" Por fin hicieron algo bien mi primo y su grupo de inútiles. "
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EL DÍA HABÍA comenzado con tranquilidad para Sabrina. Bueno, tan normal como podía ser posible teniendo una amiga como Sophie.
La rubia la había despertado con el desayuno en la cama y para sorpresa de Sabrina, también había solicitado al director Dumbledore no asistir a las clases de ese día. El viejo mago se había negado, pero si les había dejado faltar a las primeras clases. Por lo que luego del almuerzo tendrían que volver a su rutina diaria.
Durante el almuerzó, la rubia se había parado en la mesa y había comenzado a cantarle el feliz cumpleaños. El resto de los alumnos presentes no tardaron en seguirle el canto. Sabrina se encogió en su asiento, muerta de la vergüenza, deseando que la tierra la tragara.
Sus padres le habían enviado una caja con un walkman nuevo, puesto que el suyo era bastante viejo.
Al acabar con el almuerzo, ella junto a Luke, Alex, Donn y Sophie caminaron hasta el salón de pociones. La última se negaba a separarse de su amiga la cumplañera.
Al pasar por el castillo algunos estudiantes se detenían a saludarla y felicitarla. Estudiantes que Sabrina no había visto en su vida. Probablemente solo estaban siendo amables con ella. La mitad de los que la saludaron apenas se enteraban que era su cumpleaños por el cantico en el almuerzo liderado por su amiga.
Llego al salón y se sentó en su lugar habitual, Sophie junto a ella.
Entonces, la rubia comenzó a cantar otra vez la canción del feliz cumpleaños, obligando a todos los demás a cantarla también. Sabrina se encogió en su lugar e intentó taparse el rostro, probablemente rojo, con su cabello. Al acabar con el canto, el profesor entró, y se dirigió directo a Sabrina.
—Feliz cumpleaños, señorita Johnson —Sabrina le sonrió—. Espero que la esté pasando felizmente —le deseó.
—Muchas gracias profesor.
—Como regalo de cumpleaños le concederé el privilegio de elegir la poción que prepararemos hoy.
—Oh... mmh, me gustaría trabajar con la poción... la poción doxysida —pidió y algunas protestas se escucharon entre los estudiantes, pero Sabrina las ignoró.
—¡Bien! ¡Ya escucharon a la cumplañera! ¡A trabajar! Ya saben como prepararla, la hicimos la semana pasada —comentó el profesor, caminando hasta su escritorio al principio de la clase donde tenía una pila de pergaminos con trabajos de alumnos por corregir. De tan solo verlo, Sabrina pusó una mueca.
Los estudiantes se movilisaron a gran velocidad y pronto, todos se encontraban amontonados en la pequeña mesa con los ingredientes.
Sabrina se acercó a donde Regulus y Narcissa hablaban entre ellos. El pelinegro parecía feliz, mientras que la prima de este tenía una mueca en el rostro. Sabrina caminó hasta su lugar y se sentó junto a ellos, haciendo que ambos chicos Blacks la observaran. Narcissa cambió su mueca por una sonrisa.
—¡Llego la cumplañera! —exclamó, dandole unas palmaditas en la espalda a la mencionada, quien rió levemente—. Me parece que Williams estás más emocionada por su cumpleaños que la misma cumpleañera —le dijo la rubia con diversió a su primo, olvidado la conversación que estaba teniendo con este tiempo antes de que la gryffindor llegara.
Regulus abrazó a su amiga levemente, riendo por lo dicho por la slytherin.
—Bien, me imagino que haremos el trabajo juntos —habló la chica.
La cara de Narcissa se volvió a contraer y puso una mueca otra vez, mientras que Regulus no apartaba su sonrisa. La rubia rodo los ojos, confundiendo a la chica Johnson.
—Si, nosotros tres y Pansdora —agregó Regulus, sonriendo feliz.
