XXV

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—¿Qué fue lo que hiciste? —preguntó, sus ojos rojos se posaron en mí y yo negué enseguida. Me quedé callado, no tenía la menor idea de lo que podía decir—. Defiéndete.

—¿Por qué tengo que haber hecho algo? —Fingí que no sabía de lo que hablaba. Me miraba con su ceño fruncido, dudoso.

Chanyeol se dio cuenta de que pasaba algo porque desde que llegó al castillo, me he comportado raro. Para llevar tan poco tiempo conociéndonos, él me conocía más que bien.

—Has estado actuando extraño desde que llegué y no has querido salir de este lugar. —Entró en el sitio en el que estaba.

Me quedé encerrado aquí, en los aposentos que me habían asignado, solo porque no quería volver a encontrarme con la mujer de cabellos verdes.

Ha pasado mucho tiempo. Cando Yuri descubrió que era un farsante, hui de su lado. Sé que esta acción, solo empeoró todo, pero eso era lo mejor, ya que, si permanecía allí para arreglar mi error, lo arruinaría más.

—¿Qué fue lo que sucedió? —Volvió a preguntar. Al ver que no contesté (porque sentía que me iban a echar de una patada si le contaba lo que pasó) él habló—. No evadas el tema y no mientas. Quiero la verdad y solo la verdad.

—No...—Tragué grueso. Miré sus pupilas. ¡Maldita sea!

¿Siempre voy a decepcionar a todo el mundo acaso?

—¿Qué sucedió?

—¡Bueno! Creo que la mujer de cabello verde sabe que no soy un dragón, mucho menos uno especial.

—Te advertí que no hablaras con nadie. Eres el humano más tonto que he visto en toda mi existencia —habló con ese tono de voz severo. Cruzó sus brazos soltando un suspiro—¿Algo más?

¡Dioses!

¿Por qué me estaba presionando?

—Dijo que no fuiste elegido por el sol para ser rey.

A pesar de que me había estado regañando, Chanyeol tenía una expresión calmada, no obstante, este gesto cambió a disgusto total en cuanto escuchó lo último que salió de mi boca.

—Reina madre. —Me corrigió— ¿Se puede saber cómo dieron con ese tema? Te advertí que no tenías que preguntar sobre la vida en este reino.

—¡Lo sé! Es solo que...

Ni siquiera sé cómo fue que lo arruiné, cuando me di cuenta, ya todo estaba perdido.

Debí mantener la boca cerrada.

Las palabras se quedaron dentro de mí. Decidí callar.

—¿Te dijo algo más? —preguntó de nuevo al darse cuenta de que no diría nada, me miró durante los largos minutos en los que decidí permanecer en silencio, antes de que él hablara lo hice yo.

—Me contó sobre la marca con la que nace un niño cuando un rey muere y no deja descendientes.

—Bien... —Asintió dando pasos otra vez hacia la puerta, antes de salir se volteó en mi dirección—. Y por favor, deja de preguntar cosas en las que no tienes nada que ver.

Me quedé ahí encerrado más horas. Chanyeol no volvió a mi habitación, pero si envió criadas a darme comida. Esa acción me hizo sonreír, es que él era tan generoso. Chanyeol era tan diferente a sir Kai, era bueno y educado( en algunas ocasiones) en cambio, ese cretino de sir Kai...

Metí el trozo de fresa a mi boca, me estaba enojando.

Me asomé a la ventana.

Desde aquí arriba la vista era grandiosa. El cielo estaba gris, pero aun así, se veía increíble con esos dragones volando. Lo malo de esto es que eran ruidosos.

En Los Ojos Del Dragón || ChanBaek.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora