¿¡Dazai-san tiene esposa!?

Algo está a punto de pasar

Dazai se quitaba los zapatos con cuidado, procurando no hacer ruido. Encendió la luz de la cocina y buscó un cuchillo. Encontrando uno considerablemente grande. Frunció el ceño al ver una sombra moviéndose dentro de la habitación que compartía con Tomie-chan. Abrió un poco la puerta y vio como un hombre de su altura se acercaba a la cama, que se encontraba en el centro de la habitación. Se preparó para lanzar el cuchillo. Al mismo tiempo que aquel intruso se preparaba para dispararle a su esposa. Pero un grito por parte del hombre, lo que lo sorprendió(solo un poco). El hombre cayó al suelo boca abajo. Tomie presionó el interruptor de la luz. Parpadeo un par de veces.

—¿Qué haces allí?—preguntó con sueño. Sus ojos se veían somnolientos y cansados. Se encontraba envuelta en sábanas, parecía un bolita de tela, pensó alegre Dazai. Oculto el cuchillo detrás de su espalda y sacó un ramo de tulipanes de algún lugar dentro de su gabardina.

—Faltan 9 días, linda—dijo entregando el ramo de tulipanes con una radiante sonrisa—¿que te gustaría hacer para celebrarlo?—pregunto. 

Tomie levantó una ceja.

—¿qué cosa?—preguntó sin entender. Dazai bajó la cabeza.

—Cumples 22 años, linda—murmuró en voz baja. Había veces en las que no estaba seguro si le molestaba o le dolía ver como su memoria se deterioraba poco a poco. 

—¿Es así?—pregunto distraída oliendo los tulipanes blancos que le había traído Dazai. mientras cargaba el ramo se levantó de la cama y pateó algunas veces al intruso en el suelo—no se mueve—murmuro haciendo una seña con los ojos, Dazai sacó el cuchillo de su gabardina y se lo lanzó—crees que deberíamos hacerle daño?—preguntó con una sonrisa cansada. Dazai también sonrió.

—Descansa—dijo dándole un corto beso en la frente. Ella parpadeó algunas veces ante el repentino contacto. Dazai acarició de manera rápida sus mejillas y jalo del pie al intruso, arrastrándolo fuera de la habitación—¡me encargaré de él∼!—exclamo llendose.

***

Kunikida se acomodo los lentes. Mirando su ordenador sin dejar de teclear. Trataba de no prestar atención a su alrededor. 

—Atsushi-kun esto no es necesario—decía Dazai echado en un diván. Mirando como su subordinado se apresuraba por dejar todo limpio junto con Tanizaki y Naomi. Quienes se habían propuesto dejar todo listo para la llegada de Tomie. Acomodaban cosas y movían otras. Además de limpiar. 

El ambiente parecía alegre pero el aura de Kunikida desprendía enojo. Dazai sonreía tímidamente al ver el humor de todos. Tal Vez ni él se daba cuenta pero estaba conmovido.

Media hora después una mujer de 30 años entró en la Agencia, detrás de ella iba Tomie quien buscó con la mirada a Dazai. 

—¡Bienvenida! —grito con emoción Naomi acercándose. Aunque Miyamoto-san la apartó de inmediato interponiéndose entre ellas. Tomie suspiro.

—dejala empleada—pronunció Tomie con bastante indiferencia. A Miyamoto le dió un tic en el ojo. Mientras que Dazai ahogo una carcajada.

—Ya le dije que no soy su empleada—le susurro algo enfadada. Ella conocía el nivel de paciencia que debía tener para poder cuidarla. Solo trato de relajarse para no jalar su bonito cabello, que no sería tan bonito luego de un jaloneo suyo—como sea. Traten todos de mantener cierta distancia—advirio mirando con severidad a todos.

Tomie pasó la mirada por todos. Solo recordaba a uno. Aquel que le hizo recordar a Chuuya en su momento. Por un instante Kunikida levantó la mirada "disimuladamente" de su trabajo, para su mala suerte Tomie ya lo estaba mirando. Le sonrió con dulzura lo que hizo que se sonrojara volviendo a clavar sus ojos en el trabajo. 

