39: Slytherin

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" Creo que tienes algo que me pertenece

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" Creo que tienes algo que me pertenece. "

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SABRINA, REGULUS Y Narcissa llegaron riendo fuertemente a las mazmorras de slytherin, frenando su caminata unos pasos antes de la entrada. Juntos compartieron una última carcajada y Regulus hablo, aún divertido.

—¿Vieron la cara que puso? —cuestionó volviendo a reír ante el recuerdo—. Tenemos que haer esto más seguido. Ya entiendo porque a esos cuatro idotas les gusta tanto hacer bromas. 

—Me encantaría repetirlo sí, pero no tenemos suficiente imaginación como para pensar en más bromas, apenas pudimos con esta —le dijo Sabrina, sin apagar la sonrisa de su rostro. 

—Verdad... Pero la cara —volvió a reirse de aquello—. Como me encantaría haberle tomado una fotografía. 

—Yo sí le tome una —agregó Narcissa y ambos la miraron confundidos. 

—¿Qué? —fue una sorpresa para la rubia lo cordinados que estaban Regulus y Sabrina al decir aquello, volteanod a verla al mismo tiempo y con la misma expresión facial. 

—Estaban todos demasiado entretenidos con Sirius pero sí le tomé una foto, miren —La chica sacó de su túnica una imagen recién impresa y con movimiento en el cual se podía ver exaclamente el momento en el que Sirius se exaltaba al notar los cambios de colores en su cabello. 

Los tres volvieron a reir a carcajadas. Estuvieron comentando lo bien que les había salido la broma por un rato, hasta que los estudiantes de slytherin comenzaban a bajar a las mazmorras luego de la cena. Algunos miraban a Sabrina confundidos por la presencia de una gryffindor y otros la miraban de mala forma, pero Narcissa se encargaba de devolverles esa mirada con mayor intencidad. 

Sabrina la observo defenderla de un niño un año mayor que la había insultado por su casa y Sabirna la observó con un brillo en los ojos peculiar y una tierna y sincera sonrisa. Al acabar con el niño, la rubia volvió a lo suyo con sus amigos, pero se quedó mirando el rostro de la chica por unos instantes, confundida. 

Miró para atrás, pensando que tal vez estaba mirando a alguien más, pero se encontró con un gran muro de piedra, así que la volvió a mirar. 

—¿Qué?

—Eres un amor —le dijo simplemente y se lanzó a abrazarla, cerrando los ojos para disfrutar de ese gesto. 

Narcissa se quedó en su lugar quieta, sin hacer absolutamente nada, asa muestra de afecto la había tomado por sorpresa. 

—Sí, si, bueno —dijo la rubia, palmeando la espalda de Sabrina secamente para que se apartara de ella. 

La gryffindor no podía creer como la chica rubia se había ganado su confianza en tan poco tiempo. 

𝐔𝐍 𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋 𝐅𝐄𝐋𝐈𝐙 | Sirius Black | © EN PROCESODonde viven las historias. Descúbrelo ahora