Metzli
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Alrededor del mundo, en incontables culturas y a través de los tiempos, han existido mitos que rodean a extrañas criaturas, aquellas que comparten con los osos una fuerza descomunal y de los guepardos la facilidad para correr a una velocidad impresionante. Por su lado más oscuro, se les considera salvajes, bestiales, vengativos, con un temperamento que no debería ser puesto a prueba.
A pesar de existir desde hace milenios, no fue sino hasta hace poco menos de un siglo que la cultura popular las acogió. Se encargó de moldearlas, decidir cuál era su verdadera naturaleza y dictaminar su relación con el resto del mundo.
Las leyendas que contaban su historia fueron dejadas de lado, calificadas como meras alucinaciones de civilizaciones poco inteligentes. El hombre moderno quedó cegado por su egocentrismo, negando la existencia de todo lo sobrenatural, sin darse cuenta que esas criaturas aún estaban al acecho, aprendiendo, y que ahora eran capaces de esconderse a plena vista.
Mi especie ha cambiado, hemos evolucionado y nuestras costumbres han tenido que modificarse para que podamos sobrevivir. Nunca hemos abundado, nuestras manadas suelen ser de unos cuantos cientos, pero jamás de miles, eso nos permite pasar desapercibidos y resulta más fácil esconder nuestra verdadera naturaleza.
Sin embargo, nos ha llevado a desplazarnos a lugares remotos, donde la manada más cercana queda a cientos de kilómetros de distancia. En poco tiempo, nos dimos cuenta que el aislamiento era perjudicial y que necesitábamos de los demás, todo se reducía a la necesidad de entablar relaciones entre nosotros por conveniencia, la mayoría de las veces motivadas por el deseo de poder y, otras menos frecuentes, por la necesidad de encontrar al mate de algún miembro de la comunidad.
Siendo seres territoriales, se llegó al acuerdo de designar espacios comunes, academias en las que nuestros miembros de edad madura pudieran aprender nuestra historia, mejorar sus habilidades, crear relaciones y, con algo de suerte, encontrar a su mate.
Comenzó a cultivarse la razón y se puso por encima de nuestros instintos más salvajes, argumentando que estos nos volvían más cercanos a los animales. Aunque mi manada no comparte ese pensamiento, es recurrente encontrar manadas que reprimen su lado bestial y niegan su verdadera naturaleza.
Las academias se encuentran alrededor del mundo y suelen albergar a miembros de unas cinco manadas a la vez, los suficientes para que sean una institución numerosa, pero sin crear problemas de rivalidad o que llamen demasiado la atención.
Así, nuestra especie no se ha extinguido, sino que crece fuerte y se adapta, lista para el momento en el que no tengamos que seguir ocultándonos y, una vez más, podamos ser libres de compartir nuestro mundo.
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Wolf Academy
WerewolfEn un mundo donde los hombres lobo han dejado su lado salvaje para regirse por su lado más racional, Metzli, la hija de un alfa perteneciente a una manada mexica, intenta abrirse paso. Sin embargo, cuando su manada se integra a una academia de lobos...