𝐔𝐍 𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋 𝐅𝐄𝐋𝐈𝐙 | ❝ A él le gusta ella, a ella le gusta él, todos los sabemos, excepto ellos. ❞
Sirius Black: Engreido, mujeriego, arrogante, testarudo, casanova, idiota... esas son solo algunas de las palabras con las que Sabrina describ...
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" Parece que tenemos una pequeña nerd entre nosotros. "
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LAS NOTAS DE los examenes finales habían sido entregadas a los alumnos tres semanas después de realizarlos y Sabrina no podía estar más satisfecha con ellas. Se enorgullecía gratamente. Se había sacado notas excelentes, a diferencia de Sophie, quien había reprobado Pociones y Defensa Contras las Artes Oscuras.
Sabrina no podía olvidar aquel momento, en el que salía del gran Comedor con la hoja y para su mala suerte se tuvo que encontrar con los merodeadores.
La castaña atravezó las enormes puertas del comedor con una sonrisa de suficiencia enorme y su pecho en alto. No pudó dar ni cinco pasos fuera del salón que ya se había chocado con alguien. La chica levantó la vista y observó al chico al que había quedado pegada.
Su sonrisa se desbaneció. Sirius Black la sostenía de los brazos para que no cayeran al piso por el pequeño golpe que se habían llevado.
—Deberías de tener más cuidado, Johnson—. La castaña rodó los ojos ante su sonrisa arrogante.
—Tú me chocaste, yo venía caminando tranquila.
Sirius iba a decir algo pero en ese momento James lo agarró del brazo para llevarlo unos pasos más atras. Los gryffindors no habían notado que seguían pegados, lo que hizo que el rubor subiera por las orejas de la castaña. Sirius se burló de su sonrojo.
—¿Qué tiene ahí, bonita? —cuestionó el pelinegro, arrancándole el pergamino con sus notas de las manos.
Sabrina se quedó perpleja. Nunca antes un chico la había llamado bonita, no pudo evitar sonrojarse más. Sirius lo notó.
—No te incumbe —dijo, poniendose en puntitas y tratando de arrebatarle el papel, pero Sirius estiró su brazo, y como él era, respectivamente más alto, Sabrina no pudo alcanzarlo—. Devuelvemelo.
No escuchó.
Él lo hojeo y luego sonrió, para entregarselo a James. El chico también sonrió.
—Parece que tenemos una pequeña nerd entre nosotros —se burló—. Pociones se te da bastante bien, ¿eh, Johnson?
—Devuelvemelo, Potter —ahora se dirigió hasta él para comenzar a saltar e intentar agarrarlo.
James y Sirius no pudieron evitar reirse por la desesperación de la chica.
A sus espaldas, Peter observaba toda la escena divertido, aunque más preocupado por que acabaran ya, para poder ir al Comedor a comer; y Remus rodaba los ojos con cada estupidez que hacian sus amigos.
Al ver que la chica no alcanzaba su hoja, se paro detrás de James y le arrebató el pergamino, ganagndose una mirada desconsertante del chico de anteojos.
