Soy mitad humano, mitad dragón. Bajo mis manos habían muerto tres personas, mi familia.
Giré mi cabeza hacia un lado, Chanyeol estaba junto a la ventana. Sus hombros caídos y su mirada perdida en el horizonte nocturno hablaban de la lucha interna que estaba teniendo.
—La mitad de lo que soy, es como tú. La otra... Es despreciable. —Llame su atención, se giró hacia mí. Con una media sonrisa en mis labios, traté de transmitirle un destello de confianza—. Prometo devolverles la felicidad que mi hermano les ha arrebatado.
—No tienes que hacerlo, porque no nos has arrebatado nada.
—La mitad de mí... Tiene algo de alguien que amaste. —Le dije sintiendo ese nudo en mi garganta y apartando la vista. Me cubrí con las sábanas hasta el cuello y me dediqué a apreciar el techo—. Dijeron que estoy maldito porque mi sangre es sucia.
—¿Qué quieres decir?—preguntó, pero el interés estaba muy lejos de su voz. Al parecer sus pensamientos estaban, en otra parte, lejos de aquí. Al parecer hablar no era lo que quería en este momento.
—Hace mucho tiempo existió una princesa que se enamoró de un malvado dragón —murmuré después de haber tragado saliva—. Lo que la gente no sabe es que esa mujer amó a esa bestia, tanto así que concibieron un niño. Un dragón especial.
Me senté de golpe, no le tomé importancia al dolor en mi espalda baja. Me dediqué a mirarlo en silencio. Chanyeol tenía el ceño fruncido y el brillo en sus ojos era confusión pura. Me observó fijamente, como si buscara respuestas en el abismo de mis ojos y por un instante, deseé entregarme a él una vez más.
—No comprendo.
—Yo desciendo de ese amor.
—Baek... —Un escalofrío recorrió mi espina dorsal cuando se acercó—. Acuéstate, duerme un poco más.
—Iban a matarme.
—Estás aquí ahora.
—Porque soy como tú.
Extendí mi mano, temblorosa, y dejé que mis dedos rozaran su mejilla con delicadeza.
—Lo sé.
—Lo supiste desde ese día. ¿No es así?
—No quería hacer suposiciones. Ya te habían herido demasiado como para que yo agregara más dolor con una noticia así.
—No me hiere. —Le confesé. Acercando su rostro al mío, y sentí el calor de su aliento en mi piel. Cerré los ojos brevemente, permitiéndome disfrutar de su cercanía, antes de apartarme con cautela—. Me tranquiliza, me hizo entender la razón del desprecio que ellos han sentido hacia mi persona.
Me dejé caer sobre las sábanas. Chanyeol se sentó a mi lado, sus manos cálidas tomaron las mías con delicadeza y empezó a explicarme todo acerca de los dragones mitad humanos.
No era inmortal, pero viviría muchos años. Pues, si un especial no puede convertirse en dragón, significa que ha heredado los largos años de vida que ellos poseen. Que los especiales son débiles, por lo tanto, si pueden morir con cualquier arma mortal, aunque no sea de oro. Dijo que los dragones especiales necesitan dormir y alimentarse como un humano cualquiera.
Al despertar, Chanyeol no estaba, pero se escuchaba ruido afuera. Los sonidos distantes me hicieron sobresaltar, y una oleada de ansiedad me invadió. ¿Qué estaba sucediendo?
Con movimientos lentos y torpes, me levanté de la cama. Mire la ropa que yacía sobre una silla de madera. Chanyeol debió ordenar que me trajeran algo para vestirme. Lo hice con rapidez, deseando salir de la habitación y saber qué ocurría.
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En Los Ojos Del Dragón || ChanBaek.
FanfictionDesde hace muchos años se ha venido contando la historia de aquellos seres. Se cree que son enormes, espeluznantes y que toman forma humana para seducir a su presa y luego acabar con ella. Los Dragones. Se cree que se encuentran del otro lado del r...