capítulo 29 ~ pasillo

959 91 39
                                    

- lenguaje maduro

- implicaciones de un ataque de pánico

George pov

No sé qué pensar.

Mis lágrimas me nublan la vista mientras giro por las calles de la ciudad, pero todo el mundo está demasiado ocupado para prestarme atención.

Cada vez que me limpio los ojos, las lágrimas vuelven a salir en mayor cantidad, hasta que me rindo y dejo que se derramen.

El apartamento de Wilbur no está tan lejos, y me alegro de haber memorizado al menos estos pocos caminos.

No recuerdo si Dream le había dicho que íbamos a volver, así que espero que a Wilbur le parezca bien que esté aquí.

Hay demasiadas cosas volando en mi cabeza. No puedo pensar con claridad, ni procesar adecuadamente nada de lo que acaba de ocurrir.

El bloque de apartamentos no es tan grande ni tan confuso como el de Dream, así que es mucho más fácil orientarse en el conocido vestíbulo y en los ascensores.

Un par de personas me miran de forma extraña, pero termino por ignorarlas.

"Vamos", ruego, pulsando los botones del ascensor con impaciencia.

El ascensor suena y las puertas se abren lentamente.

Rezo para que el apartamento de Wilbur sea el número 12, como recordaba, porque de lo contrario empezaría a golpear una puerta al azar.

Pero Wilbur abre la puerta, con una sonrisa en la cara antes de verme.

"¿George?", me pregunta, atónito.

Lo único que puedo hacer es asentir con la cabeza antes de sentir que todo lo que he estado apartando empieza a aflorar.

"¿Qué pasa? ¿Qué pasa? ¿Estás bien?", sigue preguntando y me abraza.

Y entonces no puedo soportarlo más.

Empiezo a llorar, no me reprimo como lo había hecho durante la última hora.

Wilbur no cuestiona nada, sólo me abraza mientras yo sollozo incontroladamente entre sus brazos.

Mis rodillas acaban cediendo, pero Wilbur no intenta sostenerme. Se hunde en el suelo conmigo, sin soltarme.

"Oye, oye, oye, estás bien, respira", me dice en voz baja.

Me pregunto qué pensaría la gente si nos viera a él y a mí sentados en el suelo del pasillo.

Me siento como un maldito idiota, me siento débil y patético, pero no sé qué más hacer.

Cada parte de mí quiere levantarse, dejar de llorar como una niña y explicar lo que ha pasado.

Pero las lágrimas no paran, y no quiero que Wilbur me deje ir.

Me siento como si acabara de sumergirme en el frío océano, y ahora Wilbur es una cálida ola que me mantiene firme.

Siento su mano frotando mi espalda, supongo que lo hace para intentar calmarme. Pero funciona.

Mis lágrimas terminan por agotarse, y es entonces cuando Wilbur considera que es seguro empezar a hablar.

"¿Te has hecho daño?", me pregunta.

Niego con la cabeza, temiendo que si hablo vuelva a derrumbarse.

Miro fijamente su camiseta gris, confundido porque tiene manchas de humedad en la parte delantera.

Tardo un minuto en darme cuenta de que esas manchas de humedad son mías.

Rooftops (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora