Alexander
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El día estaba resultando mejor de lo que había esperado. Nunca me había sentido intimidado por el primer día de clases, sin importar lo poco preparado que me sintiera.
Me sentía en mi elemento. El estudio, las interminables tareas y los ensayos me hacían estremecer de la emoción. Desde que era un cachorro me habían inculcado a cultivar mi mente al igual que mi cuerpo.
Era el mejor de la clase desde que tenía memoria y siempre había mostrado una inteligencia superior a los lobos de mi edad, tanto dentro del aula, como en el campo de batalla. Por mucho que Henry se burlara de mí, sabía que yo era su ejemplo a seguir y eso solo hacía que mi orgullo se inflara.
Todo estaba saliendo como de costumbre, hasta que una hembra insufrible decidía hablar en clase. Sus aportaciones eran un tanto... peculiares. Hablaba de política, de empoderamiento y liberación femenina.
Sus palabras eran extrañas, demasiado técnicas y demostraban no solo que había leído mucho sobre el tema, sino que le apasionaba. En cierto sentido era hipnotizante verla. Aún así, se ganó una que otra reprimenda de los profesores, parecía no estar muy conforme con su posición social como hembra.
Todos los lobos de su manada tenían una manera peculiar de expresarse y actuar. Era como si no supieran absolutamente nada de los comportamientos básicos entre lobos, como si no fueran conscientes del lugar que cada uno tenía dentro de la sociedad.
Se hablaban entre sí con mucha informalidad y el respeto que mostraban a sus hembras, como si les temieran hasta cierto punto. Definitivamente había algo raro en los lobos del sur.
-¿Estás listo, alfa?- Sentí la mano de Henry darme un par de golpes leves en mi espalda desnuda.
-Listo para patear tu trasero de nuevo- Sonreí con arrogancia.
-Sigue soñando, alfa- Se alejó de mí, saliendo de los vestidores hacia el campo al aire libre que usábamos para entrenar.
Después de terminar de colocarme una camisa de deporte sin mangas, seguí los pasos de Henry, hasta encontrarme con el entrenador, rodeado de un grupo pequeño de lobos.
Los entrenamientos se llevaban a cabo con un grupo de lobos reducido con edades similares, por lo regular se dividían los grupos de cada año, para que las clases fueran más individualistas y poder trabajar en las ventajas y desventajas de cada lobo.
Generalmente, las divisiones se daban de acuerdo al género, pero debido a las nuevas reglas de integración, ahora teníamos a hembras entre mi grupo.
El entrenador comenzó a dar instrucciones para el calentamiento. Seguí de forma mecánica los ejercicios.
No pude evitar mirar a Metzli. Llevaba un minúsculo short deportivo, haciendo que sus piernas se vieran largas, a pesar de su corta estatura. Su piel morena resplandecía bajo los rayos del sol tardío. Su camisa de tirantes se pegaba a su torso y a su pecho de una manera provocativa.
Vi cómo un par de lobos de otras manadas la miraban atentamente mientras se agachaba, pendientes de cada movimiento que hacía. Si hubieran sido de mi manada, los hubiera mandado a azotar en ese mismo momento por verla de aquella manera.
-Alexander- Escuché la voz de Henry a mi lado -¿Está todo bien, hermano? Pareciera que estás a punto de saltarle al alfa Cameron y Dan, y acabas de gruñir- Lo miré perplejo. ¿Hablaba en serio?
Miré a mi alrededor. Solo Henry parecía haberse dado cuenta de mis acciones, así que le dije que estaba un poco irritado por la clase mixta y él asintió, concordando conmigo.
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Wolf Academy
Manusia SerigalaEn un mundo donde los hombres lobo han dejado su lado salvaje para regirse por su lado más racional, Metzli, la hija de un alfa perteneciente a una manada mexica, intenta abrirse paso. Sin embargo, cuando su manada se integra a una academia de lobos...