Metzli
.
El sonido tranquilo y melódico de alguien que tarareaba me trajo poco a poco de regreso a la consciencia. Aún sin abrir los ojos, pero cuando fui más consciente de mi alrededor, me di cuenta que estaban tarareando una vieja canción de cuna de mi manada.
Cuando por fin abrí los ojos, volteé a mi lado izquierdo y me encontré con Neli, acariciando delicadamente mi brazo mientras terminaba la canción. Me recibió con una enorme sonrisa que no tardé en corresponder.
-Tenía mucho que no escuchaba esa canción. Mi madre solía cantarla para Tonatiuh y para mí cuando éramos cachorros- Comenté una vez que Neli terminó la canción.
-Mi madre también nos la cantaba- Agregó ella mientras acomodaba un mechón de mi oscuro cabello detrás de mi oreja -¿Cómo te sientes?-
Medité su pregunta mientras comprobaba cada parte de mi cuerpo. Se sentía pesado y exhausto, algo molido, como si hubiera corrido miles de kilómetros sin detenerme en ningún momento a tomar aire.
-Bien- Dije una vez que hice el recuento de los daños.
Intenté incorporarme, pero cuando quise sentarme, sentí una punzada debajo de mi pecho.
-Será mejor que te recuestes otro rato, tus costillas están terminando de sanar- Me aconsejó Neli mientras delicadamente guio a mi cuerpo para acostarme de nuevo.
-¿Cuánto tiempo llevo aquí?- Miré a mi alrededor, dándome cuenta que estaba en la enfermería, con una cortinilla de cada lado de la camilla para darme algo de privacidad.
-Te trajeron ayer en la tarde después de tu pelea con ese alfa- El tono mezquino de Neli no me pasó desapercibido y sonreí.
-¿Sobrevivió?- Realmente no me importaba si el lobo moría o vivía, pero después de todas las ofensas que había cometido en contra de mí, esperaba que por lo menos lo hubiera dejado moribundo.
Si lo pensaba bien, no era el mejor de los escenarios que estuviera muerto, eso podría traer problemas a la manada y, aunque Tonatiuh y el resto estuvieran de acuerdo con mis acciones, necesitábamos las relaciones con la academia, así como con las demás manadas de este lugar.
-Apenas- Dijo Neli -Si hubieran tardado un poco más en traerlo a la academia hubiera sido demasiado tarde- Asentí.
Iba a pasar mi mano por mi cabello para alejarlo de mi rostro, cuando noté un vendaje. Miré a Neli para preguntarle qué había pasado, pero pareció leer mi mirada, porque respondió a mi pregunta no formulada.
-Un esguince mientras peleabas- Asentí nuevamente.
No era algo nuevo que no notara las heridas mientras estaba en la batalla. Mi cuerpo se llenaba de adrenalina y mi lobo era lo suficientemente fuerte como para seguir peleando, aunque estuviera tan lesionado que apenas pudiera moverme.
-Ojalá hubieras estado ahí, Neli. Te hubieras caído de culo de la risa al ver lo patéticos que son esos lobos al pelear. Se creen tan poderosos por su tamaño, pero no pueden ni mantenerse en sus cuatro patas por más de dos minutos- Me reí.
Ahora comprendía muy bien que el tamaño no igualaba a poder. Había notado que los lobos del norte estaban tan cegados por su egocentrismo que realmente no prestaban la atención necesaria a su entrenamiento. Eran demasiado débiles, demasiado lentos, entrenaban como cachorros, seguros de que su tamaño y gran peso sería suficiente para derribar a su oponente.
-Aunque lo encuentro igual de divertido que tú, Metzi- Comenzó Neli. Su tono no emparejaba el mío, sino que sonaba seria -Tu pelea nos ha metido en muchos problemas-

ESTÁS LEYENDO
Wolf Academy
WerewolfEn un mundo donde los hombres lobo han dejado su lado salvaje para regirse por su lado más racional, Metzli, la hija de un alfa perteneciente a una manada mexica, intenta abrirse paso. Sin embargo, cuando su manada se integra a una academia de lobos...