¿¡Dazai-san tiene esposa!?

La segunda "aparición"

—¿Entonces?—preguntó el presidente de la agencia con los brazos cruzados y una firme mirada—¿planeas ayudar?...—miró con enojo a Rampo, pero este no se inmuto.

—nuestro invitado hablará. Sé que lo haga—se apresuró a decir el detective—¿cuál era tu nombre?

—H-Hanako, mi nombre es Hanako—respondió y atrajo a "Q" mas cerca de él ya que aun no confiaba en ellos—¿que se supone que sé y usted quieren que revele? Porque hasta hace unos días no tenía idea de lo horrendo que es la estadía en la Port-mafia.

—Se supone—empezó Rampo—que eres la clave para parar todo esto. Debemos esperar, falta que lleguen dos personas igual de importantes. La primera, no demora; y la segunda espero que se tarde un poco.

—¿huh? No lo entiendo—murmuró "Q" abrazando las piernas de Hanako—onii-san, ¿por qué seguimos aquí?

—Pues...ese detective mencionó algo interesante cuando nos encontramos. ¿Quieres repetirlo?

Rampo sonrió asintiendo.

—Claro, dije que soy capaz de darte la cabeza de Dazai.

El presidente frunció el ceño, al igual que los demás miembros de la agencia de detectives. Rampo entendió que sonaba muy mal.

—Antes de que piensen algo que no es. Déjenme explicarle quién es este tipo de atrás—Rampo se veía confiado en sus palabras—¿podrías primero explicarnos tu habilidad, Hanako-kun?

—Bueno...yo puedo...—miro de reojo a "Q" y se sintió un poco mal por lo que le hizo—puedo borrar las demás habilidades. Soy capaz de eliminarlas por completo. Me es posible hacerlo compartiendo mis fluidos, una vez estos estén en contacto con la otra persona, esta pierde para siempre su habilidad.

Yosano empezó a temblar, pero nadie lo notó. Atsushi, que estaba justo detrás de Kunikida, se tapó la boca, asustado. Naomi se aferró al brazo de Tanizaki buscando refugio. Los ojos de Kenji demostraban terror. Mientras que el presidente desenvaino su espada y la apuntó al cuello de Hanako.

—¡Alto!—exclamó Rampo interponiéndose—¡Por favor, confía en mí! Él es relativamente inocente aquí.

—¡Tu jefe!—gritó el presidente aun con su espada en el cuello de Hanako. "Q" empezó a llorar—¡Acaso el jefe de la Port-mafia planeaba usar tu poder para acabar con todos!—la espada rozó más la piel de Hanako—¡Habla! No dudaré en matarte si de esa forma puedo proteger a los que me importan.

Hanako tenía la mirada perdida. Acarició con cariño el cabello de "Q" para tratar de tranquilizarlo y negó con la cabeza a las preguntas del presidente.

—¿Sabe? Si la situación fuera tan fácil no necesitaría que detectives como ustedes me ayudaran. Vera, yo...ya no soy la única fuente—el presidente apuntó con más fuerza la espada—hace varias décadas que se fabricó un "gas" derivado de mi habilidad. Supongo que él ya lo sabía—señalo a Rampo—es la única razón que se me ocurre para que quieran ayudar a un prisionero de la Port-mafia.

—Demonios...si existe un "gas" así...la Port-mafia tiene el control absoluto—añadió Kunikida—¿Q-Qué deberías hacer, presidente?

—¿Por qué quieres la cabeza de Dazai-san?—preguntó preocupado Atsushi—más bien, ¿acaso Dazai-san es el único que puede hacerte frente?—se escuchaba el nerviosismo en su mente—¿por que piensas obtener su cabeza, porque es el único que puede detener tu habilidad?

—ehhh—Hanako sonrió—no, claro que no. Ese imbécil no representa una amenaza. En todo caso, sería divertido también borrarle la habilidad a él. No, la única persona que me puede hacer frente no existe—aclaró con una sonrisa macabra—y así debe ser, esa persona debe permanecer en las sombras.