Metzli
.
-Alexander- Mis intentos por llamar su atención y evitar que entrara a la habitación donde tenían a Dania fueron obsoletos.
Era un lobo poseído, en este momento no escucharía razón alguna. Lo único que quería era llegar con su hermana. Podía comprenderlo perfectamente, si Tonatiuh estuviera en una situación similar, no hubiera nada que me impidiera llegar a él.
Los betas se quedaron conmigo fuera de la habitación. Ambos tenían expresiones preocupadas y de alarma. Aún parecían abatidos por los sucesos recientes y quise darles algunas palabras de consolación, algo que les hiciera sentir mejor, pero yo no era muy buena con eso.
Me senté en la banca contraria a la habitación y llevé mis manos a mis hombros, intentando relajarme. El estrés provenía de Alexander, podía sentir en cada fibra de mi cuerpo la preocupación, el miedo que sentía de perder a Dania.
-Metzli, ¿Te encuentras bien? ¿Quieres que llamé a alguna enfermera?- La beta Lidia se sentó a mi lado y puso una mano en mi hombro.
-No, gracias. Es Alexander...- Dejé la frase sin terminar y por la mirada que la beta me dio, supe que entendía a lo que me refería.
Sus ojos me miraron con simpatía. Ella también conocía lo que era sentirse abrumada por los sentimientos de tu mate. No saber dónde terminaban los tuyos y comenzaban los de él.
-Con el tiempo se volverá más fácil- Su sonrisa era tierna y pensé que así se veía una madre cuando quería consolar a un hijo -Puede que ahorita te abrumen sus emociones y no sepas distinguir entre las tuyas y las de él, pero con el tiempo, serás capaz de percibir cualquier pequeño cambio en su humor, se volverá tan sencillo como respirar-
Sus manos siguieron las mías hasta mi regazo y me dio un fuerte apretón. En eso, sentí una corriente helada recorrer mi espina dorsal y toda la angustia desapareció en un instante.
Cerré los ojos y suspiré. Podía identificar ese sentimiento. Alexander quería apagar toda emoción, distanciarse de sus instintos para mantener su cabeza fría.
Era extraño tener este tipo de conexión con alguien. Saber cosas tan íntimas, se sentía como una violación a su privasidad. Sin embargo, también era vigorizante sentir las corrientes de energía por todo mi cuerpo cuando lo tenía cerca.
-Iré por un café, ¿Quieres que te traiga algo, amor?- El beta preguntó a su mate, su mano acarició su cabello con ternura.
Ella negó, y aunque sus manos no se despegaron en ningún momento de las mías, sus ojos miraban con adoración al beta.
-¿Metzli?-
-No, gracias beta. Creo que debería avisar a la alfa del estado de Dania- Hice el intento de levantarme, pero Lidia me lo impidió.
-Ya viene en camino- Me aseguró.
-¿Qué hay del alfa? ¿No vendrá a ver a su hija?- Ambos desviaron la mirada, sin atreverse a mirarme a los ojos -Ya veo-
Apreté mi mandíbula, sin intención de ocultar mi enojo.
-El alfa está recorriendo el territorio para asegurarse que no haya más rogues cerca-
-Su hija está al borde de la muerte- Dije entre dientes.
El beta me miró con lástima, comprendiendo mi enojo pero, a diferencia de mí, él ya había aceptado al alfa tal cual era. Nada haría cambiar su frío corazón, ni siquiera estar tan cerca de la pérdida.
Me pregunté si reaccionaría de la misma manera si Alexander estuviera en el lugar de Dania, pero borré ese pensamiento inmediatamente. Era demasiado doloroso para siquiera considerarlo.

ESTÁS LEYENDO
Wolf Academy
WerewolfEn un mundo donde los hombres lobo han dejado su lado salvaje para regirse por su lado más racional, Metzli, la hija de un alfa perteneciente a una manada mexica, intenta abrirse paso. Sin embargo, cuando su manada se integra a una academia de lobos...