Sabía que seguir intentando era inútil, a estas alturas ya habíamos agotado todos nuestros recursos y aún así no lográbamos dar con el paradero de ninguno de los dos. Pero aquí seguíamos, a las dos de la madrugada con dos litros de café encima y la frustración intoxicando el aire.
Vaya mierda.
Suspiro observando la ciudad desde las alturas mientras el leve sonido de los cláxones llega desde la distancia. Era extraño imaginar que estaría pasando en las vidas de aquellas personas que transitaban a estas horas, imaginar que ocurría en sus vidas, ¿Qué los llevaba a salir de sus casas? Muchos irían de fiesta para divertirse y alejarse de la monotonía que suponía sus vidas. Puede que algunos se vieron obligados a salir por alguna emergencia o tal vez solo planean irse de viaje. Alguna mujer estará sufriendo contracciones mientras su esposo conduce a toda velocidad con dirección al hospital.
Me parecían ridículos mis pensamientos pero no podía evitarlos. No podía evitar preguntarme si alguien, en alguna parte, estaría viviendo lo mismo que yo. Era consciente de que hay personas pasando por situaciones que harían palidecer a mis problemas pero…, ¿alguien vivía lo mismo? ¿existía alguien que pudiese comprender el sin sentido en el que se habían convertido mis emociones?. La respuesta me daba miedo.
-Principessa -escucho la voz de Gastón llamarme, sacándome así de mis pensamientos. Despego la mirada del ventanal y la dirijo a él, quien me tiende una taza de café que acepto más que gustosa. – deberías ir a descansar, nosotros estaremos al pendiente.
Niego dándole un sorbo a mi café, ganándose una mala mirada de su parte.
-Aunque lo intentará no podría dormir, Gastón -aseguro- me siento un poco más tranquila estando aquí.
Resopla con tedio.
-Alessandra, no has descansado lo suficiente y tu estabilidad no es exactamente la mejor en estos instantes -reprocha en un murmullo acercándose un poco más a mi. Desvío la mirada a nuestro alrededor, temiendo que Akram lo haya podido escuchar. Suspiro aliviada al verlo concentrado en su laptop a varios metros de distancia.
Aprieto la mandíbula a la vez que lo fulmino con la mirada.
-Estoy bien, puedo con esto -mascullo entre dientes- descanse lo suficiente y justo ahora lo último que me interesa es echarme una siesta, Gastón.
Arquea una ceja y colocando su cuerpo frente a mi de manera que quedo completamente oculta, toma mi brazo y retira la manga de mi suéter, dejando a la vista los rasguños que me había hecho en la mañana.
-No estás bien, Alessandra -exclama con la mandíbula tensa- se que eres fuerte pero no puedes sobre exigirte de está forma. A este paso es cuestión de tiempo antes de que tengas un colapso realmente grave -asegura en un murmullo tan leve que apenas logro entender lo que dice- ya te autolesionaste, perdiste el sentido del tiempo ¿Qué sigue?¿Los ataques de ira? ¿las crisis de ansiedad? -sonríe con amargura- ¿Qué mierda estas esperando Alessandra?.
Me suelto de su agarre con brusquedad, dejo la taza de café en la mesa y arreglo la manga del suéter. De reojo noto como Akram sale de la habitación y se dirige a la cocina y Enrico se levanta del sofá y se acerca a nosotros con el ceño fruncido.
-¿Qué ocurre? -pregunta con seriedad intercalando la mirada entre nosotros.
-Nuestra linda princesita no quiere actuar con sensatez, eso es lo que ocurre -exclama sarcástico.
Enrico arquea una ceja y me mira sin comprender lo que está ocurriendo.
-Sé lo que hago, Gastón- inquiero enojada.
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Destinos Entrelazados (En Edición)
Mystery / ThrillerPrimer libro de la Saga "Destinos" Hace tiempo leí acerca de una leyenda que afirma, que aquellos que estén unidos por el hilo rojo estarán destinados a ser almas gemelas, viviendo así una importante historia de amor, sin importar cuanto tiempo pase...