Alexander
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En cuanto asentí, alentando a Metzli, esta se movió para atacar a Cameron.
Sentí un enorme orgullo en mi pecho. Me moría de ganas por ver a Metzli poner en su lugar a ese alfa. A pesar de que quería ser yo el que le reventara el hocico por atreverse a hablar de ella de esa manera, sabía que esta era una batalla que Metzli tenía que luchar por sí misma y no había nada que yo pudiera hacer para evitarlo.
En cuanto Cameron sintió la amenaza en los movimientos de Metzli, se transformó. Su complexión era inmensa y su altura superaba a Metzli por bastante, pero yo sabía mejor que nadie que no debía subestimar su tamaño.
Levi y Nicholás gruñeron en su dirección, pero Metzli no se intimidó por ellos. Cuando dio un salto apoyada con sus patas traseras y sus colmillos cayeron directamente en el cuello de Cameron, los otros dos lobos se movieron para atacarla, sin embargo, su inmenso tamaño les impedía acercarse sin hacerle daño a su alfa.
Metzli soltó su agarré y se movió con gran rapidez hacia Levi, empujando con su cabeza su torso. Gracias a su increíble fuerza, lo mandó por los aires hasta golpear un árbol. Sin perder un segundo, se volteó hacia Nicholás y en sus ojos solo vi determinación y una sed de sangre que rayaba lo bestial.
Nicholás fue más listo y nunca desvió su mirada de los movimientos de Metzli, pero cuando se abalanzó para atacar, ella pasó entre las patas del lobo hasta quedar debajo de él y en un movimiento casi imperceptible, levantó todo su cuerpo, haciendo que Nicholás sufriera el mismo destino que Levi.
Al igual que la vez anterior, Metzli había logrado someter a los lobos en tan solo un par de movimientos. Detrás de mí, Elia aulló de orgullo y yo no pude evitar sonreír. Sin embargo, la acción de Elia distrajo a Metzli lo suficiente como para que Cameron la embistiera.
Casi salté para lanzarme al ataque, pero Metzli fue rápida en reponerse y levantarse nuevamente en cuatro patas. Gruñó en dirección al alfa. Cuando quiso dar un paso, vi cómo su pata derecha delantera le fallaba, pero eso no impidió que siguiera avanzando para encontrarse con su oponente.
Si ver a Metzli luchar en su forma humana era algo digno de presenciar, verla mientras lo hacía en su forma de lobo era extraordinario. Sus movimientos eran calculados y aprovechaba la inmensidad de su oponente a su favor. A pesar de estar lesionada, supo recomponerse y en ningún momento dió un paso en falso.
Podía oír el aliento de Cameron caer pesado, le costaba respirar y parecía cansado. Obviamente no estaba acostumbrado a luchar con alguien con la velocidad y fuerza de Metzli.
Giré mi atención momentáneamente a los otros dos lobos, pero seguían inconscientes. Presté atención al sonido de sus corazones y cuando me aseguré de que latieran a un ritmo estable, volví mi atención a Metzli.
En un último intento por derribarla, Cameron corrió con su cabeza gacha para embestir a Metzli, pero ella fue más rápida en adivinar sus intención y dio un saltó, cayendo sobre el lomo del alfa. Se aferró con sus garras y en cuanto los movimientos de Cameron le abrieron un espacio a su yugular, Metzli no dudó dos veces en clavarle los colmillos.
Mierda. No podía dejar que lo matara, si lo hacía podía comenzar una guerra entre las manadas.
-¡Metzli!- La llamé, pero su atención estaba inmersa en la batalla que tenía entre sus garras.
No bromeaba cuando decía que entrenaban para matar. Volví a llamarla, pero no parecía hacer uso de razón. Me voltee para decirle a Elia que debía detenerla o las cosas podrían complicarse para ellos.
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Wolf Academy
WerewolfEn un mundo donde los hombres lobo han dejado su lado salvaje para regirse por su lado más racional, Metzli, la hija de un alfa perteneciente a una manada mexica, intenta abrirse paso. Sin embargo, cuando su manada se integra a una academia de lobos...