𝐔𝐍 𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋 𝐅𝐄𝐋𝐈𝐙 | ❝ A él le gusta ella, a ella le gusta él, todos los sabemos, excepto ellos. ❞
Sirius Black: Engreido, mujeriego, arrogante, testarudo, casanova, idiota... esas son solo algunas de las palabras con las que Sabrina describ...
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ATENCIÓN: Este capítulo contiene mención de drogas/alchool y consumo de los mismos. Leer bajo su propia responsabilidad.
" Yo no lo llamaría soborno, más bien fue llegar a un acuerdo. "
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Al final, luego de una gran discusión, James y Sirius decidieron ir al ver lo esmerados que estaban los niños en que no fueran junto a ellos, y decidieron hacerlo para molestarlos. Sirius y James seguían a Sabrina, mientras que esta seguía a Regulus, que iba liderando el grupo, arrastrando los pies con irritación de tener a los dos gryffindors cerca, guiandolos por las calles.
Andaron en silencio hasta que llegaron a una casa algo pequeña de un vecindario de muggles. Regulue tocó levemente la puerta.
—¿No iríamos a un parque? —cuestionó James, confuso.
—Pues no... y no quiero que ustedes dos hagan ninguna escena, ¿Está claro?
Antes de que los chicos pudieran responderle, la puerta de la casa se abrió, dejando ver a un chico alto, algo encorbado, con un cabello negro largo y su vestimenta del mismo color. El chico observó a los acompañantes de Sabrina y Regulus por unos instantes y luego dirigió su mirada a este último.
—¿No qué solo serías tu y Johnson?
—Hubo un cambio de planes —dijo este, irritado.
—¿Qué haces con Snape? —cuestionó Sirius, levemente sorprendido.
—No te incumbe —le respondió cortante Regulus—. ¿Ya nos vamos?
Snape miró con desagrado a James y Sirius, quienes parecían realmente divertidos con la irritación del chico, antes de caminar hasta un auto estacionado delante de la casa.
—Suban —les dijo.
Regulus se adelantó para poder ir en el asiento del copiloto, sin querer sentarse junto a Sirius y James, dejando a Sabrina justo en medio de ambos.
—¿Es legal que un chico de quince maneje un auto? —cuestionó esta, abrochandose el cinturon.
—Tecnicamente no lo es, pero si nadie se entera, nada llega a ser del todo ilegal.
—Lo que dices no tiene sentido, Quejicus —dijo James, mientras el chico de delante lo miraba por el espejo con mala cara—, como todo lo que dices.
—¿Al menos sabes manejar esta cosa? —volvió a preguntar Sabrina, viendo como el chico de Slytherin tenía intenciones de responderle a Potter, mientras veía como a su vez el auto era encendido.
—Lily lo hace, no debe ser tan dificil.
Eso no dejó tranquila a la rubia, quien se agarró levemente del brazó de Sirius.
