Capítulo 30

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Verifico una vez más el reloj de mi teléfono, faltan diez minutos para que suene el timbre de salida. Observo el cielo nublado y siento la frisa fría colarse por mi suéter.

Parece que va a llover.

No sabría decir exactamente porque, pero desde que me desperté esta mañana, me encuentro ansiosa y más impaciente de lo normal.

-Que sigas viendo el reloj no hará que el tiempo pase más rápido -exclama Alonzo, mientras se acomoda el abrigo que trae puesto – joder, está haciendo mucho frío- se queja, colocando sus manos en su boca intentando calentarlas.

Desde temprano el clima a sido un completo asco, me encanta el frío pero esto ya era absurdo, no me sorprendería que comenzará a nevar, aunque no estabamos en esa estación del año y si nevara yo realmente me asustaría.

-Tu teléfono está sonando Alonzo -Le informo al ver que no contesta ya que esta más  concentrado en calentar sus manos.

Me mira, para luego empezar a buscar su celular entre los millones de bolsillos que tiene su abrigo. Lo veo luchar por conseguir el celular por unos cuantos segundos, hasta que por fin lo encuentra y atiende la llamada.

-Hola hermano ¿todo bien? -pregunta y se queda en silencio escuchando la respuesta- no, aún estamos esperando a que salga ¿por qué?....ok, descuida te esperamos en un café que está a unas cuadras del colegio, ahora te mando la dirección….nos vemos ahora -se despide y cuelga para volver a guardar su teléfono.

-¿Qué pasó?

-Akram está atrapado en el tráfico, nos veremos en un café -explica con simpleza.

Asiento y no quedamos en silencio esperando que suene de una vez por todas el timbre de salida. Cuando ya falta poco Alonzo va al carro a buscar un abrigo para Luca, yo le había dado uno en la mañana pero el frío había aumentado considerablemente con el transcurso de las horas.

El timbre suena y docentes y niños salen como estampida del colegio, al parecer no era la única impaciente. Veo a Luca salir y recorrer su mirada por el lugar buscándome, me acerco a él y apenas me ve se abalanza a mis brazos. Lo abrazo sintiendo lo frío que se encuentra su abrigo, lo alejo con suavidad de mi cuerpo y observo su rostro, su nariz, labios y cejas se encuentran rojas por el frío.

¿Acaso no tienen calefacción en ese colegio? -pienso disgustada.

-Mami tengo frío -exclama con un puchero, alzando sus bracitos hacia mi pidiéndome que lo vuelva a abrazar.

-Lo sé amor, ya tu tío te esta buscando un abrigo -lo tomó entre mis brazos y me incorporo para dirigir mis pasos hacia el carro.

A mitad de camino me consigo con Alonzo corriendo en nuestra dirección con un suéter grueso colgando de uno de sus brazos.

-Lamento la tardanza -se disculpa, mientras coloca el suéter encima de Luca- ¿Cómo estas enano? -pregunta con dulzura, pero Luca no responde, solo se encarga de esconder aun más su rostro en la curvatura de mi cuello.

Mi bebé no está de buen humor.

Alonzo me ve y yo le devuelvo la mirada mientras niego con la cabeza.

-Vamos, está haciendo demasiado frío como para quedarnos aquí afuera -le digo a Alonzo y sigo caminando hacia el carro.

Alonzo me ayuda a meter a Luca en el carro para luego ambos ingresar y encender inmediatamente la calefacción. Los tres suspiramos de alivio al sentir la calidez que nos proporcionaba.

-¿Cómo te fue en la escuela enano? -preguntó Alonzo viéndolo por el espejo retrovisor, a la vez que se adentraba al tráfico.

-Hacia mucho frío- se queja.

Destinos Entrelazados (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora