2. ¿Cuales son tus limites?

123 10 2
                                    

Parte 2

Mientras Hanako y Rampo seguía hablando de lo ingenioso que había sido tratar de drogarlo con los dulces, Kunikida y Atsushi se llevaron discretamente a Miyamoto, pues Kunikida había decidió actuar, porque antes sus ojos Rampo solo se dedicaba a jugar y no actuar.
—Por favor, responda con toda seguridad...—le pidió a Miyamoto—¿podría decirme como funciona exactamente su habilidad? Quiero decir, según recuerdo, me parece haber escuchado de su caso hace mucho...
—Ha de ser así. Cuando nací se hizo un gran escándalo. Pocos días después de mi nacimiento, cree a un ser independiente...él...bueno, era obvio que yo no estaba lista para ser la tutora de un niño de la misma edad que yo. Como dijo ese tal Hanako, al inicio, cada ser independiente que creaba me veía como su madre, excepto el primero...—mostró una sonrisa llena de sufrimiento y dolor—él siempre me odio por crearlo.
—¿está hablando de ese chico? ¿Innato-kun?—preguntó Atsushi. Sintió un poco de lástima por la forma en la que relataba su primera creación.
—¿eh? No. Innato no fue el primero. El primero...era—guardó silencio—bueno, ya ni recuerdo su nombre—soltó algunas risas fingidas y desvió la mirada—mi habilidad consciente en la creación de seres indefinidos e independientes. Y lo sé—le interrumpió a Kunikida—quiere saber si soy capaz de darles un habilidad sobrenatural a ellos. La respuesta es sí. Y ese fue el principal problema desde siempre.
—¿Qué tan poderosas son las habilidades que puede darles a sus creaciones?
—Pues...yo no las defino, ellos nacen así. Aunque, pasó con uno. Frederick, era un niño muy alegre e inmaduro—dijo con una sonrisa—me esforcé mucho para escupirlo como quería. Le otorgue una poderosa habilidad, él podía ver el futuro—explicó orgullosa.
—Entiendo—Kunikida frunció el ceño—¿y qué hay de la chica que hirió a Fukuchi Ochi, que habilidad posee esa mujer?
—Aiko—corrigió Miyamoto—ella es capaz de endurecer sus uñas y darles la proporción que desee, sus uñas actúan como navaja. En algún momento alguien las llamó "garras de titanio". Son indestructibles.
—¿por qué atacó a Fukuchi ochi?—preguntó Tanizaki, sosteniendo la mano de Naomi, quien tenía miedo de lo que escuchaba.
—porque se lo ordene—Miyamoto hizo un movimiento con las manos y respiró hondo—Noboku...—una niebla igual a la de antes apareció y rodeo a los presentes—Aiko...—pidió con voz calmada.
La chica volvió a aparecer.
—¿Quieres explicarle por qué te ordene que ataques a ese maldito?
Aiko miró a su alrededor con la mirada caída, como si tan solo mover los ojos le pesara. Se rasco el cuello y negó con la cabeza.
—Es una orden.
Aiko frunció el ceño y miró a Kunikida.
—Es porque ese hombre nos lastimó mucho...—susurro la chica—es malo...muy malo. Al igual que Miyamoto-sama, ese hombre...es malo.
Kunikida miró sorprendido la escena. Era sorprendente y aterrador el control que tenía Miyamoto sobre la vida. Ante sus ojos, yacía una chica de 19 años que tenía la postura de un perro siendo jalado de la correa para ladrar.
—¿ehh? ¿acaso me comparas con ese imbécil?—preguntó indignada Miyamoto.
—No es así—susurro Aiko-chan—es solo que...Miyamoto-sama es cruel...no me deja salir, no me deja comer, no me deja beber, no puedo caminar, no puedo pasear, no puedo ver a mis hermanos...no puedo visitar a Adam, Frederick, o ver a Takiji-kun. No me deja verlos...no puedo visitar a mis hermanos...no me deja ir al cementerio...no puedo visitar a Frederick, Adam, Takiji o ver a Dai-kun. No me deja hablar con Innato, no me deja visitar a mis hermanos...
