En Los Ojos Del Dragón || ChanBaek.

III

Entré en el bosque y me aferré a mi espada, este lugar siempre me ha dado miedo, porque parece que te observan desde las sombras. Estaba muy oscuro, pues la luna se escondía entre las espesas nubes.

Al salir del bosque, pude divisar la silueta de mi pequeño amigo, estaba muy cerca del río, esto hizo helar mi sangre, ya que el río era un punto peligroso, bastante si soy sincero. Las corrientes en este lugar eran muy fuertes, varias personas han muerto y sus cuerpos nunca fueron encontrados. Observé que del otro lado estaban las grandes montañas y enormes árboles que impedían ver lo que había más allá.

Luhan vestía esas prendas sucias del otro día, la razón de ello, es que la familia del niño no tenía los recursos necesarios para cambiarse de ropa todos los días, así como bañarse. Solo la corona podía darse tales lujos.

Me acerqué a él, mientras notaba que no despegaba su mirada de las fuertes corrientes.

—Espero que lo que sea que tengas que decir valga la pena como para que me haya escapado del palacio, además de que probablemente recibiré un regaño del rey.

Mi voz hizo que se sobresaltara. Se giró muy rápido en mi dirección, tanto que creí que podía lesionarse el cuello.

—Cielos Baek, me has asustado.—dijo y llevo una mano a su pecho. Su piel, que se había vuelto pálida por unos segundos, volvió a tener color.

—¿Por qué aquí? ¿Sabes lo peligroso que es? Si el rey…

—Nadie viene a este lugar y menos a esta hora.

A pesar de que Luhan tenía diez años, era bastante alto para su edad.

Sus ojos me observaron con temor.

Yo había ido en contra de un par reglas y normas de este reino, y aunque quisiera decir que jamás fuí en contra de esta, porque el río era un lugar aburrido y no hay nada interesante por aquí. No obstante, fui obligado, no solo una, ni dos veces. Con esta era la quinta vez que mis pies pasaban estos lares, tengo que aclarar que pensé que no volvería a tener el infortunio de regresar.

—¿Qué era lo que me…

—Sígueme —Me interrumpió Luhan apartando la mirada, ni siquiera esperó a que dijera algo, caminó cerca del río y en dirección contraria a donde corría este.

—Oye, aléjate de allí —dije cuando me di cuenta de que caminaría a la orilla—. Es peligroso.

Seguía sus pasos pero manteniendo mi distancia del agua.

—Iremos a visitar a mi amigo.

Que dijera eso me causó celos. No quería sonar egoísta, pero ese amigo no me daba buena espina y eso que no lo conocía. El que haya hecho venir a Luhan hasta aquí, ya lo hace una mala persona, pues solo metería problemas al niño si alguien descubre que ha estado viniendo a este sitio. Así que, no deseaba que el pequeño Luhan mantuviera relación con esa persona.

—¿Acaso tu amigo vive en la cascada? —pregunté con mi ceño fruncido—. Oye, ya está oscuro, mejor regresemos —propuse, sin embargo, Luhan siguió caminando, siguió y siguió, no quería dejarlo solo, así que también seguí cada paso que él daba—. Luhan, debemos regresar… ¿Por qué estamos yendo hacia la cascada? Es peligroso… Luh…

Ignoró lo que le decía. Todo el camino.

Me daban ganas de tirar de su brazo y llevarlo a la fuerza de nuevo al pueblo, pero tenía miedo de que él se enojase, no quería que sucediera eso porque podía arruinar mi amistad con él. Luhan es el único amigo que tengo, bueno, aunque Siwon y Jongdae también, pero… Es que Luhan es mi primer amigo, es especial para mí.