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" Pequeño Problema Peludo

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" Pequeño Problema Peludo. "

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SABRINA TENÍA SU rostro recargado sobre su mano, de forma aburrida sobre el escritorio que compartía con Narcissa en la clase de transformaciones. La mancionada, estaba dibujando en us cuaderno despreocupadamente, sin prestar nada de atención a la clase. La castaña se asomó un poco para ver lo que estaba escribiendo, no tenía nada más interesante que hacer que ver lo que su amiga rubia anotaba en su cuaderno de clases. 

Una enorme letra L adornaba gran parte de la hoja y alrededor de la letra un montón de corazónes de colores eran esparcidos con desprolijidad. 

—¿Quién es L? —le preguntó Sabrina en un susurró a la Black, haciendo que esta diera un respingo. 

La slytherin abrió la boca para contestarle, pero entonces, algo que dijo la profesora hizo que ambas prestaran atención a esta. 

—... deberán entregarlo la clase que viene —dijo la mujer, dando por finalizada su clase. Ambas amigas se miraron con pánico. 

—¿Cuando es la siguiente clase? —cuestionó Narcissa. 

—Mañana —le contestó ella con un tono más agudo de lo habitual por el terror. 

Narcissa maldijó, comenzando a guardar sus cosas. Algunos estudiantes ya se habían ido pero ellas aún estaban allí. Notaron como Regulus se acercaba a ella con una sonrisa divertida al ver el terror en el rostro de sus amigas. 

—¿Quieren que las ayude a hacer el trabajo? —preguntó él y Narcissa dejó de estar exaltada y aterrorizada para sonreirle apliamente, no sin antes asegurarse de que estaban completamente solos en el salón. 

—¡Merlín! ¡Te adoro! ¡Definitivamente eres mi primo favorito! —exclamó ella, realmente feliz, más de lo necesario, lanzandose sobre el chico con pequeños rulitos para abrazarlo fuertemente. 

—Gracias, Reg —le dijo Sabrina, también aliviada. 

—No, espera —pidió la slytherin, alejandose del cuerpo de su primo—. No se lo des a ella —le dijo a Regulus, quien la miró extrañado, Sabrina ofendida—. Haras que gryffindor sumé puntos. 

—No importa, igual no ganaremos la copa de las casas, no mientras los merodeadores esten aquí —le dijo la chica, levemente amargada por aquello. 

Era cierto, desde que los cuatro amigos entraron al colegio, Gryffindor no había ganado la copa de las casa por todos los puntos que habían hecho perder. 

—Es cierto, no son competencía —le dijo Regulus a la rubia, causando una mueca en la gryffindor. 

Los tres amigos acabaron de guardar sus cosas y salieron de la clase, charlando sobre el trabajo de tarea, aunque se frenaron al ver quienes estaban frente a ellos. Levemente sorprendidos por la presencia de tres gryffindors que al verlos salir del salón habían comenzado a acercarse a ellos. 

𝐔𝐍 𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋 𝐅𝐄𝐋𝐈𝐙 | Sirius Black | © EN PROCESODonde viven las historias. Descúbrelo ahora