—E-esto es impresionante, Dazai—dijo por fin Fukuzawa. Se tocó la frente y se sentó en su escritorio, tratando de procesar todo aun.
—¿Debería limpiarlo a él también?—preguntó la chica aun susurrando. Dazai negó con la cabeza.
—Le agradezco mucho que me haya ayudado. Aunque, no hace mucha diferencia. Ahh, de todas formas lo iban a descubrir, solo que no sabía cuando. Pero ahora lo mejor será que no te vean.
—Entiendo.
—No es por lo que te imaginas. Es...más para evitar las preguntas incómodas—acarició el largo cabello de la chica y luego lo despeino con rudeza, pues cada vez que lo recordaba, le invadía la angustia—vamos, Tomie-chan.
***
—Osamu-kun—lo llamó ella una vez estuvieron en casa. Dazai se tiró boca abajo en la cama.
—¿Qué sucede?—le preguntó con desgano. Cogió una almohada y fingió tratar de ahogarse con ella.
—¿Qué sucederá ahora? Quiero decir, podríamos resolver esto en cuestión de segundos...solo necesito verlos una vez más—escuchó que Dazai se reía debajo de la almohada—no te burles.
—No sé qué hacer—confesó—debería ser sencillo manejar esta situación, pero tu mente ya está de por sí en decadencia. Con tan solo una vez más que uses tu habilidad...podrías no volver a recordar nada—le hizo recordar con tristeza. Suspiro—si tan solo quisieras cometer suicidó doble conmigo.
—Creí que te esforzarías un poco más por resolver todo—escucho un quejido de parte del suicida—que tal si te reto—Dazai asomo uno de sus ojos fuera del refugio de la almohada—si encuentras la manera de arreglar todo sin usar mi habilidad, prometo ayudarte en tus suicidios, al menos en la planeación. Si todo vuelve a estar como antes, me suicidaré contigo. —vio cómo al escuchar el último, los ojos del suicida se iluminaron de esperanza.
—Hecho—extendió su mano vendada emocionado—un momento—la detuvo al darse cuenta del vacío del reto—¿que necesidad hay de suicidarse si todo estará normal?—le pregunto sospechando.
—¿acaso necesito una buena razón para cometer suicidio doble con mi esposo?—preguntó sonriendo de la manera más inocente.
—manipuladora...
—¿yo? —preguntó inocente—solo te estoy dando un pequeño empujón para que te esfuerces.
—Ajá—murmuró malhumorado. Abrió la puerta y la cerró tras de sí.
Después de todo, ese día igual debía ir a la agencia a "trabajar".
Al llegar a la entrada vio a Naomi haciendo sonrojar a Tanizaki. Puso la expresión relajada de todos los días y cruzó el umbral. Al ir a su habitual sillón, donde pasaba la mayor parte del tiempo echado, sintió demasiadas miradas sobre él. Volteo y solo vio a Kunikida. Este lo miraba con curiosidad. Su mirada estaba clavada en Dazai, aunque sus dedos teclean sin trabarse en la computadora. Pensó un momento en cómo debería reaccionar. Termino solo sonriendo inocentemente.
—Ohaio, Kunikida-kun—lo saludó y se echó plácidamente. Cerró los ojos, aun manteniendo su sonrisa relajada. Al pasar algunos segundos los abrió furtivamente. Solo para encontrarse a media agencia mirándolo fijamente—eto...—murmuró irguiéndose—¿qué sucede?—preguntó nervioso.
—Dazai-san...—pronuncio Atsushi, que también lo veía con intriga y curiosidad—¿Dónde estaba hace...—Kunikida le mostró un reloj—52 minutos?
—En la residencia—respondió con una sonrisa.
—Yo estuve allí hace 20 minutos. Y no había nadie—dijo Kunikida que se encontraba detrás de él. Lo hizo sobresaltarse pues le mostró su bisturí muy cerca del rostro. Habitualmente esto no le importaría en lo más mínimo pero ese día no estaba en todos sus sentidos. Suspiro cansado y se paró del asiento.
En su mente tenía tres opciones. Uno, rendirse y contar toda la verdad. dos, mantener la mentira hasta donde se pueda. Tres, huir. Y cuando se levantó, la opción que menos le costaba era la tres.
<<¡No sé qué decir!>> Pensó nervioso.
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¿¡Dazai-san tiene esposa!?
Fiksi PenggemarUn día cualquiera un linda chica se presenta en la agencia armada de detectives buscando a su esposo.... - ¿Y cuál es el nombre de su esposo? - le pregunto Atsushi. - Dejeme ver...- se remango una manga y leyó: Dazai Osamu. - ¿¡EEEEHHHHHH!? ...