—No conocemos muy bien la situación—comenzó Atsushi algo nervioso—pero...a todos nos gustaría escucharla...y

—y cómo es que se enamoró de Dazai-san—dijo Naomi firmemente pegada al brazo derecho de su hermano. Los ojos de la joven brillaban. 

—¿¡QUÉ!?—grito Miyamoto, siendo la primer en reaccionar—¡Que imprudente, como podría preguntar algo tan personal...!—se detuvo cuando Tomie le tocó el hombro. 

Sonreía, Dazai también lo hacía. 

—Eso será divertido sin duda alguna—hablo con tranquilidad dando algunos pasos adelante. 

Vestía una cosa blanca y una falda color vino. Su largo cabello se encontraba suelto. En su cuello relucía un lindo collar dorado, con la imagen de una figura extraña. Brazaletes en ambos brazos y aretes en las orejas(ninguno demasiado escandaloso) y el anillo de compromiso en su dedo anular. No sé encontraba maquillada(principalmente porque no lo necesitaba). Su piel era realmente hermosa, sin ningún tipo de marca. Resplandeciendo juventud. Y sobra decir que su mirada ya de por sí podría describirse como penetrante y suave e inofensiva. De ojos azules con pequeños tonos marrones. Labios rojizos de forma natural.  

En síntesis...era perfecta(según el 97.9999999% de la Agencia) 

—pero será en otra ocasión—Dazai sonrió en su sitio. Pues ya sabía que iba a decir eso(lo que era un alivio ya que a ella le gustaba improvisar)—me temo que debo trabajar.

—¿Trabaja, Yamazaki-san?—pregunto curioso Atsushi.

—Así es. Soy una contadora—respondió dándole una señal a Miyamoto-san para que buscará un taxi—y ya es tarde. Si me disculpan—sus tacones resonaron en la sala. Dejando a todos con más dudas que respuestas. Miyamoto hizo una pequeña reverencia en dirección de Dazai y se retiró.

En cuanto se fueron, voltearon a ver a Dazai, quien seguía echado en el diván, tranquilamente con los ojos cerrados mientras tarareaba. Abrió un ojo encontrándose a media agencia matando lo con la mirada.(excepto Kunikida)

—Nunca mencionó que Yamazaki-san estaría ocupada—dijo Atsushi desprendiendo enojo.

—eto...bueno...

—Tampoco dijo que tenía un guardaespaldas, eh, Dazai-san—dijo Naomi detrás de Tanizaki. 

—Ella siempre llega tarde, ¿Qué diferencia hay? Atsushi, tu quería verla ¿Verdad? Creo que en todo caso deberían agradecerme. Saben, es muy difícil que mi linda Tomie-chan tenga tiempo para atender chusmas. Con las justas hace tiempo para mí, el hombre con el que cometerá suicidio doble—sus mejillas se sonrojaron de tan solo pensar en un romántico suicidio doble con la mujer que amaba. Ya que había tocado el tema se entretuvo diciendo palabras al azar para sí entretenerlos y que no lo lincharan. 

A algunos metros. Kirako-chan escuchaba a todos detrás de una columna. No se dió cuenta que alguien estaba detrás de ella.

—¿Que está haciendo señorita?—preguntó con voz grave el presidente, serio(como siempre). Casi le dió un infarto a la pobre.

—¡Señor presidente!—exclamó asustada—pues con todo esto de la novedad...yo solo tenía un poco de curiosidad por ver a la esposa de Dazai-san.

—¿Yamazaki Tomie-san?—pregunto sorprendido.

—Así es. ¿No sabía que vendría hoy?—preguntó la muchacha ladeando un poco la cabeza—se fue hace un momento. Hay mucha conmoción por su llegada.

—Supongo que sí...

<<Que extraño, es como si tuviese un deja vu>>