capítulo 38.

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Minho llegó a casa totalmente malhumorado, dejando a su mamá preocupada a la vez que ella intentó hablarle toda la tarde

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Minho llegó a casa totalmente malhumorado, dejando a su mamá preocupada a la vez que ella intentó hablarle toda la tarde. Luego de tantos e insistentes toques en la puerta de la habitación de su hijo, este optó por abrirle al fin.

— ¿Qué pasa, mamá? — trató de sonar desinteresado y se puso a un lado para que su progenitora se adentrara a su recámara.

— Eso es lo que debería decirte yo a ti, cariño. — dijo antes de entrar por completo. — ¿Qué sucede?

Minho se tiró bruscamente en su cama con los brazos extendidos y la mirada fija en el techo.

"Sucede que soy un verdadero tonto"

La señora Lee se sentó a la orilla de la cama, analizando las facciones de su menor hijo.

— ¿Discutiste con Yuna?

— Mamá. — se quejó.

— Sabes que puedes contar conmigo para lo que quieras, soy tu madre pero también puedo ser tu amiga. — dijo en un tono dulce mientras acariciaba la suave cabellera del menor.

— ¿Para todo lo que quiera? — dijo con total duda y quizás una pizca de temor. ¿Sería una buena idea decírselo?

— Para todo lo que quieras, cachorro. — confirmó con una sonrisa sincera, una en la que lo reconfortaba, le transmitía paz y seguridad.

Minho suspiró hondamente y sus ojos almendrados viajaron e hicieron contacto con los de su madre. Se reincorporó a su lado y tomó las delicadas manos ajenas.

— He terminado ya hace mucho con Yuna.

La señora Lee lo miró con cierto asombro, luego acarició las pequeñas manos del menor — Oh, bebé, lo lamento. Ya no lo sab-

— No, mamá, ella no tiene nada que ver. — le interrumpió con calma. — Yo, uhm... bueno yo... ahg. — se quejó ante la exasperación que empezaba a crecer en él. Realmente le desesperaba no poder decirlo con seguridad.

—Tranquilo.

— Yo... yo estoy enamorado. — dijo con lentitud, bajando la mirada apenado.

— Eso me parece bien, Minhonnie. Yo creo que es algo normal y-

— De Seungmin.

— ¿Qué?

Poco a poco empezó a levantar su cabeza, para así poder mirar a su progenitora.

— Estoy enamorado de Seungmin, mamá. — el temor recorrió rápidamente su organismo. La inquietud empezó a fatigarlo al no recibir respuesta, al estar en un inmenso e incómodo silencio. — No, no me odies, por favor. — susurró con voz débil, sintiendo sus ojos picar.

— No digas eso. — habló por fin.

Reforzando el agarre en las manos del menor al notar como es que su pequeño empezó a temblar levemente. — Yo no podría odiarte, Minho.

mi mejor amigo ✧ knowminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora