Mi cuerpo se tensa al notar su rostro cada vez más cerca del mío, mientras un sentimiento de decepción se adueña de mi pecho.
Deseaba que se detuviera, deseaba que todo aquello que dijo tuviera validez y no se convirtiera en una artimaña para llegar a mi. Anhelaba que por una vez en mi vida alguien que no fuese Alonzo o Gastón me viera como una persona y no como una mujer a la cual conquistar.
Sólo puedo escuchar el latir frenético de mi corazón compitiendo con la lluvia tempestuosa que caía a nuestro alrededor. Quisiera poder alejarme de él y correr tan rápido como mis fuerzas me lo permitieran, pero no podía, mi cuerpo se había quedado estático, negado a obedecer las órdenes que le gritaba mi cerebro.
Una de sus manos suelta el agarre que mantenía en las mías para posarse en mi mejilla.
El tiempo parecía ir despacio en un intento de alargar mi tortura. Cierro los ojos por inercia ante su cercanía y siento como su respiración choca con la mía antes de desaparecer y dejar en su lugar un suave beso en mi mejilla.
La acción me desestabiliza por completo a la vez que un suspiro de alivio brota de mis labios.
Abro los ojos lentamente cuando siento su rostro alejarse de mi y me encuentro con su mirada clavada en la mía.
-Aunque no lo creas, no soy tu enemigo, Alessandra y te puedo asegurar que no deseo hacerte daño. -exclama, sin despegar su mirada de la mía.- No te pido que confíes en mi de inmediato, seria decepcionante que lo hicieras, solo te pido una oportunidad para demostrarte que puedes hacerlo, que puedes confiar en mi.
Lo observo fijamente sin poder dar crédito a sus palabras. Tal vez fuese por lo inestable que se encontraba mi mente en ese momento pero se me hacía imposible entender al hombre frente a mi.
-¿Por qué lo haces? ¿Con qué fin? -pregunto.
Termina de soltar el agarre que mantenía en mi, para alejarse un paso y encogerse de hombros.-Podría darte un millón de respuestas que me harían quedar bien ante ti -admite con simpleza- pero prefiero ser honesto. No lo sé -dice para luego soltar un suspiro- Puede que sea por el cariño que le tome a Luca y no deseo que su madre esté mal, tal vez sea por mi amistad con Alonzo o puede que sea mejor persona de lo que pensaba -Se ríe como si la simple idea le diera gracia.- Puede ser simple curiosidad ante el enigma que representas o puede ser el hecho de que me veo reflejado en los fragmentos que te componen -El brillo de gracia que había tenido su mirada se ve oscurecido por sus palabras y el significado que el mismo les da. Un suspiro pesaroso escapa de sus labios antes de que siga hablando.- No lo sé, Alessandra y no estoy seguro de querer saberlo.
Asiento y una sonrisa ladeada aparece en mi rostro.
-De hecho, fue una buena respuesta -admito. No era una respuesta clara, tampoco respondía a mis dudas pero era honesta. No era un discurso perfecto hecho a partir de un conjunto de palabras pulidas y analizadas a profundidad con el fin de encantar los sentidos del receptor. Sus palabras eran imperfectas, tomadas al aire en medio de la tormenta que yacía en su interior, mostraban la confusión de sus emociones, me daban a ver su lado más vulnerable. Muy lejos de aquel hombre que había conocido hasta ahora y era justo eso lo que me daba el valor de intentarlo.- Te daré el beneficio de la duda -sonríe- siempre y cuando tu me la des a mí -observó su sonrisa flaquea antes de recomponerse y asentir. Si bien aceptaría dejar que él entrase un poco más en mi vida e intentaría bajar mis defensas, no lo haría sola, si el quería que me abriese con él, el tendría que hacer lo mismo conmigo.
Asiente, extendiendo una de sus manos en mi dirección.
-Es lo más justo. Puedo aceptarlo -dice- ¿Amigos?.
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Destinos Entrelazados (En Edición)
Mystery / ThrillerPrimer libro de la Saga "Destinos" Hace tiempo leí acerca de una leyenda que afirma, que aquellos que estén unidos por el hilo rojo estarán destinados a ser almas gemelas, viviendo así una importante historia de amor, sin importar cuanto tiempo pase...