𝐔𝐍 𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋 𝐅𝐄𝐋𝐈𝐙 | ❝ A él le gusta ella, a ella le gusta él, todos los sabemos, excepto ellos. ❞
Sirius Black: Engreido, mujeriego, arrogante, testarudo, casanova, idiota... esas son solo algunas de las palabras con las que Sabrina describ...
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" No se si alegrarme porque te acordaste de mi o si enojarme porque no me tuviste en cuenta. "
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TODOS LOS ALUMNOS parecían estar realmente nerviosos. Algunos se acomodaban la ropa y se peinaban levemente mientras en su rostro se asomaba el pánico. Sabrina no sentía miedo, ella no tenía una casa favorita, no le importaba en cual fuera a quedar así que no se sentía para nada nerviosa. La castaña llegó a notar como Luke se ponía pálido y comenzaba a sudar mientras se sus manos temblaban. La chica llegó a él y tomó su temblorosa mano para enredar sus dedos con los del él. El chico la miro y ella se limitó a regalarle una sonrisa reconfortante.
Luke se tranquilizó, pero cuando las enormes puertas del Gran Comedor se abrieron y todas las miradas de los demas estudiantes se posaban en ellos, el chico volvió a temblar; y Sabrina apretó su agarre, brindandole confianza y seguridad; dandóle a entender que ella estaría con el en todo momento.
Los de primer año comenzaron a caminar por entre medio de las mesas, mientras los estudiante de los demas añon conversaban entre ellos y les dedicaban miradas curiosas.
Sabrina observó el cielo y quedó facinada. El techo estaba encantado, así que se podía ver un hermosos cielo despejado lleno de estrellas. La chica le señalo arriba a Luke y el chico llegó a murmurar un "Woah" antes de que la profesora McGonagall tomara la palabra, llamando la atención de todos los alumnos y ganando el silencio en el salón, nuevamente.
Detras de ella, había un pequeño taburete con un sombrero viejo y puntiagudo sobre este.
—Cuando los llame, deberán sentarse en aquel taburete —comenzó, señalando al taburete que Sabrina había contemplado segundos antes—, le pondré el sombrero y esté los seleccionará para sus casas. ¡Evan Rosier!
Un chico alto y flaco cominó de entre la multitud hasta donde se encontraba la profesora McGonagall, se sentó en el pequeño baquito y la profesora le puso el sombrero y luego de unos minutos de espera, este anunció—: ¡Slytherin!
La mesa de la casa de las serpientes estalló en aplausos, recibiendo a su nuevo miembro.
—¡Alex Smellie!
El chico con el que Luke y Sabrina se habían hecho amigos tragó en seco y se acercó al taburete, completamente nervioso y la profesora le puso el sombrero.
Tardo unos segundos más que con Rosier pero al final anunció—: ¡Hufflepuff!
El chico fue muy sonriente hasta su respectiva mesa mientras sus nuevos compañeron le aplaudían.
—¡Donn Miller!
Sabrina comenzó a buscar entre los alumnos hasta que divisó a Donn, caminando lentamente hasta donde estaba la profesora. Había un pequeño escalon que la pequeña y adorable chica no vio, hacieno que trastabillara y cayera al piso, instantaneamente algunas risas por parte de los de primer año unicamente comenzaron a escucharse. Sabrina frunció el ceño y se acercó a la chica y la ayudó a levantarse, observando como su cara estaba tornada un color rojo fuerte.
—No te preocupes —le dijo sonriendole y la chica caminó hasta donde estaba la profesora y se sentó.
La profesora le dijo algo audible unicamente para Donn, Sabrina supusó que se estaba asegurando de que no se haya hecho daño. Luego McGonagall procedió a colocarle el sombrero que al instante gritó:
—¡Hufflepuff!
Era obvio, pensó la castaña.
—¡Regulus Black!
Sabrina le deseó buena suerte y el chico caminó hasta la profesora.
—¡Slytherin!
—¿En que casa quieres quedar? —le preguntó Sabrina a Luke mientras observaban como los alumnos seguían pasando.
—En la que tú estes —contestó en un susurró, ganándose una sonrisa de la chica, la cuál devolvió amablemente.
—¡Sophie Williams!
Sabrina no le estaba dando demaciada importancía a la selección de los demas estudiantes, esperando a que la llamaran a ella, pero se sorprendió cuando la rubia que conoció en el tren caminó hasta la profesora. Su nombre era Sophie.
—¡Gryffindor! —La chica sonrió ampliamente y se fue a sentar a su mesa.
—¡James Avery!
—¡Slytherin!
Sabrina sintió una mirada pesada en su nuca, por lo que volteó bruscamente buscando al dueño de la mirada.
—¡Sabrina Johnson!
No supó a quien pertencía la mirada pues ahora todo la observaban. La chica se quedó quieta durante unos minutos y luego reaccionó. Caminó decididamente hasta el sombrero y se sentó.
—¡Gryffindor!
Anunció y la castaña comenzó a caminar hasta le mesa de los leones, mientras ellos le aplaudían y los prefectos la saludaban abiertamente.
Cuando la chica logró liberarse de los prefectos, se dignó a caminar hasta su mesa, pero al darse vuelta, unos brazos la rodearon antes de que se diera cuenta. Sophie. Le sonrió abiertamente mientras ambas iban a sentarse juntas mientras charlaban.
—Cuando Donn quedó en Hufflepuff perdí la esperanzas de quedar con alguien conocido y luego te recordé.
—No sé si alegrarme porque te acordaste de mi o si enojarme porque no me tuviste en cuenta.
—Luke Bolton.
Instantaneamente, Sabrina dirigió toda su atención hasta el rubio.
—¡Hufflepuff!
Luego de un rato, la selección acabó y el director dio comienzó al banquete, haciendo aparecer un monton de comida deliciosa en las largas mesas.
Durante el banquete, Sbrina, se entretuvo hablan con Sophie y unas chicas que estaban alrededor que de vez en cuando se metían la conversación de la castaña y la rubia; aunque, cuando podía, dirigía su mirada hasta la mesa de Hufflepuff donde se encontraban Luke y Alex hablando como si fueran amigos de toda la vida. La chica se alegró al saber que su amigo no iba a estar del todo solo, al fin y al cabo tenía a Alex que era de una familia de magos muy prestigiosa y podría ayudarlo cuando se encontraran en su sala común a la cual Johnoson no podía entrar.
Luego de una gran cena, los prefectos los guiaron hasta sus salas comúnes. La castaña no se separó de Sophie en ningun momento, hasta que llegaron a sus habitaciones.
Era un pequeño dormitorio con cuatro camas, pero lo suficientemente grande como para hacer una pequeña fiesta, aunque todos estarían muy apretujados. Toda la habitación estaba decorada con los colores escarlata y dorado; mientras que en una esquina de la habitación había un gran escudo de estos colores con un león en medio y debajo estaba escrito con letra grande: GRYFFINDOR.
Al pie de la cama, se encontraban sus baúles y sus pertenencias. A pesar de no ser un cuarto tan espacioso, allí había cuatro escritorios distintos para uso escolar, justo al lado de cada cama. Cada una de las chicas tenía el suyo propio y una porcion del cuarto para cada una. Del otro lado de la cama había una mesa de noche con una pequeña lampara incluida.
Sophie y Sabrina admiraron la habitación emocionadas, para luego caminar a sus camas. Juntas comenzaron a desempacar.
