Dazai-san está feliz

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Rampo desparramo muchos dulces y golosinas sobre la mesa quirúrgica. Luego comenzó a separarlos en grupos.

—Mi habilidad funciona asi:—comenzó explicando mientras desenvolvía un paleta roja y se llevaba a la boca, chupando el dulce sin molestarse en hablar bien—necesita una pregunta que responder. Si no tengo la pregunta, no puedo resolver el caso. Por lo que...dime, Yosano-san, ¿cual es la pregunta que necesitamos?

Yosano sonrió pues no se lo tenía que pensar mucho.

—¿Cuál es la hierba mala?—respondió segura. Rampo sonrió y quitó el dulce de su boca.

—¡Error!—gritó malhumorado señalándola con la paleta roja—¿¡Que acaso no me estas escuchando!?—comenzó a hacer pucheros como un niño pequeño e inflar su mejillas—es una pregunta tonta, es obvio quien es la hierba mala. Ese no es el principal problema—volvió a chupar su paleta, como si de un chupón se tratase.

—¿e-entonces?

—Sabes que...mejor debes verla primero. Ya que Dazai reveló sin miedo alguno su relación amorosa con Tomie Yamazaki, no creo que demore mucho en presentarla oficialmente. Para mi suerte, Dazai no sabe que me comento sobre ellos. No se espera nada.

—¿Dazai tiene novia?—pregunto confundida Yosano. Rampo volteó a verla sin poder contener la ira.

—¡¿DE QUIÉN CREES QUE ESTABA HABLANDO TODO ESTE TIEMPO?!—le gritó.

—Pues...a veces es difícil entenderte...—se quejo sin poder verlo a la cara.

***

Dazai comenzó a abrir los ojos poco a poco, un pequeño rayo de luz se había filtrado por las cortinas. Escondió su rostro detrás del largo cabello de Tomie, que se hallaba aún profundamente dormida. Suspiro al sentir un cosquilleo por su oreja. Abrió los ojos también.

—Osamu-kun...—llamo aun con sueño.

—Hai?...

—¿Qué hora es?—pregunto aun acurrucada entre los brazos de su esposo. Dazai gruño con cansancio, miro de reojo el reloj en su pared.

—9:37—respondió volviendo a esconder su rostro en el cuello de la chica.

—¿del?—pregunto cansada.

—tal vez miércoles—respondió tranquilo.

La chica se paró de un golpe.

—¡Del miércoles!—grito apurada poniéndose los zapatos. Ingresó al cuarto de baño y salió en menos de cinco minutos vestida con una camisa blanca y una falda negra. Tardó más colocando los tacones. Peino de manera rápida su cabello y trato de no romper el peine por ser abducido por su esponjoso cabello—levántate—dijo lanzándole una almohada a la cabeza, la cual esquivó casi dormido.

—Aún es muy temprano—murmuró cansado.

—Dile a....—se quedó callada de repente—¿cómo se llama esa mujer que siempre viene?—preguntó sin poder recordar su nombre.

—humm? Ah, ¿te refieres a Miyamoto?

—¿Ella es la que siempre viene a limpiar y cocinar, no?—pregunto sin poder recordar.

—Aja, si es ella. Ja, si no fuese por ella hubiésemos muertos de desnutrición hace mucho—sonrió un poco.

Tomie tomó una cartera y arregló sus mangas. Se acercó a Dazai y lo movió un poco. Este abrió solo uno de sus ojos marrones, aun esforzándose por no cerrarlos. Ella le sonrió.

—Debo irme, Dazai-kun—al escuchar eso Dazai sacó un arma de debajo de la almohada y disparó por una de las ventanas abiertas. Parecía asustado, su respiración se volvió inesperadamente irregular—creo que han aumentado últimamente, incluso antes de mi error—comentó ella volviendo a alejarse.

¿¡Dazai-san tiene esposa!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora