lanzándome al escritorio una carpeta con múltiples hojas, la agarro y comienzo a leer nutriendome de información. Con que los Ivanov aceptaron ir para la reunión de los acuerdos de territorios.

¡Perfetto!

— No creas que ellos van a venir en son de paz. El ruso no es estupido y debe de saber que tenemos secuestrado al tío de su mujer...

— ¡No es su mujer! no vuelvas a repetir esa vil mentira. — espeto golpeando la mesa.

— ¡Oh claro se me olvidaba! nuestra hermana. — dice irritada — ¡Si no quieres aceptar de una perra vez que con la que tienes una obsesión enfermiza es con nuestra media hermana seguirás mal de la cabeza Fabrizio, dejala ser, vive y deja vivir! — grita histérica — Una cosa es la rivalidad que tenemos como mafia con la Bratva y otra muy distinta es arremeter en contra de ella. Te llenas la boca diciendo que te la follaste pero pregúntate si ella se vino, porque si no ella te follo a ti.

— Me bajas el tonito de voz porque aquí yo soy tu jefe, soy el sottocapo Bianca mientras que tú sólo eres una ficha en el juego de ajedrez. Sabes para que mi padre te entrenó y es para escabullirte en las sombras no para estar dándome ordenes. Si ese maldito ruso aceptó es evidente que es por Valentin no soy imbécil, para eso estás tú para que tengas a nuestros hombres en cada puta parte así sea como un mesonero. — ruedo los ojos — Mañana en Francia a las 21h será la festividad, cada encuentro entre mafias termina como tal es una gala.

— Aún no entiendo cómo pude dar mi vida varias veces por ti, he recibido cortes, disparos y quemaduras sólo por ti, scemo. Soy tu hermana y sabes que unas de las tantas reglas de la pirámide es respetar tu sangre cosa que te la pasas por las bolas, nuestro nonno debe estar revolcandose en su tumba. — argumenta con la voz entrecortada y los ojos cristalizados — Todo lo que sube baja hermanito y la caída duele.

"Scemo": Imbécil.

Sale del despacho dando un portazo, Bianca no es nadie para estar hablándome así; si mi padre la entrenó desde niña en las cloacas para ser una sicaria de renombre fue por algo, pero la envidia le carcome sus entrañas.

Dos horas más tarde espero sentado fumando un puro en la terraza de mi hogar al tío del mio tesoro. Únicamente espero ver a una Arabella a mis pies para liberar a su amado Valentin, esa satisfacción me la voy a llevar hasta el último día de mi vida y no exclusivamente eso así como el ruso se atrevió a llevarse a mi mujer, yo lo haré con gusto. Los pasos resuenan en el pasillo avisando su llegada.