66: Severus Snape

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" Creí que eras distinta

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" Creí que eras distinta. "

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YA HABÍA PASADO una semana desde que habían vuelto al colegio y Sabrina aún llevaba en su boca la hoja de mandrágora. Al principio, la niña trataba de no hablar y de comer poco, pero con el paso de los días comenzó a acostumbrarse y volvió a una vida normal, comiendo todo el tiempo y hablado hasta por los codos. 

Durante esa semana, Sabrina no había visto a los merodeadores. Sin embargo, se encontro a Remus solo en la biblioteca, ella trató de evadirlo, después de todo, ella junto a Sirius, James y Peter, habían acordado no decirle nada al chico de ojos miel hasta que pudieran convertirse. Sabrina sabía que si él no supiera no los dejaría continuar con aquello, precisamente por ello aceptó no contarle, pero aún así no le gustaba mentir, menos a uno de sus amigos, así que trataba de evitarlo a toda costa. Parecía que los otros tres merodeadores también lo evitaban para no tener que mentirle, ya que la gran parte del tiempo se lo veía a Remus solo. Aunque a él no parecía molestarle del todo, si se notaba confuso por el repentino alejamamiento de sus amigos. 

Sabrina tuvo que tomar con rapidez sus cosas y caminar rápidamente hacía la salida, cuando notó que el licantropo tenía intenciones de acercarse a ella. De todas formas, no fue demasiado rápida ya que el chico logró alcanzarla a tiempo, justo antes de que ella pudiera abandonar la biblioteca. Su mano se quedó en la perilla, cuando Remus le habló. 

—Hola, Sabrina, ¿Qué tal las vacaciones? —le preguntó él y los nervios comenzaron a apoderarse de ella. ¿Por qué le preguntaba eso? ¿Sospechaba de algo? ¿Sabía algo?

—Bien, no hice nada. Abslutamente nada. De hecho fue bastante aburrido, ¿Por qué preguntas, Remus? —la chica habló tan rápido que al acabar tuvo que tomar una gran calada de aire para volver a respirar con normalidad. Remus abrió los ojos por la actitud de la niña. 

—Mh, bien... ¿sabes algo de Sirius, Peter y James? No los veo desde hace unas horas. ¿Hablaste con ellos?

—¿Por qué hablaría yo con ellos? Claro que no. 

—Okey —le contesto confuso, alargando la 'e'. 

—Adiós Remus. Debo irme —le dijo ella rapidamente y al ver como el chico abría la boca para decir algo más, salió de la habitación y camino a paso veloz por los pasillos. 

Salió a los jardines a tomar un poco de aire por haber corrido por todas esas escaleras. El lugar estaba vacío. Casi no había estudiantes por el frío que hacía, pero a unos pasos, Sabrina pudo escuchar risas y forcejeos. 

La curiosidad le ganó y terminó acercandose a donde venían los ruidos. 

Detras de un enorme árbol. Los tres merodeadores restantes, molestaban a Severus Snape, quien intentaba irse y alejarse lo más posible de ellos, estando completamente lleno de una sustancia espesa y pegajosa de color rosa. 

James, lo apuntaba con la varita y con un hachizo no pronunciado, el líquido en Snape se volvía en mayor cantidad. Cuando el chico intentaba irse, Sirius lograba retenerlo en su lugar. 

Se notaba que el chico no la estaba pasando para nada bien, por lo que Sabrina no pudo evitar intervenir, al ver como James volvía a puntarlo con su varita para que el líquido se duplicara otra vez, ella levantó la suya y lo apuntó a él. 

—Expeliarmus —murmuró y enseguida, la varita de James se desprendió de sus manos para volar hasta las de Sabrina, quien se acercó a paso veloz hasta donde ellos se encontraban. 

James, Sirius y Peter voltearon a verla, puesto que ellos estaba de espalda. El chico de anteojos le frunció el ceño. Aunque Sabrina no les prestó atenció a ellos, sino que pasó por su lado, sin siquiera mirarlos y se dirigió al slytherin, quien seguía intentando quitarse el líquido rosa que lo cubría. 

Sabrina tomó la varita de James y deshizo el hechizo con rapidez. 

—¿Estas bien, Severus? —cuestionó y el chico mencionado la miró mal, antes de dirigir su vista a los tres merodeadores con disgusto. Se apresuró a tomar sus cosas y se fue del lugar a paso veloz. 

Sabrina, por su parte, miró a los tres niños frente a ella, cruzandose de brazos. 

—Deben dejar de molestarlo. Hablo en serio. 

—Tu no eres nadie para decirnos que hacer —intervinó Sirius. 

Sabrina estuvo a punto de responder, cuando vió por detrás del chico como Regulus ingresaba a los jardines de Hogwarts y caminaba hasta sentarse en el suelo, recargado en un árbol del lugar y tomaba una libreta para comenzar a escribir en ella. 

—Adiós —les dijo rápidamente a los merodeadores y se dirigió a su amigo pelinegro, el cual no había contestado ninguna de su cartas en todo el verano.

—¡Espera! ¿Y mi varita? —gritó James, pero Sabrina lo ignoró. 

—¡Regulus! —le gritó al niño, quien levantó la vista y la observó. Su ceño se frunció levemente y luego se pusó de pie para irse del lugar—. ¡Espera! No te vayas —pidió, llegando hasta donde el chico se encontraba y comenzó a caminar a su lado, aunque Regulus no parecía darle demasiada importancía a su presencía ya que ni siquiera la miraba—. ¿Sigues enojado? Lo siento. No quería mentirte sobre lo del libro. 

—No importa, Sabrina —le contestó él, cortante, sin detener su caminata. 

—Sí, a mi si que me importa. De verdad que lo siento, no debí mentirte. Tienes razón, pero tu estas exagerando, Reg. Por favor, al menos detente —le pidió, tomandolo del brazo para que el chico detuviera sus pasos. 

—Mira, Sabrina. Se que no era tu intención y que no querias hacer nada malo. Lo comprendo —comenzó a decirl, irritado y molesto—. Pero lo hiciste y, tal vez si estoy exagerando, pero me siento traicionado. ¿Está bien? Creeme, creí que eras distinta. No eres la primera Sabrina, no eres la primer que está conmigo para lograr acercarse a Sirius. Fui manipulado por muchas niñas por mi hermano, pero de verdad creí que tu no eras así. No creí que estuvieras conmigo solo por Sirius. Pero veo que sí. Y te perdonó, pero no quiero volver a hablarte, ¿está bien? Si mi hermano no te dio bola, está bien, es una pena, pero intenta llegar a él por otro medio, porque yo no dejaré que me sigas usando. 

Sabrina lo observó. 

Regulus esperaba una respuesta, que se defendiera o que lo negara todo, pero no fue así. En su lugar, recibió un fuerte abrazo, que lo tomó por sorpresa. Tardó en reaccionar, pero cuando lo hizo, correspondió el gesto. 

—Reg, no quería que te sintieras así. Lo siento. Siento que tengas esos sentimientos por mi culpa. Pero te juro, que yo jamás te usaría para llegar a tu hermano. Ni siquiera me cae bien. Te quiero, te quiero mucho y realmente lo siento. 


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〖♡ M I R I D E G R A N G E R ♡〗

𝐔𝐍 𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋 𝐅𝐄𝐋𝐈𝐙 | Sirius Black | © EN PROCESODonde viven las historias. Descúbrelo ahora