FUEGO +18 [2] ✓ [Borrador]

19° ¿Tiro o apuñalada?

Narrador Omnisciente

Mientras que Arabella tenía sentimientos encontrados por el beso con Fabrizio; Akem estaba en Rusia colocando en su lugar a todos esos vejetes de la bratva, muchos lo tachan como un hombre sin carácter ya que él es más pacífico a la hora de actuar. Esa hermandad está acostumbrada a que los líderes sean sangrientos, arrogantes y prepotentes, que con una sola mala mirada ya seas hombre muerto.

Akem golpeaba la mesa cada vez que unos de los integrantes del comité contradecia sus palabra. Hay miles de reglas en la bratva y una de ellas es reconocer a tus descendientes, ellos son de sangre fría, no les temblaria el pulso para asesinar a unos chiquillos. Él enfurecido se levantó de su asiento, cogió su arma y le disparó en la cabeza a uno de ellos; el espacio se inundó de un silencio escalofriante, un desgarrador llanto abarcó el lugar. La esposa del ya difunto corrió al cuerpo ensangrentado, la ira de Akem navegaba cada poro de su cuerpo.

- Que les quede claro que aquí el que manda soy yo - espetó con rabia - yo no soy como los demás, yo no soy como mi padre; yo soy el maldito boss de la bratva y si quiero que me laman los zapatos, lo harán. - caminaba alrededor de la gran sala - Tengan cuidado con la forma de hablarme porque no miraré para los lados, así como maté al jefe del comité, los mataré a cada uno de ustedes de distintas maneras - sonrió con malicia - le tocan un solo pelo a mis hijos, futuros líderes de esta hermandad o a mi mujer y no vivirán para contarlo.

- Tienen que despojarlo de su puesto - secundó la mujer del difunto con lágrimas en sus ojos - éste maldito infeliz arruinó a una familia, a mí familia. Mi marido solo estaba cumpliendo con las leyes de la bratva, cosa que tú siendo el jefe de los jefes no lograste acatar.

Ella se abalanzó contra Akem, la mujer ha quedado tirada en el suelo por la bofetada que él le ha dado; horrorizada por la mirada tan intensa del boss comenzó a temblar. Él con insuficiencia puso su pie en la mano de ella haciendo que varios de sus huesos se rompieran; gritos llenos de lamentos salía desde su interior.

- A mi me respetas maldita suka. Fui considerado en solo matar a tú marido pero ya le harás compañía en el infierno - le hizo una señal a Sebastián Medina y éste la recogió del suelo llevándola a una habitación llena de mugre.

Todos los presentes lo miraban con terror porque en todos los años que él asumía el puesto del boss nunca se había comportado así; Akem los miró con asco y salió de allí. Se encaminó hasta la habitación donde se encontraba la mujer amarrada y amordazada, en los pensamientos de Akem ya estaba cansado de que lo juzgarán por su manera de actuar respectivo a las venganzas de la bratva, él no era de ejecutar por inercia sino con la mente fría. Ella al percatarse de su presencia empezó a sacudir las manos para ver si podía romperse la cuerda pero era inútil. Sebastián le quitó la mordaza que tenía entre sus labios; suplicaba piedad sin embargo fue ignorada.

- Para ti el mal parido de tú marido era un santo, un hombre ejemplar que no rompía ni un plato; cuando era un violador en serie - argumentó con repulsión y ella se le iba a descolgar la mandíbula - violó a muchas niñas que supuestamente él iba ayudar, se las follaba cuantas veces quería y luego las vendía a tratas de blancas. La bratva podrá ser lo que sea pero jamás unos violadores como tú respetado esposo - dijo con ironía - abusó hasta de tú sobrina que a según la veía como una hija.

- Yo no sabía nada te lo juro - lloraba a moco suelto - por favor no me hagas daño.

- Eres igual o peor que él - le volteó la cara con otra bofetada - no me quieras ver la cara de idiota cuando se que tu eras unas de las primeras que llevaba a esas niñas con esos degenerados - por su boca y nariz corría sangre, Akem se acercó y con un dedo eliminó una gota de esta; la llevó a su boca saboreandola con deleite - no sabes tan mal querida Michell - sonrió - lástima que irás al infierno, espero que el diablo se apiade de ti - se calcajeó.