Capítulo VI

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Metzli

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Enredé mi cabello en la toalla mientras terminaba de ponerme mi blusa favorita. Era de un concierto al que mi hermano y yo habíamos ido hace unos años, tenía el logo de la banda en la parte de enfrente y los lugares del tour en la parte de atrás. Me quedaba un par de tallas grande porque había esperado al final del concierto para comprarla, cuando las demás tallas ya no estaban disponibles.

Me senté en el escritorio y masajeé mis ojos. Me sentía cansada, la semana había sido más pesada de lo que me hubiera imaginado.

Las tareas eran interminables, ya tenía programados tres exámenes dentro de dos semanas y un ensayo. Era más que capaz de estudiar y tener todos mis trabajos terminados a tiempo, pero el cansancio mental era inevitable, y por mucho que mi cuerpo se sintiera en su mejor forma, si mi cerebro no se sentía lo suficientemente bien, no había nada que yo pudiera hacer.

El sonido de una videollamada entrante hizo que despegara las manos de mi cara. Enfrente, la pantalla de mi computadora mostraba una foto de mi hermano.

Sin pensarlo dos veces, le di aceptar y su rostro abarcó toda la pantalla.

-Jao, siuaiknitl- La voz de mi hermano se sintió cálida en mis oídos.

-Hola, hermano- Sonreí ampliamente, respondiendo su saludo, feliz de volver a verlo, aunque fuera a través de una pantalla.

-Me gusta tu cambio de imagen- Por un segundo me sentí confundida, pero luego recordé la toalla enredada en mi cabello y rápidamente la desenvolví.

-Ja ja, eres muy gracioso- Froté perezosamente la toalla por mi cabello, terminando de secarlo.

-¿Qué tal tu primera semana?- Pude ver por los libros detrás de él que se encontraba en su oficina.

-Bien, nada fuera de lo normal- Me encogí de hombros.

-¿Segura? ¿Nada que tengas para decirme?- Sus ojos brillaron con algo que no supe interpretar, ¿burla? ¿emoción?

-Nop- Respondí remarcando la p.

-El director me llamó el otro día...- Mierda. Eso solo podía significar una cosa -Dijo cosas muy interesantes sobre cierta loba en su primer día de clases- Mierda, mierda, mierda. -¿No te suena?-

-¡No fue culpa mía!- Solté, dispuesta a defenderme -Ese estúpido lobo le faltó el respeto a Neli, a mí, a todas las hembras-

-Metzi...- Comenzó mi hermano. A través de la pantalla vi que se frotaba las sienes, claramente exhausto -Sabes que es contra las reglas transformarse sin permiso-

-Lo sé, tiachkautli, lo sé. Pero sabes bien que tenía que defender a Neli, es nuestro instinto- Mi hermano tenía que entender -La manada es primero, tú mismo lo has dicho-

-Sí, lo sé Metzi, pero también comprendo que la sociedad en la que vivimos se rige por normas, reglas que garantizan que todos estemos a salvo- Odiaba cuando hablaba así, no sonaba en nada como mi hermano, sino como un alfa enseñando una lección a un cachorro -Si había problemas, debiste ir con algún profesor, no solucionarlos tú misma-

-Dime que estás bromeando- ¿Quién era él y qué había hecho con mi hermano? -Tonatiuh, ¿Crees que el mismo sistema que denigra a las hembras hará algo cuando se comete una ofensa en contra de ellas? Especialmente cuando es un macho el que se ha atrevido a llamar zorra a Neli- Vi las pupilas de mi hermano dilatarse, sorprendido de mis palabras.

-¿Quién la ha llamado así?- Sonaba molesto. Después de todo sí era mi hermano y sentía la ofensa contra Neli como suya propia, tal como yo lo había hecho ese día.

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