UN DRAGON EN LA OFICINA.

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ADVERTENCIA!!!
no pago terapia 😭soy pobre
¡Wttp deberías pagarme!
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Espero sus comentarios
❤️
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Un mes después de su despido namjoon y Seri se reunirían con los padres de él, quienes deseaban conocer a la chica que tanto hacía sonreír a su hijo.

Llegaron a la casa de los kim, era modesta y no tenía grandes lujos, pero la calidez que se percibía en todo el lugar le dio tranquilidad a Seri. Ella decidió usar esa noche un vestido blanco de flores rojas, que llegaba hasta los tobillos, ajustado en la cintura con un pequeño cinturón y un escote recto que dejaba ver parte de su tatuaje en el pecho.

—¡madre! ya llegué. —Nam saludo a su mamá después de dejar los zapatos en la entrada.

—hola hijo mio.—salió de la cocina para abrazarlo.

—buenas noches. —Seri saludó nerviosa al tiempo que hacía una reverencia.

—¿hijo es ella?—recorre a Seri con la vista. —es hermosa.

—si madre, te presento a Seri Anderson.

—mucho gusto.

—eres tan linda como te imagine, mi hijo no para de hablar de ti. —le mostró una gran sonrisa.

—mamá, quedamos en que no me ibas a avergonzar.

—adelante sigan, no se van a quedar de pie toda la noche, estoy terminando de preparar la cena, tu padre fue por soju ¿quieres tomar algo Seri?

—no señora, muchas gracias. —Se acercó . —traje un regalo para ustedes. —le entrego una caja negra con letras doradas que decía "raíces de ginseng rojo" y algunas cremas antiedad para la señora kim. —es muy bueno para la salud, espero le guste.

—querida muchas gracias. —enternecio al recibir el obsequio. —gracias por preocuparte por nuestra salud.

Seri observó toda la estancia y enfocó su mirada en una pared donde estaban todos reconocimientos y diplomas de Namjoon, era un genio en matemáticas e idiomas gracias a eso siempre ocupaba los primeros lugares en su escuela.

—sorprendida. —Nam se acercó y la abrazó por la espalda.

—cariño por favor comportate, tu madre puede vernos.

—¿y que? No estamos haciendo nada malo... Todavía... —mordisqueo su oreja.

Seri sonreía y trataba cambiar de tema.
—no sabía que habías sido un cerebrito, no lo parecés.

—siempre fui un estudiante ejemplar por eso mis padres nunca me cuestionaron cuando empecé a tatuarme.

—¿y aún así te atreviste a burlarte de mi cuando estuvimos en el campus? —fingió enojo.

—tu si parecías nerd, yo un cerebrito sexy. —sonrio.

Ambos bromeaban mientras la señora kim los escuchaba reír desde la cocina. su sonrisa alegre dejó entrever la tranquilidad que sentía al escuchar a su hijo feliz.
—ya está lista la comida pueden pasar a la mesa.

En la pequeña mesa rectangular que se extiendia sobre la sala, la señora kim ubicó un gran plato con un humeante y oloroso bibimbap, los colores de los vegetales picados resaltaban en el plato blanco, alrededor estaban pequeños platillos con varios acompañantes como kimchi fermentado, rábano cocido, setas al vapor y otros mas.
En ese instante sonó la cerradura electrónica de la casa y entró el señor kim.
—cariño ya llegue. —dejó el saco que llevaba puesto en el perchero. —hijo, no sabía que habías llegado.