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El crepitar de la hoguera era el único ruido que había entre nosotros. Mis sienes palpitaban al mismo ritmo que mi corazón.

Me dolía la cabeza.

Antes del anochecer escuché algo que realmente no quería. Estaba empezando a unir cabos en mi mente, llenándome de temor.

La noche había llegado, envolviéndonos con su manto oscuro y el frío se sentía hasta mis huesos. Los niños estaban dormidos desde bastante rato. Cómo el sitio era demasiado estrecho, ahora todos nos encontrábamos sentados en los troncos de madera alrededor de la hoguera, frente a la puerta de la cabaña. En silencio, cada uno perdido en sus propios pensamientos.

Me encontraba viendo como el fuego bailaba y sintiendo su calor contra mi piel. Sabía que si levantaba la mirada encontraría el rostro de Chanyeol iluminado por el resplandor de las llamas y estaba seguro de que sus ojos se verían más brillantes, pero me resistí.

—¿Cómo era?—pregunté en un susurro, con ese nudo en la garganta, sin atreverme a levantar la mirada hacia los demás.

Sabía que nadie me respondería, que mi pregunta se perdería en el vacío, era de esperarse, puesto que, ellos no saben a quién me he dirigido.

—¿De qué hablas? —me preguntó Kai.

—El hombre que mataste en las montañas —El ambiente se puso tenso en cuanto pronuncié esas palabras. Esta vez alcé la vista. Kai y Kyungsoo guardaron silencio, sus miradas encontrándose, se hallaban confundidos—¿Cómo era?

Había escuchado su discusión hace varias horas, y esa no era mi intención, pero yo me encontraba cerca de ellos y ellos no notaron que yo estaba ahí. Kyungsoo había dicho algo... algo que deseaba que negara, aunque en el fondo sabía que no sería así.

Kyunsoo siempre fue un hombre que intimidaba, está vez no fue la excepción. Cuando sus ojos amenazantes se posaron sobre mí, sentí escalofríos. Noté como la mandíbula se le tensaba y su cuerpo se volvía rígido como una roca.

—Mis disculpas, no puedo responder a su pregunta.

—Dímelo —lo presioné, ignorando que me estaba tratando con respeto y yo lo estaba tuteando. No aparte la mirada, al contrario, lo desafíe con esta, le advertí que no le tenía miedo.

Kyunsoo parecía ser de esas personas que siempre siguen las reglas, que nunca rompían un solo plato, y cuan fastidioso era eso para mí. Odiaba esa clase de personas.

—Dile —habló Chanyeol, fue entonces que Kyunsoo dejo de estar a la defensiva y relajó sus hombros.

—Quiero olvidar ese acontecimiento, majestad.

—¿Cómo era? —repetí mi pregunta buscando desesperadamente una respuesta, apreté los puños, tenía que contenerme. Parecía que Kyunsoo estaba tratando de desviar la conversación— ¿¡Dime!?

—¡Ay! —exclamó con un tono entre frustrado y resignado—¡Por todos los Dioses! Baekhyun, no sea un grosero.

—Dímelo.

—Tenía sus ropas desgastadas. —Comenzó a decir, tratando de recordar. La iluminación hizo brillar los ojos de kyunsoo, quien se encogió un poco ante mi mirada.—. No lo recuerdo bien, pero era alto. El cabello oscuro... No sé, ya no recuerdo más...

—¿Qué más? ¿Dime qué más?

El viento azotó contra mi rostro. Kyunsoo pareció tomar un momento para reflexionar antes de continuar, y cuando lo hizo, sus palabras hicieron que mi corazón estallara.

—Sus ropas estaban llenas de harina. —concluyó.

Lo sabía.

Con el corazón latiendo furioso, me levanté y me acerqué con rapidez a kyunsoo con la toda la intención de matarlo, de hacerlo pedazos. Él se puso de pie y retrocedió, su rostro reflejando sorpresa y desconcierto ante mi súbito cambio de actitud,

En Los Ojos Del Dragón || ChanBaek.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora