capítulo 34.

501 59 8
                                    

— Gracias por venir, Seungmin-ah

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— Gracias por venir, Seungmin-ah. — lo recibió BangChan con una pequeña sonrisa, levantándose de aquella silla en modo de saludo.

— Hola Chan, no es nada, es bueno verte. — dijo con amabilidad — ¿A qué se debe esto? — tal vez sonó muy directo pero quería escuchar sus razones. A pesar de haberse visto aquella vez en la cafetería e intercambiar números, no se mantuvieron en contacto.

Ambos se sentaron y luego de pedir dos tazas de café, Jeon comenzó a decir lo que tenía planeado.

— Uh... Bueno. — rascó levemente su nuca, no sabiendo cómo empezar realmente — Ah, quizás lo que diga suene estúpido y tal vez lo sea... Pero el punto es que necesitaba contárselo a alguien, hace poco me pasé a una universidad de aquí y no tengo amigos en los que confíe sobre mis sentimientos, estoy viviendo solo en una gran ciudad después de todo. — Seungmin lo miró, escuchando a la vez con atención. — Y quería hablarte sobre que volví a reencontrarme con alguien muy especial. — un brillo destellante se hicieron notorios en los ojos café oscuros de Jeon, junto a una sonrisa genuina y algo nerviosa.

Seungmin sintió un extraño déjà vu. Tal vez solo estaba viendo muchos dramas que pasaban por televisión.

— Y tal vez suene mal, lamento si lo sientes así pero es que él se merece respeto y no puedo planear salidas con otras personas cuando mi corazón si puede pertenecerle a alguien que he extrañado por mucho tiempo. — resopló sintiéndose apenado. — Lamento haberme acercado a ti aquella vez, no suelo comportarme así, mas al verte... quedé fascinado. — esbozó una pequeña sonrisa — Eres muy lindo y pude ver que muy amable también, seré honesto al decirte que pensé que podríamos haber intentado algo, pero no te escribí ni te llamé porque estaba muy ocupado con mis trabajos en la universidad y, cuando pude no sentí las ganas de hacerlo. — suspiró. — Tal vez solo fui impulsivo o hasta... ¿Coqueto? — dijo dudoso y Seungmin soltó pequeñas risitas al notar los nervios de aquel chico.

— Bien, bien, creo que estoy comenzando a entender. — sonrió al ver como el mayor se exasperaba. — No necesitas darme explicaciones Chan. No puedo obligarte a invitarme o iniciar una amistad si no es lo que quieres o no lo crees conveniente. — decía con sutileza ante la fija mirada opuesta.— Después de todo, yo solo esperaba eso también, una amistad. Y no lo sientas, es más, creo que es admirable el hecho de que dejes las cosas claras, aun cuando no había algo de por medio. Veo la calidad de persona que eres y espero que tu chico pueda hacerte feliz.

— Entonces... ¿Amigos? — extendió su mano con duda y Seungmin rió.

— Por supuesto que sí, amigos.

— Gracias en serio gracias, en verdad pensé que todo esto iba a ser absurdo pero tampoco quería mostrarme como alguien grosero, dejando todo inconcluso y sin alguna explicación. Creo que soy alguien raro después de todo.

— Ser raro nos hace únicos. — ambos sonrieron, sintiéndose cómodos con la situación.

Su manera de haberse conocido fue común, ambos unos chicos completamente extraños el uno al otro pero ¿Quién puede juzgar una amistad que puede llegar a ser sincera y natural?

Su manera de haberse conocido fue común, ambos unos chicos completamente extraños el uno al otro pero ¿Quién puede juzgar una amistad que puede llegar a ser sincera y natural?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Minho fue mandado a recoger un set de cremas humectantes para la piel de parte de su mamá al centro comercial. Iba a excusarse y fruncir el entrecejo, pero recordó los momentos que había pasado con Seungmin en la mañana. Así que sin quejas de por medio, se puso una sudadera amarillo ocre y salió para ser recibido por la fresca ventisca, alborotando su cabello y viendo que el sol empezaba a caer.

Tomó el primer autobús y alrededor de unos minutos llegó a su paradero. Le faltaba caminar unas cuatro cuadras para llegar al centro comercial pero nada podía ponerlo de mal ánimo. Las comisuras de sus labios empezaron a alzarse al recordar como aquel chico castaño lo había abrazado. Negó con la cabeza levemente al sentirse un tono, un tonto completamente enamorado.

Miró al frente y confirmó que había llegado al centro comercial, ladeó su cabeza esperando a que el semáforo peatonal indique la luz verde. Metió las manos a su bolsillo, tanteando con la mirada la decoración de afuera y los restaurantes que yacían al rededor.

Deseó no haberlo hecho.

— ¿Seungmin? — murmuró muy bajo.

Quizás las coincidencias existían, quizás solo era una maldita casualidad que todo se tornara de esa manera. Sin embargo, Minho se encontraba enojado, sabía que no tenía por qué estarlo. Seungmin era soltero, había conocido de manera normal a BangChan y eso empeoraba el mal genio que albergaba Minho. Y también se odiaba a sí mismo por sentirse así.

Los celos no son algo fácil de controlar, son la debilidad, el sinónimo de inseguridad.

Inseguridad de sentirte insuficiente para alguien que quieres mucho.

Inseguridad de pensar que no eres lo que el otro busca, interesándose en alguien más.

Minho bajó la mirada ahora con una extraña decepción en el pecho, esperando a poder cruzar la pista. Empezaba a asustarte de que todo el control de sus sentimientos sea dirigido por Seungmin, que sin haberse dado cuenta él se hubiera convertido en el dueño de todo.

¿Está bien? ¿Estaba mal?

Minho solo estaba enamorado de Seungmin.

No creía que hubiera algo malo en eso. Lo malo era su inseguridad o mejor dicho el temor de perderlo porque quizás allá fuera había alguien más dispuesto a cortejarlo. No obstante, no podía perder la oportunidad, no podía anticipar antes de haberlo intentado.

Fuera lo que fuera...

La dicha de ser aceptado...

O un corazón roto.

La vida se basa en vivir, descubrir y aprender de las experiencias que uno decide llevar a cabo. Malas o buenas, pero siempre terminas aprendiendo algo, por más mínimo que sea.

— Solo sé que estoy enamorado de ti y, antes de dar un paso al costado voy a intentar que tu sientas lo mismo por mí.

Solo eran un par de jóvenes explorando las travesías de algo nuevo, puro e ingenuo.

Dudas, caricias, celos, besos, decepción y por sobre todo amor... De eso es todo lo que se trata.

 De eso es todo lo que se trata

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

gracias por leer<3

mi mejor amigo ✧ knowminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora