¿¡Dazai-san tiene esposa!?

La interrogante de Rampo

En la agencia sólo se escuchaban gritos. El presidente estaba tomando tranquilo un café cuando casi se atraganta con el líquido al escuchar tanto escándalo, al salir vio a Atsushi murmurando cosas y sosteniéndose la cabeza. Kunikida también murmuraba cosas mientras escribía en su computadora. Entendió rápidamente que Dazai había confirmado todo. Suspiro tranquilo y regresó a su oficina.

Kirako se acercó a Naomi que parecía desmayada en un sillón.

—¿Estás bien, Naomi?

Esta pareció regresar a la vida.

—¡Dazai-san!—grito Naomi cogiéndole del brazo—él....él....él está...—tartamudeó sin parar. Haciendo que su amiga se asustaba demasiado.

A un lado Tanizaki y Atsushi murmuraban teorías sobre lo recién descubierto. La puerta se abrió de golpe y mostró a un feliz Rampo regresando de su viaje.

—¡He vuelto! ¡Ja! ¡Apuesto a que estaban en problemas sin mi ayuda!—presumió mientras caminaba con paso firme—¡Pero claro, es obvio! ¡Sin mí, esta agencia no es nada!—exclamó feliz pero su ánimo se desplomó al ver a todos distraídos. Miró atentamente el ambiente, luego sonrió bajando la cabeza.

Atsushi fue el primero en notar su presencia.

—Rampo-san...

—Ja. Con que ya se derrumbó....—murmuró rampo sonriendo.

—¿eh? ¿A que se refiere?

—¡Nada Atsushi-kun!—exclamó dándole palmadas en la cabeza—ehh, que cansancio~—murmuró dirigiéndose a la oficina del presidente.

—¿Le contaste a Rampo?—preguntó Tanizaki acercándose.

—Eto....me parece que ya lo sabía—respondió sospechando

—¿Ehhhh? ¡Cómo es posible! ¡¿Cuantos secretos seguirán ocultos?!

—...

—Gracias por ayudarme, Kenji-kun—agradeció Yosano entrando a la agencia. Kenji llevaba muchas bolsas de ropa.