Antes de que Sabrina pudiera preguntar algo, una bonita chica de ravenclaw llegó junto con sus cosas, y tomó asiento en medio de Regulus y Sabrina. Esta tenía unos ojos saltones celestes y un bonito pelo platinado que caía como ondas por su cintura.
—¡Feliz cumpleños, Sabrina! —la felicitó la ravenclaw, una vez que la reconoció.
—Mmm, gracias.
Esta le regaló una amplia sonrisa en respuesta.
—Sabrina, ella es Pnadora, Pandora Lovegood. Es una amiga mía, te caerá muy bien, es muy divertida —le sonrió a la mencionada. Narcissa, a su lado bufó levemente, antes de tomar a Sabrina de la cintura para alejarla un poco de la ravenclaw y acercarla más a ella.
—¿Ya buscaron los ingredientes para la poción? Yo podría ir —dijo la ravenclaw, ignorando la anterior acción y el hecho de que Sabrina no hubiera dicho nada al respecto.
—Yo ya fui por ellos —señaló la castaña, señalando la mesa donde yacían todo lo que necesitarían.
—Claro. Pues comencemos.
—Callate, a ti no te sale —le espetó Narcissa, ganandose una mala mirada de Regulus, la cual ignoro completamente—. ¡Mueva el culo y comiencen a preparar la poción! —gritó ahora ella, sacando de su bolsillo una pequeña lima para arreglarse las uñas, luego de haberse recargado en el respaldo de la silla.
Sabrina rió levemente, abriendo su libro de pociones y buscando la página correcta que necesitarían, con las instrucciones. Y comenzaron con la poción. Durante todo el proceso, Narcissa no movió ni un pelo, aunque eso no era ninguna novedad. Sabrina y Pandora hicieron casi todo el trabajo, puesto que a Regulus se le hacía verdaderamente dificil realizarla con exito. Sin embargo, siempre que podía ayudaba.
El profesor Slughorn estuvo toda la clase corrigiendo trabajos, sin prestarle mucha atención a lo que hacían los estudiantes, pero cuando por fin acabó con todos los pergaminos, se levantó de su asiento y comenzó a pasar por los lugares de cada grupo, haciendo algunas correciones y agregando algunos puntos. Cuando de repente, un gran estruendo salió de unos de los calderos de la fila delantera.
Los dos estudiantes de Hufflepuff a los que pertenecía el caldero, solatron un chillido de sorpresa. El profesor volteó a verlos y se acercó rápidamente a ver que estaba sucediendo o que había hecho mal, pero se sorprendió cuando los niños le dijeron que siguieron todas las instrucciones al pie de la letra. Pero entonces, otro estruendo salió de la poción dentró del mismo calderó, seguido de algunas chispas rojas. Y de repente, dejaron de ser chispas y enormes fuegos artificiales causaron que los estudiantes de la primera fila agacharan la cabeza, pero continuaran viendo el espectaculo.
El profesor había sido levemente salpicado por el líquido de la poción, pero no pareció notarlo, ya que él se encontraba buscando al responsable de los fuegos artificiales, que ahora comenzaban a formar letras.
Sabrina se sorprendio, y abrió los ojos y la boca, impactada. Mientras que Regulus sonreía y Narcissa soltaba una carcajada.
—Por fin hicieron algo bien mi primo su grupo de inútiles —dijo la rubia observando el mensaje que habían creado los fuegos artificiales.
Feliz cumpleaños, bola de pelos.
De tus muy queridos amigos, los merodeadores.
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〖♡ M I R I D E G R A N G E R ♡〗
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𝐔𝐍 𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋 𝐅𝐄𝐋𝐈𝐙 | Sirius Black | © EN PROCESO
Fanfiction𝐔𝐍 𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋 𝐅𝐄𝐋𝐈𝐙 | ❝ A él le gusta ella, a ella le gusta él, todos los sabemos, excepto ellos. ❞ Sirius Black: Engreido, mujeriego, arrogante, testarudo, casanova, idiota... esas son solo algunas de las palabras con las que Sabrina describ...