𝐔𝐍 𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋 𝐅𝐄𝐋𝐈𝐙 | ❝ A él le gusta ella, a ella le gusta él, todos los sabemos, excepto ellos. ❞
Sirius Black: Engreido, mujeriego, arrogante, testarudo, casanova, idiota... esas son solo algunas de las palabras con las que Sabrina describ...
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" Para la proxima te recomendaría que no te burles de nuestra amiga. "
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SABRINA SALIÓ DEL salón de transformaciones luego de su examen práctico junto a sus amigos. Sophie por fin volvía a hablarles aunque a veces lo hacía recelosa.
-Ok, creo que no me fue tan mal. Es decir, hice todos los encantamientos bien -opinó Luke.
-¿Bien? Te salieron perfectos, Boltom -le exclamó Sophie-. A mi no me salió en la transformación de rata a sapo -dijo ella decaida.
Sabrina había hecho todos los encantamientos correctamente y esperaba aprobar el examén, estaba casi cien porciento segura de que lo haría.
-A mi tampoco me salió ese, pero la profesora me dejo volver a intentarlo y si me salió -dijo Donn encogiendose de hombros.
Los cinco amigos llegaron al Gran Solón que ya estaba abarrotado de estudiantes ambrientos. Buscaron con la mirada a su amigo Lucas que estaba sentado sólo en la mesa de Hufflepuff, guardándoles el lugar a ellos.
Se sentaron junto a él y comenzaron a hablar animadamente como de costumbre.
Sabrina se tuvo que poner de pie para no caer de culo al piso cuando una voz le susurró algo al oído que la hizo sobresaltar.
-Ya estamos listos -le dijo Regulus mirando con reproche a su prima que reía a carcajadas por lo que había causado en su amiga.
La castaña sabía muy bien que se referían a la broma de Sirius y sonrió para si misma, antes de tomar sus cosas ante las miradas confusas de sus amigos. Lucas miraba de malas formas a los dos Slytherins y ellos le devolvían la mirada pero con mayor frialdad.
-Bien -dijo dirigiendose a los dos de la casa de las serpientes y luego volteo hacia sus amigos-. Me voy con ellos, no vemos luego -los saludó con la mano y con una sonrisa de oreja a oreja antes de caminar junto a Regulus y Narcissa a la mesa de Slytherin.
Se sentaron en una zona apartada, pero donde se veía perfectamente la mesa de Gryffindor para poder admirar el espectaculo que pronto se montaría. Los tres amigos de Sirius ya estaban sentados en su lugar habitual, esperando a su amigo.
Pronto la comida apareció y todos los alumnos comenzaron a comer como locos. Regulus, Narcissa y Sabirna se miraron confusos, habían calculado que sería para antes de que apareciera la comida.
-¿Segura que...? -comenzó el pelinegro pero la castaña lo interrumpió.
-Sí -dijo segura con el ceño fruncido-. ¿Donde estas Black? -susurró para si misma.
Sabrina creyó que no aparecería por lo que comenzó a comer decepcionada cuando un montón de risas llenaron el salón.
Narcissa escupió toda su bebida por la risa y Regulus soltó una sonora carcajada, era el que más fuerte reía.
Sabrina dirigió sus ojos a las puertas del salón donde acababa de entrar un Sirius realmente enfadado con todos los pelos parados. La chica creyó que de sus orejas comenzaría a salir humo de lo enojado que se veía.
Ella sonrió victoriosa y orgullosa de si misma, recordando como había causado eso.
Sabrina subió las escaleras que guiaban a la habitación de los chicos ella sola porque ni Regulus ni Narcissa podían entrar a la torre de Gryffindor. No fue difícil encontrar la habitación de los merodeadores ya que había un enorme cartel con sus nombres en la puerta. Sabrina no necesito un alohomora como creía ya que la puerta estaba abierta.
Ella sabía que ninguno de ellos estaría en su habitación a esa hora ya que era el entrenamiento de Quidditch de Gryffindor en el que estaba Potter y sus amigos siempre iban a verlo a la cancha.
Entro y observó todo. Había cuatro camas, al costado de una, un enorme poster del equipo Chudley Cannons de Quidditch colgaba de la pared. Sabrina supo que ese costado era de James Potter. Enfrentada a esa cama, había otra con una mesita de noche al lado repleta de libros y chocolates, era de Remus. Junto a la de Remus otra deshecha y con donas de chocolate encima y muchas migajas, Sabrina la reconoció como la de Peter. Y al lado de la de James, estaba la desordenada cama de Sirius, arriba de la cabecera había un monton de posters arrancados de las revistas pegados de chicas muggles en bikini. Sabrina hizó una mueca.
Fue rápidamente hacia el baño para continuar con lo que tenía que hacer antes de que los cuatro chicos llegaran.
Encontró un gel de pelo que estaba al costado de un shampoo, supo que era el característico gel de pelo de Sirius así que tomó el envase y dejó caer la poción crecepelo que había preparado ella junto a sus amigos unos días atras y la mezclo con el shampoo.
Sonrió ante el recuerdo que sólo había ocurrido unas horas atras.
Las risas se hicieron más fuertes luego de que Sabrina murmurara "crinus muto" con la varita por debajo de la mesa para que nadie la viera encantar el pelo de su compañero de casa. El pelo de Sirius comenzó a cambiar de color como el arcoiris.
Sabrina le dio un codazo a Regulus para que continuara con lo planeado y, al igual que la castaña, él mueve la varita por debajo de la mesa y murmura "colovaria" con una sonrisa en los labios y pronto la cara de su hermano comienza a cambiar de color junto a su pelo.
El chico pega un grito de enfado al otro lado de la sala.
Sabirna se ríe abiertamente del suceso, sintiendo la venganza satisfactoria.
-Miren esto -susurró Narcissa en un susurro para que sólo su amiga y su primo pudieran escucharla-. Levicorpus -murmuró, encantando al chico, sin molestarse en esconder su varita debajo de la mesa ya que los profesores observaban al chico que ahora estaba de cabeza con el pelo y la cara de colores diferentes cada segundo.
Sabirna vio como James Potter deshacía los hechizos, pero el pelo del chico seguía estando parado, y se llevaba a Sirius fuera del salón el cual estallaba en risas y burlas. Remus y Peter fueron detrás de los dos, preocupados.
Narcissa miró con malicia a su primo y a Sabrina.
-Vamos -les dijo, tomandolos de las manos a ambos y arrastrandolos para que caminaran hacia la salida.
-¿Qué? -preguntó ella confundida y aterrada por lo que planeara su amiga rubia.
Pero antes de que pudiara replicar al respecto, los tres ya se encontraban fuera del salón, frente a Sirius.
-Te queda bonito el pelo así, hermanito -se burló Regulus, llamando la atención de los cuatro amigos.
-Para la proxima, te recmendaría que no te burles de nuestra amiga -le dijo Narcissa, abrazando por los hombros a Sabrina.
Los dos slytherins se disponían a irse de allí victoriosos, cuando Sabirna sacó una barra de chocolate de le había robado a Remus de su mesita de noche y mostraba una pulsera de hilo que le había robado a Sirius.
Los cuatro amigos la observaron con los ojos abiertos.
Sabrina les regaló una sonrisa burlona y victoriosa antes de seguir a sus dos amigos.
-Suerte deshaciendo eso -le dijo a Sirius, señalando su pelo.
