¿¡Dazai-san tiene esposa!?

Ya han pasado 7 años

PRÓLOGO

Una mujer caminaba algo perdida enfrente de la calle. Buscaba algo. ¿Quien sabe qué? No dejaba de remangarse sus mangas para revisar quien sabe qué. Pasaba su mirada de su piel a su alrededor. Atsushi la había estado viendo por algunos segundos. Y, no pudo aguantar la curiosidad.

- eto...señorita¿Está perdida? - le preguntó tocándole el hombro. Una vez ella se volteo. Un sonrojo apareció en las mejillas de Atsushi. Era muy hermosa. Con decir eso, se quedaba corto. Era perfecta. Hasta ese momento solo la había visto de espaldas, bajando y subiendo la mirada murmurando cosas.

- No. Más bien...- calló de repente. Bajo la mirada y al levantarla un lindo sonrojo  adornaba sus mejillas - estoy buscando a alguien que lo está.

Atsushi levantó una ceja. 

7 años antes....

No recuerdo lo que hablamos aquel día. Pero...recuerdo que ella no parecía estar asustada. Incluso cuando le apunte con mi arma. Ella no se movió en lo más mínimo. Solo siguió quieta. Mirándome con esos hermoso ojos oscuros que tenía. Mirándome directamente al alma. Me cautivo. Quien sabe cómo lo hizo...pero...incluso ahora sigo igual de enamorado que aquella vez que la Vi por primera vez. Mi hermosa Tomie-chan....

Su habilidad era muy problemática. Por varias razones. 

"No has de olvidar" es un nombre irónico. Porque en realidad ella cuenta con Ia más que mala memoria. Sin embargo, tal vez esa fue la principal razón por la que se apegó a mi. Después de todo al principio ambos queríamos sacarle provecho al otro. Nos mostrabamos sonrisas falsas y nos decíamos palabras vacías. Al principio...

—  ¡Tomie!, ¡Tomie-Chan! 

Algo cayó de una altura regularmente alta. Se escuchó un estruendo.

— Buenos días, Osamu-kun — dijo una chica saltando desde una ventana.

— ¿cómo llegaste allí? — preguntó Dazai con las manos en los bolsillos. Ella se encogió de hombros.

— No lo recuerdo 

Ambos se quedaron callados. Ella ocultó sus manos en su espalda. Sonrió. 

— ¿Qué desayunaremos? — preguntó con una sonrisa. 

— Lo que quieras — respondió brevemente Dazai. Le molestaba que su condición estuviese  yendo de mal en peor. Ella sonrió aún más, se acercó y lo cogió del brazo para guiarlos hasta la salida — ¿como es que no olvidas quién soy o por que puedes confiar en mi? — le preguntó deteniéndole del brazo. Ella parpadeó unos cuantos segundos.

— Eres alguien frecuente. Nos vemos todos los días. Mi memoria se refresca cuando te veo. Incluso sin necedad de tocarme — explicó con una sonrisa. Cogió la mano que la apresaba y la besó con suavidad — vayamos  a desayunar, Osamu-kun...

Por alguna razón...ella siempre sabía cómo callarme.