𝐔𝐍 𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋 𝐅𝐄𝐋𝐈𝐙 | ❝ A él le gusta ella, a ella le gusta él, todos los sabemos, excepto ellos. ❞
Sirius Black: Engreido, mujeriego, arrogante, testarudo, casanova, idiota... esas son solo algunas de las palabras con las que Sabrina describ...
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" No es por meterte presión, pero sí no quedas en Slytherin te desheredo. "
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EL BUZON DE la pequeña casa ubicada en medio del Valle de Godric de la familia mágica Johnson, estaba totalmente lleno. En el pequeño buzon rojo, las cartas se encontraban amontonadas y sobresalían algunas, entre ellas, un pequeño sobre con una letras plasmada en tinta verde, llamaba la atención de la pequeña niña que estaba en los columpios de su jardín, sola.
Miraba tan atentamente aquella carta del buzon de su casa que no se dio cuenta que un niño la estaba llamando desde detras de la cerca. La atención de la chica se devió hasta el chico cuando sintió como un chorro de agua la empapaba completamente de pies a cabeza.
Sus ojos se clavaron en el pequeño rubio que reía mientras sostenía una manguera que salía de la casa de al lado, la casa del rubio.
—Voy a matarte Bolton—. Fue lo unico que dijo antes de comenzar a lanzarle agua con la manguera de su casa, comenzando así una gran guerra de agua entre los dos chicos.
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Luego de un rato de correr por todos lados a los gritos mientras se tiraban agua, frenaron para recuperar energía. Ambos se tiraron al cesped de la casa de la chica castaña, boca arriba, parando sus risas poco a poco. Miraron el cielo con unas sonrisas relucientes en sus rostros hasta que el chico se pusó de pie y la castaña se sento.
—Ve a ponerte un traje de baño y nos metemos a la piscina de mi casa —le dijo antes de salir de la propiedad de los Johnson y dirijirse a su casa.
La castaña le hizo caso y luego de tomar sus cosas para la piscina y avisarle a su madre que es lo que haría salió de su casa. Pasó por alado del buzon y divisó la carta de tinta verde. Pensó que sus padres no se darían cuenta si ella la abría para ver el contenido así que así lo hizo. Tomó la carta en sus manos y leyó que estaba dirigida para ella. Se sorprendió pero luego abrió la carta.
Querida señorita, Sabrina Johnson
Tenemos el placer de informarle de que dispone de una plaza en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Por favor, observé la lista del equipo y los libros necesarios. Las clases comienzan el 1 de septiembre. Esperamos su lechuza antes del 31 de julio.
Muy cordialmente, Minerva McGonagall Subdirectora
La chica dio un pequeño saltito por la emoción mientras festejaba. Corrió devuelta a la casa y le mostró la carta a su madre.
—Ya era hora —murmuró su padre mientras leía el diario El Profeta, sentado en la mesada de la cocina—. Ya estaba pensando que no entrarías.
—¡Mason! —lo regañó su esposa.
—Lo siento; no quise decir eso —le dijo su padre a su hija al darse cuenta lo que había dicho.
Sabrina ya estaba acostumbrada a eso, sabía que no lo hacia queriendo y que tampoco pensaba eso verdaderamente pero esa era la naturaleza de su padre.
—No es por meterte preción... —comenzó mientras volvía su vista al diario el cual estaba titulado como El Profeta— pero si no quedas en Slytherin te desheredo.
—¡Mason! —lo volvió a regañar su esposa.
—¿Qué? No me voy a disculpar por eso —se encogió de hombros el hombre.
—No escuches a tu padre. Tú tienes que quedar en Ravenclaw —le dijo su madre sonriendo y su esposo bufó.
La pequeñita dejó la carta en el meson de la cocina para luego salir de la casa nuevamente y dirigirse a la de al lado.
Dio tres toques en la puerta de madera y una señora muy sonriente la recibió. La mujer llevaba un delantal de cocina y tenía una mejilla manchada con arina.
—¡Sabrina! ¿Cómo estás, querida? —La niña abrió la boca para contestar que estaba bien pero la señora volvió a hablar antes de que ella pudiera articular una palabra—. Me alegro. ¿Qué tal tus padres? —Sabrina volvió a abrir la boca para contestar pero nuevamente la señora la interrumpió—. Menos mal. ¿Vienes a ver a Luke? —La chica le iba a contestar que si pero la señora nuevamente le ganó la palabra—. Esta bien. Mi hijo se encuentra en la piscina. ¿Tiene traje de baño? —Sabrina no se gastó en decir que si pues lo llevaba puesto, razón por la que le pareció estupida su pregunta; además, incluso si no lo tuviera puesto, la chica sabía que la señora la iba a interrumpir otra vez.
¿Por qué los muggles son tan acelerados? Se preguntó.
Al ver que la señora la miraba esperando una respuesta la chica habló.
—Lo tengo puesto —contestó obvia pero tratandó de sonar amable; aunque su paciencía se estaba acabando.
—Claro. Que estupida —exclamó.
La mujer se apartó de la puerta para dejar pasar a la pequeña. Al pasar por la cocina de la casa, Sabrina notó un gran desastre en esta, y muchas hojas desparramadas con la receta de un pastel de fresa en la mesa. Se estaba exforsando para poder prepararlo. Si tan solo tuviera un poquito de ayuda de la mágia, tal vez no le sería tan dificil lograrlo, pensó.
La guió hasta el jardín en la parte trasera de la casa donde ya se encontraba Luke nadando en la piscina.
—¿Qué te demoró tanto? —le preguntó viendo como su amiga caminaba en su dirección y metía un pie en la piscina y comenzaba a bajar lentamente las escaleras.
—Me entretuvé charlando con mis padres.
Luego de estar nadando y jugando entre ellos en el agua, un grito los sacó de sus casillas.
Un grito agudo y lleno de temor resonó por todo el vecindario auyentando a algunos pajaros que estaban parados en los arboles.
Los amigos se miraron con temor y salieron corriendo de la piscina para adentrarse en la casa. Entraron mojando todo el lugar hasta que llegaron a la cocina, donde la señora Bolton yacía en el suelo con la respiración entrecortada por el pánico y su esposo, el señor Bolton, estaba en una silla pálido, no parecía querer reaccionar.
—Llamaré a la policía—. Fue lo unico que dijo ante las miradas curiosas de los niños que buscaban respuestas.
