||𝐂𝐚𝐩 𝟒𝟎:𝐓𝐡𝐞 𝐑𝐨𝐰𝐝𝐲 𝐁𝐮𝐠𝐠𝐞𝐫𝐬 𝐏𝐭.𝟏||

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Dorea Potter.

No había mucho que yo pudiera hacer, mis padres tenían algo pendiente y lo tenían que cumplir. Por mucho que me doliera, por mucho que gritara y llorara sabía que jamás darían la vuelta. Era algo que teníamos 'No mires atrás y no te arrepentirás' regla estúpida, si. Si lo era.

— Cariño, vamos. — me decía mi abuela mientras trataba desesperadamente llevarme a la Sala de Menesteres.

¿Yo? Yo me negaba.

— Abuela, por favor, por favor detenlos... — lloraba como nunca lo había hecho mientras rogaba a mi abuela.

Ella se resistía.

— Sra. Malfoy creo que será mejor que la calmemos... — escuché que habló Minerva McGonagall, no entendí a qué se refería pero cuándo sentí mis ojos pesados ahí lo supe.

Hechizo de sueño.

Narradora.

Dorea cayó dormida en los brazos de Narcissa Malfoy.

La rubia la sostuvo y con ayuda de la profesora McGonagall la llevaron de vuelta a su habitación en la Sala de Menesteres, ya adentro Narcissa fue la que se encargo de arroparla. Era ese su deseo pero muy poco tenía en mente que ahí había jóvenes y niños también.

La rubia al ingresar a la habitación que suponía era de su bisnieta se llevó la gran sorpresa de que ahí había una gran cuna y a lado de ella dos jóvenes, obviamente debido a que no sabía quienes eran y si podía tenerle confianza levantó la varita y los hechizo.

— ¡Petrificus Totalus!

Ambos jóvenes cayeron al suelo como piedra, Narcissa se acercó a ellos a paso lento y cauteloso. Con dificultad vio el rostro de ambos muchachos y se sorprendió.

Ninguno tenía más de 20 años y sus facciones eran finas y casi idénticas pero lo que más llamó la atención de Narcissa fueron sus ojos, ambos los tenían grises. Grises cuál tormenta, grises por una familia, grises por herencia. Los ojos grises de su nieta.

Con rapidez deshizo el hechizo pero jamás dejo de lado su varita, aún desconfiaba.

Los jóvenes apenas dejaron de sentir el hechizo en su cuerpo se levantaron automáticamente y ahí vieron lo que menos se esperaban, su abuela.

— ¿Quienes son ustedes? — la postura de Narcissa era amenazante y recta, mostraba poder e intimidación.

— Tranquila, abuela Cissy... — trató de hablar el que Narcissa suponía era el mayor entre los dos. La mano de Narcissa titubeó al escuchar sus palabras pero no podía confiar.

— No, ¿quienes son ustedes? — volvió a preguntar, pero esta vez con un tono de voz más duro y demandante. Algo tenía que haber aprendido de los Black después de todo.

— Yo soy Regulus II Potter Malfoy y soy tu bisnieto. — hablo con suavidad el segundo muchacho que se había mantenido callado y la observaba detenidamente.

— ¿Cómo se que no estas mintiendo?

— Nuestros padres aunque no lo creas son más astutos que una serpiente, por eso la habitación está prohibida a que entren personas que no posean nuestra sangre o se consideren nuestra familia. — explicó nuevamente el muchacho menor.

— Sin excepción. Ni siquiera la poción multijugos funciona aquí. — habló el mayor.

— Pruébenlo.

— ¿Cómo? — hablaron los muchachos al unísono.

— Tu eres la que tiene una varita, abuela. — le menciono sarcástico el menor.

¡¿𝐐𝐔𝐄 𝐇𝐈𝐂𝐈𝐒𝐓𝐄 𝐏𝐎𝐓𝐓𝐄𝐑?! (𝐉𝐚𝐦𝐞𝐬 𝐒.𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫 𝐲 𝐭𝐮) ✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora