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En los días siguientes, trabajé más duro de lo que nunca había trabajado en cualquier cosa, decorando la vacía suite real del tercer piso. La futura habitación de Jennie. Los muebles que había en ella eran cosas de la sala de estar, y estanterías vacías... sólo para recordarme que mi padre no pensaba hacer una visita. Ahora la había convertido en el dormitorio y la biblioteca ideal para una chica, enviando a Jackson fuera en busca de catálogos de muebles, pintura, papel, todo.

-¿Y tú crees que esto está bien? -dijo Jackson- ¿Obligarla a venir aquí? No sé si voy a poder participar en...

-¿Un secuestro?

-Bueno, sí.

-Tú no viste al tipo, Jackson. Entró a la fuerza, probablemente a robar mis cosas para conseguir dinero para droga. Y luego, para salir del apuro, me ofreció a su hija. Tal vez lo haya hecho antes... ¿alguna vez has pensado en ello? Así que dije que sí. Sabes que no planeo hacerle nada malo. Quiero amarla. -Dios, sonaba como el Fantasma de la Ópera.

-Aún así creo que no está bien. Sólo porque hay un beneficio para ti. ¿Qué pasa con ella?

-¿Qué pasa con ella? Si su padre está dispuesto a entregármela, ¿quién dice que no puede dársela a alguna otra persona? Venderla como esclava, o algo peor, para comprar drogas. Yo sé que no voy a hacerle daño. ¿Puedes fiarte del siguiente tipo con quien intente esto?

Jackson estaba asintiendo con la cabeza, así que supe que estaba al menos pensando en ello.

-¿Y cómo sabes que ella será alguien apropiada de la que puedas enamorarte? -preguntó Jackson-. ¿Si el padre es un canalla?

Porque la he observado.

-Esta es mi única oportunidad. Tengo que amarla -le dije a Jackson-. Y ella tiene que amarme o será el fin para mí. -Y si puede amar a ese perdedor que tiene por padre, tal vez pueda ver más allá de mi aspecto y amarme a mí también.

Pasaron tres días. Escogí mantas y almohadas rellenas de plumas. La imaginé hundiéndose sobre la cama, lo más agradable que nunca hubiera tenido. Escogí las más finas alfombras orientales, lámparas de cristal. Apenas podía dormir esos días, así que trabajaba desde las cuatro de la mañana hasta la noche. Pinté el estudio convertido en biblioteca de un amarillo cálido con un ribete blanco. Para su dormitorio, escogí empapelado con un enrejado de rosas.

Jackson y Jisoo ayudaban, pero sólo yo trabajaba por la noche. Finalmente, las habitaciones estuvieron perfectas. Casi incapaz de creer que ella venía, hice más. Con el espejo, visité su casa y exploré sus armarios, luego me conecté online y compré la parte del departamento Junior de Macy's en su talla. Lo organice todo en el armario vestidor de sus nuevas habitaciones. Y compré libros... cientos de libros... y los organicé en estantes que llegaban hasta el techo. Compré parte de todas las librerías online e incluí todos mis favoritos, los títulos que había estado leyendo. Podríamos hablar de ellos. Sería tan genial tener a alguien de mi casi edad con la que hablar, incluso si era sólo de libros.

Cada tarde traían una nueva entrega urgente de UPS, y cada mañana me encontraba trabajando mucho y duro, pintando, lijando y decorando. Tenía que dejarlo todo perfecto, tenía que hacerlo, así tal vez ella mirase más allá de mi fealdad y encontrase algo de felicidad aquí, alguna forma de amarme. No quería pensar en cómo ocurriría eso, en que probablemente me odiaría por apartarla de su padre. Tenía que hacer que funcionase.

En la noche del sexto día, estaba en las habitaciones de la suite que sería de ella. Todavía tenía que arreglar mi invernadero, mi hermoso invernadero. Pero afortunadamente, hacía calor fuera. Me encargaría después. Por ahora, estudié la habitación. Los suelos, encerados a la perfección, brillaban junto a alfombras en matices de verde y oro. El aire olía a detergente de limón y a docenas de rosas. Había escogido las amarillas, que según había leído simbolizaban alegría, felicidad, amistad, y la promesa de un nuevo comienzo, y las había puesto en floreros de cristal Waterford a todo lo largo de la suite. En su honor, había plantado una rosa nueva, una miniatura amarilla llamada "Pequeña Jennie". No había cortado ninguna de esas, pero se las mostraría la primera vez que visitase el invernadero. Pronto. Esperaba que le gustasen. Supe que así sería. Caminé hasta la puerta de su suite y, utilizando una plantilla y un diminuto cepillo empapado en dorado, pinté el acabado final en la puerta. Nunca había sido pulcra en mi vida anterior, pero esto era importante. Con una letra perfecta, la puerta decía:

Hᴀʙɪᴛᴀᴄɪᴏ́ɴ ᴅᴇ Jᴇɴɴɪᴇ

Cuando volví a mi cuarto, comprobé el espejo, el cuál mantenía junto a mi cama otra vez.

-Quiero ver a Jennie -intenté

La mostró. Estaba dormida porque era más de la una. Una pequeña y maltratada maleta estada junto a la puerta. Realmente venía. Me tumbé y caí en un sueño perfecto por primera vez en un año... no el sueño del aburrimiento, el fracaso, o el agotamiento, sino un sueño de expectación. Mañana, ella estaría aquí. Todo cambiaría.


~•~

Este capítulo no lo iba a publicar aún, pero me equivoqué y le dí en esa opción. x'D
Ya corregí ciertos errores que tuve, gracias por leer. :3

𝕭𝖊𝖘𝖙𝖎𝖆𝖑 (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora