XXIV

698 112 20
                                    

Me encontraba con los ojos cerrados, respirando profundamente el aire fresco, con olor a tierra húmeda, que entraba por la ventana. Este día era tan tranquilo.

Pero no podía quedarme aquí todo el día, tenía que ir a desayunar antes de que esos otros dragones se levantaran. Chanyeol había dicho que ellos iban a dormir cuando la noche estuviera a la mitad, antes del amanecer. O sea, solo dormían un corto tiempo.

¡Ah! Estos animales eran difíciles de comprender.

Esta vez me quité las prendas de dormir y me vestí con ropa cómoda. Chanyeol había llamado a mi manera de vestir, campesino. El idiota no sabía nada, él utilizaba ropa más horrible, con todos esos adornos parecía un mantel.

Me apresuré a bajar a ese comedor. Caminé por los pasillos con prisa, y antes de pasar por el salón principal, me detuve porque escuché la voz de una mujer. No la reconocí, pero la voz masculina desde luego que sí.

—¿No ha ido? ¿Está muy ocupado? ¿Me enseñará la colección que tiene aquí? —preguntó la voz femenina. Caminé despacio para poder asomarme un poco, ya que no había guardias.

—He estado algo ocupado. No quiero sonar grosero, pero necesito que se retire —Le pidió Chanyeol de forma amable.

Observé con mucho cuidado de no ser descubierto, cómo ella estaba de pie frente a él dándome la espalda, no se dio cuenta de mí, pero él, como estaba de pie frente a ella, pudo ver en mi dirección, se percató de mi presencia enseguida.

Sus ojos encontraron los míos, así que dejé de mirar y decidí pasar frente a la puerta para seguir mi camino hacia donde debía.

Chanyeol.

Desde que llegué aquí, todas estas criaturas, ni una sola vez lo han llamado por su nombre. Era un nombre lindo, así que no entendía por qué no se dirigía a él como tal.

Cuando llegué a la cocina, no había nadie, pero ya estaba un gran banquete para mí. Así que me senté en una silla, enorme y bastante llamativa. Empecé a comer despacio y en silencio.

Esto duró tan solo un corto tiempo, pues alguien más entró en el lugar haciendo sonar las puertas y ocasionando que me sobresalte en mi sitio.

Giré rápido mi cara en esa dirección y observé a esa bestia de cabellos azules. Lay, cómo lo había llamado Chanyeol, tenía una sonrisa de oreja a oreja. Antes, cuando estaba en presencia de Chanyeol, se vio distinto, pero ahora... Parecía un loco desquiciado.

—Así que es el señorito especial.

Fruncí el ceño, tragué lo que tenía en la boca y decidí hablar.

—Que pocos modales tiene para entrar de esa forma.

—¿Qué sabes tú de modales? —preguntó y en el tono de su voz pude sentir algo de burla. Caminó más y se sentó en la silla frente a mí—. Eres solo un mugroso campesino.

¡Ah! Chanyeol, te odio por haberle dicho a este animal que era de una clase baja. Pero es que este idiota me ha bajado más, ahora me ha llamado campesino.

—¡Es pueblerino! —Le corregí, dándome cuenta de que había alzado la voz, por lo tanto, traté de tranquilizarme. Cuando lo hice volví a hablar más tranquilo—. Pero este humilde pueblerino, que no ha sido educado como un duque, tiene más modales que usted.

—Cierre la boca. —Me ordenó tomando una uva con sus manos, para luego tirarla hacia algún lado del lugar—¿Por qué estás comiendo? ¿Los especiales también comen?

—Me llamo Baekyun... —Aclaré para que dejase de llamarme especial. Pensé en cómo podía obtener algo bueno de esta conversación— ¿Señor, dígame qué significa para usted un caso especial?

En Los Ojos Del Dragón || ChanBaek.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora