XXXVII

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—Yo iré después majestad, aún tengo algunas cosas que hacer aquí.

—¿Kyungsoo no se ha ido? —le preguntó Chanyeol con poco interés a Kai, mientras se acomodaba el Tahalí al rededor de su cintura.

—Así es, partirá en un par de horas —le informó dándome una mirada— ¿Tú también irás? ¿No se supone que te regresarías a tu reino?

—Irá conmigo —le contestó Chanyeol por mí. Asentí sin decir ni una palabra— ¿Y Luhan?

Luhan iría con nosotros a la casa de Chanyeol, que no tengo la menor idea de dónde está. Chanyeol solo me dijo que me llevaría a conocerla y yo pedí que Luhan viniera con nosotros.

—Eh, me temo que el niño irá conmigo después, se niega a irse sin Sehun.

—¿Estás de acuerdo con eso? —me preguntó Chanyeol mientras guardaba su espada, alzó la mirada y yo asentí una vez más—¿No llevarás nada?

—No tengo nada aquí.

—Bien... Pídele a alguien que le aliste algo de ropa.

—Sí —contestó Kai, dirigiéndose con prisa al interior del castillo.

A lo lejos observé que Minseok se acercaba, esta era la primera vez que no lo veía con esa armadura. Sonreí y pase de Chanyeol, dejé que siga hablando con sus guardias.

—Hola—saludé agitando mi mano.

—Buen día. —Me devolvió el saludo de forma cortés. Siempre me impresionaba el color de sus ojos.

—¿También irás?

—No, yo debo quedarme a...

Sentí que me tomaron del brazo con delicadeza y me hicieron retroceder despacio.

Minseok le hizo una reverencia a Chanyeol.

—Es hora de irnos —me informó, me miró de forma seria.

—¿Ya? Ah, está bien —le dije—. Nos vemos.

Me despedí rápido de Minseok porque Chanyeol tiró de mi brazo y me obligó a caminar, no le ordenó a Minseok que podía volver a su postura habitual. Se mantuvo allí y no pude ver si siguió así, porque Chanyeol abrió la puerta y me indicó que subiera. Lo hice y me quedé sentado allí, esperando por él. No tardó en subir y el carruaje empezó a andar.

Me había dicho que el viaje duraría un día y medio, así que no sé qué iba a hacer todo este tiempo aquí dentro. Las imágenes que me han estado acompañando en las últimas horas, volvieron a adueñarse de mi mente, pero decidí desviar mis pensamientos. Lo último que quiero es tener una erección frente a Chanyeol, además, aquí no podré salir corriendo.

Miré por la ventana, los árboles eran muy grandes.

—¿Por qué tú no vives dentro de un árbol? ¿Has vivido antes en uno?

—Si. Cuando era más joven.

Estaba frente a mí. Sus ojos rojos se veían casados, como si no hubiese podido dormir en toda la noche, no había ojeras, pero en ellos noté qué le faltaba algo de sueño.

—¿Cómo eras de joven? —pregunté luchando contra las ganas de sentarme junto a él. Ignorando que sus ojos me observaban con deseo, parecía querer poseerme tanto como yo a él.

Desvío la vista y yo quise protestar.

Mírame.

Has que vuelva a sentirme deseado.

—Bueno....No como el resto desde luego.

—¿Entonces...

—La gente solía despreciarme antes de ser rey. Después de ser rey también, hasta que me gané su respeto. Cuando era joven, las personas me aborrecían simplemente porque tenía un parecido con los humanos.

En Los Ojos Del Dragón || ChanBaek.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora