En Los Ojos Del Dragón || ChanBaek.

XXX

¿Al rey podía gustarle esa chica de pelo azúl?

No le prestaba atención a lo que el pequeño Sehun decía.

El niño seguía hablando sobre lo asqueroso que eran los besos para él, pero a mí, los pensamientos de la persona que podía gustarle a Chanyeol me iban invadiendo de a poco y me impedían seguirle escuchando. Sehun se quedó conmigo por varias horas, ya no dijo algo importante, me contó como conoció  a Luhan, sobre como era su casa en el ducado.

¿Si Chanyeol había preguntado por aquella princesa era porque se trataba de ella? No podía ser la mujer de cabello azul, porque no he visto nada de interés de parte de él.

Empecé a suponer que la persona que Chanyeol había querido en el pasado era esa princesa. Si no es así...¿Entonces por qué Chanyeol pregunto por ella? ¿Es ella la princesa de la que hablan los cuentos? ¿Quién es?

La noche estaba por llegar y yo tenía que irme de aquí. Sehun se fue una hora antes de que Kai regresara al castillo.

Me volví a poner las mismas ropas con las que llegue aquí y me senté junto a la ventana.

Más tarde, en cuanto escuché que Kai regresó. Corrí por los pasillos hasta la sala del trono donde estarían reunidos, me pregunté si Kai había encontrado algo.

Mientras corría, traté de deshacerme de esos pensamientos. Estaba tan celoso de que Chanyeol haya tenido a alguien más cuando yo no he tenido a nadie, puedo asegurar que todavía no la supera... Por algo me preguntó por ella.

Soy tan patético. Esto está empezando a hacerme sentir muy mal.

El guardia de cabellos amarillos, que siempre se encontraba en la entrada de esa sala, no estaba. Así que caminé y toqué la puerta.

Ya no tenía ánimos de nada.

—Adelante. —No era la voz de Chanyeol ni la voz de Kai.

Abrí despacio las puertas, ahí me di cuenta de que la voz era de Minseok. Caminé a paso lento, sintiendo la mirada de esas tres bestias sobre mí.

—¿Entonces? —pregunté fingiendo que no me afectaba nada—¿Hallaron algo?

—Esto no te incumbe. —Me contestó Kai con un tono de voz molesto.

Puse los ojos en blanco, no me apetecía discutir con él, miré a Chanyeol y este suspiró.

—Por favor, déjenme hablar con él. —Le pidió a Kai y a Minseok.

El de cabellos blancos solo asintió, hizo una reverencia y empezó a dirigirse a la salida. Por el contrario, Kai se quedó ahí, con la expresión de disgusto pintada en toda su cara.

Pues él, no era el único enojado aquí.

—No le debes explicaciones. —Le recordó, no esperó una respuesta e hizo una reverencia, sin siquiera darme alguna otra mirada, también se dirigió a la salida.

Cuando la puerta se cerró detrás de mí. Fue que le hablé a Chanyeol.

—¿Encontraron algo?

Él asintió, me dio la espalda para caminar hacia su trono, en el que tomo asiento y desde ahí me miró.

Me sentí tan miserable, me sentí humillado. Él no había hecho nada para que me sintiera así, pero de todos modos ese sentimiento desagradable se instaló en mi pecho. Tragué grueso...

Chanyeol inclinó su cabeza, me miró en silencio.

—¿Te encuentras bien?

—Sí —contesté enseguida, le sonreí tan falsamente, que tuve la impresión de que exageré.