Aiko se quejaba como una niña. Su lenguaje era pobre. No podía relacionar muy bien las frases y se confundía mucho. Estaba desorientada y algo resentida. Repetía una y otra vez su deseo por "visitar a sus hermanos".
—¿hermanos?—preguntó Atsushi confundido—si usted los crea, ¿cómo es que tiene hermanos?
—Adam, frederick, Dai, Takiji, Innato, Leyla...son mis hermanos, Adam, Dai, Frederick, Takiji, Innato, Leyla, son mis hermanos...No, eran; no, son...no lo sé...—murmuraba Aiko confundida.
—Adam—respondió Miyamoto—Adam siempre los llamaba "familia". Y fue Adam quien les metió en la cabeza a los demás que eran una familia; incluso en su momento yo también lo dije.
—¿Adam?—repitió Atsushi—Adam, Frederick, Dai, Takiji, Innato, Aiko, Layla...1, 2, 3 ¡son 7! Hay 7 apariciones—exclamó sorprendido—¿son tantas? ¿cómo no se olvida de sus nombres?
Miyamoto observó un momento a Aiko, quien seguía en posición fetal y se mordía las uñas.
—Sí, antes eran 7. Pero murieron—respondió Miyamoto.
—¡No!—grito Aiko con enojo y rabia en su mirada—¡No murieron! ¡Tú los mataste! ¡Tú mataste a todos...! No...Miyamoto-san no mató a nadie, ¿o sí? No lo sé, no recuerdo...creo que sí; Adam y Dai, ¿cómo murieron? Ya no recuerdo...creo que yo lo maté...no, ¡yo no lo hice! ¡Fue él! ¡YO LO VI! él lo hizo...—sus uñas se alargaron y se endurecieron—¡los apuñaló!—grito tratando de cortar algo invisible—¿o les disparó? No, seguro Dai está escondido...—susurro calmada de nuevo—seguro está con Takiji, ¡Sí! Ellos siempre están juntos...
—Esta...—mención Atsushi apenado por escuchar delirar en medio de su locura—¿está bien?—le pregunto a Miyamoto.
—Murieron, ella no lo tomó bien. Eso es todo—respondió cortante Miyamoto—me pregunto cómo estará Tomie, comparada con Aiko, la prefiero a ella. Era menos trabajosa.
—¡No es así!—grito Aiko—por favor...no quiero desaparecer—pidió aferrándose a las piernas de Miyamoto.
Atsushi las miro con lástima. Aiko era una muchacha muy joven, trastornada por lo que podía ver. Por lo que Miyamoto dijo, se debía a no poder superar la muerte de las demás creaciones, sus hermanos. Lo comprendió un poco, él tampoco soportaría perder a 6 hermanos; aunque dos de ellos no estaban muertos, quizá ella ya no lo recuerda, pensó.
—¡Por favor! No me desaparezca como a Dai-kun o a Frederick, o a Leyla-chan...¡Se lo ruego!—gritaba entre lágrimas.
En ese instante ingresó el presidente y Yosano. Aiko intercambió miradas con el presidente y luego sonrió, muy alegre.
—¡Bienvenido, señor presidente!—pronunció nervioso Kunikida—¿cómo se encuentra el comandante Fukuchi?
—Está mejor—respondió Yosano—esa chica debería ser controlada.
—No—respondió Aiko—"Son órdenes, las órdenes se respetan, eso debes hacer eso cuando yo me vaya. Debes respetar las órdenes ¿comprendes, Aiko-chan? ¡Prometo que volveré! Pero será para año nuevo, iremos los dos juntos a visitar a Adam, Dai y Frederick, ¿te parece, Aiko-chan?" Sí, respetaré las órdenes, hermano—recito Aiko como si de una poesía se tratase. Sonreía y se mecía sobre sus piernas como una niña.
—¿y eso?—preguntó Yosano con el ceño fruncido.
—Ni idea—murmuro Miyamoto. Se agacho hasta la altura de Aiko y la tomó de las mejillas para que la mirara a los ojos—¿quien te dijo eso? ¿Fue Innato? ¿o acaso lo hizo Takiji?
—¡Takiji-kun!—respondió gritando—¡Innato es malo también, él nunca me hace caso, solo está con ese ruso!
—¿Ruso?—pregunto Rampo apareciendo con Hanako a su espalda y "Q" a los pies de este—Bueno, parece que hice bien en dejar que se despejaran. ¿Usted ya lo descifro, verdad, señor presidente?
—Así es. Ya lo entiendo.

¿¡Dazai-san tiene esposa!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora