23: Sabrina le cae mal a la rubia

911 88 0
                                    

" Me generas curiosidad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

" Me generas curiosidad. "

˚*✩•°˚*✩•°˚*✩•°˚*✩•°

SABRINA NO HABÍA vuelto a hablar con Sirius Black luego de su encuentro en el tren. La chica aún tenía la curiosidad de saber que fue lo que le dijo, aunque había dejado de darle vueltas al asunto cuando se percató de que probablemente sólo había sido una mala broma del chico para molestarla. 

Su primer semana fue algo abrumadora ya que todos los profesores hicieron un examen de nivelación para saber en que punto de su aprendisaje estaban y que faltaba por aprender. 

Durantes esos días, Sabrina se había juntado sólo con Sophie, Donn y Lucas. Al igual que en el primer año, Luke no se despegaba de Alex ni un segundo, y eso sólo hacía poner de mal humor a Sabrina. Sobre su otro amigo de slytherin, no había tenido el tiempo suficiente como para acercarse a hablarle. Regulus estaba siempre acompañado de aquella rubia de la casa de Salazar que Sabrina ya había visto un par de veces y cuando se daba el momento para que los amigos hablen siempre sucedía algo o alguien los interrumpía. 

En ese momento la chica se encontraba llegando tarde a pociones. 

Bajó las escaleras a toda velocidad y llegó a las mazamorras; allí notó que ya estaban todos los estudiantes dentro del salón. Apenada, tocó la puerta y esperó pacientemente a que la dieran el permiso para entrar. A los pocos segundos, el profesor Slughorn apareció con una sonrisa en el rostro. 

—Ah, joven Sabrina. Me alegra que haya llegado —le dijo el profesor mirando con cariño a su alumna y apartandose levemente para dejarla entrar al salón de clases—. Temía que le hubiera pasado algo en el camino, pero ahora que está aquí, le comentó que estamos comenzando con un trabajo que sumará muchos puntos para su primera nota evaluativa del año. 

Sabrina tomó asiento junto a un chico de su casa que no conocía y sacó su libro de clases. 

—¿Sobre que es el trabajo, profesor? —le preguntó ella para buscar la página indicada. 

—Poción vigorizante. Es un trabajo escrito y en grupos de tres, señorita Johnson. Regulus y Narcissa están solos, puedes sumarte a su grupo. 

Los nombrados levantaron las cabezas de su pergamino para observar a la chica junto al profesor. Narcissa la inspreccionó con la mirada de arriba a abajo, con expresión neutra, como si estuviera definiendo sí era demasiado buena como para sentarse cerca de ella; Sabina tragó en secó al notar su mirada fija en ella. Regulus, por su parte, sonrió feliz y le hizo un lugar a la gryffindor junto a él.

La castaña tomó sus cosas y se fue a sentar junto a su amigo y la rubia junto a él. 

—Profesor —dijo la slytherin levantando la mano para llamar la atención de Sloghorn, quien volteó a verla—. Ella es de gryffindor, y nosotros de slytherin, ¿no le parece a usted más adecuado ponerla con alguien de su casa? —cuestionó con una mueca en el rostro. 

—Joven Narcissa, la consigna era ponerse en grupos de a tres, no decía nada sobre las casas, ¿o sí?

—Pues no, pero... 

—¡Excelente!

Sabrina se sentó y dejó su libro en la mesa para comenzar a trabajar. 

—¿Ya han avanzado con algo?

—No —le soltó la rubia mirandola con cierta arrogancía que confundio a Johnson. 

Con el pasar de los minutos, los tres chicos buscaron información sobre la poción vigorizante. Regulus leía su libro con el entrecejo funcido ya que no encontraba nada acerca de la poción requerida. Narcissa ni siquiera había abierto su libro de clases, y se dedicaba a mirar curiosa a la castaña de gryffindor sentada en su mesa, sin disimular su mirada si quiera. Sabrina, por su parte, trataba de concentrarse en el texto que debía leer, pero se le hacía dificil con la pesada mirada de la rubia. 

La castaña dejó su libro en la mesa luego de unos segundos de frustración y miró a Narcissa, enojada. 

—¿Por qué me miras tanto? —la acusó. 

—Me generas curiosidad —le dijo de manera tan tranquila que Sabrina casi se cae de su silla por la sorpresa; ni siquiera se había exforsado por negarlo. 

—Pues no lo hagas más. 

—¿Por qué no?

—Es molesto. 

Narcissa abrió la boca para decir algo, pero Regulus lo hizó primero. 

—¡Lo encontré! —chilló feliz, saltando en su lugar y ganándose miradas de desconcierto de los demás alumnos presentes. El chico, a pesar de haber estado en el medio de las dos chicas, no había prestado ni una pizca de atención a su corta discución.

—Genial. Dicta y yo escribo —se ofreció la rubia, completamente seria, como de costumbre. 

La poción vigorizante es una poción que proporciona al consumidor una resistencia prolongada. Es de color verde y tiene mal olor. Está preparada con tórax de libélula, alas de hada, caballitos de mar voladores y huevos de doxy —el chico acabó de dictar con una mueca en el rostro—. Que asco. 

—¿Matan caballitos de mar voladores por esta poción de porqueria? —preguntó la rubia con una expresión facial que Sabrina no pudo desifrar. 

—¿Eso es todo lo que dice el libro de la poción vigorizante? —preguntó Sabrina, observando lo corto que había quedado su trabajo. 

—No. También dice: La dosis máxima es de dos frascos. Tiene un olor bastante fétido. 

—¿Eso es todo? ¿No hay más información? —Sabrina parecía desconcertada. 

—Pues en el libro no hay más información. 

La catstaña hizo una mueca y se dedicó a seguir con su investigación. Al otro lado de la habitación podía ver a Sophie con su grupo llenando el tercer pergamino con información: ellos no habían podido llenar ni media carilla. 

Pronto, la clase finalizó y el profesor les informó que tenían hasta la siguiente clase para terminar con la realización del trabajo, por lo que, luego de algunos desacuerdos, los tres chicos, terminaron llegando a que al día siguiente se reunirían en la biblioteca luego de clases para terminar con el trabajo. 

Durante la clase, Sabrina pudo notar lo mal que le caía a la rubia, y el desprecio que le tenía. 

★・・・・・★・・・・・★

〖♡ M I R I D E G R A N G E R ♡〗

𝐔𝐍 𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋 𝐅𝐄𝐋𝐈𝐙 | Sirius Black | © EN PROCESODonde viven las historias. Descúbrelo ahora