Capítulo 9: Papá

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Jenny

Sentí cómo el mundo se me venía abajo en tan solo unos minutos. Las palabras de mi hermana habían causado en mí la reacción que esperaba. Yo estaba en shock. Luego sentí como en los dibujos animados, cuando el protagonista tiene una idea y se le enciende una bombilla. La mía se encendió en un cuerpo moreno y delgado. Recordé al chico que mi hermana sacaba de su habitación a escondidas la mañana siguiente de traer a Dani a casa y, con sarcasmo, le pregunté:

—¿Cómo estás tan segura de que el padre de esa criatura es Dani y no cualquier otro de todos los que han pasado entre tus piernas? Eso, considerando que verdaderamente estés embarazada y todo esto no sea más que otro intento de utilizar a Dani de nuevo.

Metió su mano en el bolsillo y sacó un test de embarazo, el cual mostraba claramente que sí estaba embarazada. Las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos y, tal como en una cascada, corrían por mis mejillas sin cesar. En ese momento, el claxon del coche de Dani sonaba fuera de la casa, que llegaba para recogerme y salir a cenar juntos.

—Le dices tú o le digo yo —me dice, al escuchar el ruido del coche. Yo me quedé en silencio, aún estaba asimilando la noticia, cómo iba a poder compartirla—. Bueno, le digo yo — sentenció mientras salía de la casa.

Sentí que mi mundo dejaba de girar. Las rodillas me temblaban, mi corazón estaba a punto de salir de mi pecho. Sentía que estaba a punto de desmayarme en cualquier momento y, para acabar de completar mi desgracia, al entrar Dani por la puerta, mi hermana lo agarraba del brazo. Él intenta soltarse, pero de ahí en adelante no recuerdo nada más. Supongo que me desmayé.


Dani


Esta última semana ha sido como un sueño. Desde que Jenny y yo hablamos de cómo nos sentíamos, todo ha marchado de maravilla. Hasta a Leo le salió bien mi relación, lo veo de lo más enamoradito de una de las amigas de Jenny. Está súper emocionado cuando habla de ella y siempre se le ilumina el rostro. Mi hermana también está muy feliz de poder pasar más tiempo con Jenny.

Y yo… Yo estoy encantado con ella. Todos los días me presenta una nueva faceta que hace que me guste aún más. Es tan tierna, tan dulce y se ve tan encantadora cuando se enfada… Aunque tiene muy mal carácter, normalmente suele ser bastante tranquila. “Dios, creo que me estoy enamorando”, pienso. “¿Crees?”, me dice mi subconsciente. “Estás jodidamente enamorado de ella”.

Hoy voy a salir a cenar con ella y le voy a contar cómo me siento. El día ha pasado muy lento, no veo la hora de estar con ella. Estoy muy ansioso. Al final, no aguantó más y voy a buscarla, sin esperar a que me llame para decirme que ya está lista.

Cuando llego a su casa toco el pito del coche, pero ella no sale. Bajo del coche para entrar a buscarla y veo que se abre la puerta. Sonrío, pensando que es ella, pero mi sonrisa desaparece al ver a Érica. El solo pensar en lo mal que se la está haciendo pasar a Jenny me dan deseos de partirle los dientes. Pero, aunque sea una hija de puta, sigue siendo mujer, así que me controlo.

—¿Dónde está Jenny?
—Dentro. ¿Por qué no pasas? Creo que necesitamos hablar — me dice con una sonrisa malévola y un escalofrío recorre mi cuerpo.

No digo nada y entro. “¿De qué se supone que tendría que hablar con ella cuando ya está claro que estoy con su hermana?”, pienso, mientras camino hacia la casa.

Al cruzar la puerta vi a Jenny en la cocina. Estaba en un estado deplorable, nunca la había visto así. Sus ojos verdes estaban enrojecidos y gruesas lágrimas corrían por sus mejillas. Sentí cómo mi corazón se partía en mil pedazos al verla así. Inmediatamente busco con la mirada a la causante de que ella esté así y veo a Érica aguantándose de mi brazo. Instintivamente la solté.

Antes de que pudiera decir o hacer nada más observé a Jenny caer al piso desmayada. De inmediato corrí a su ayuda, la tomé del suelo frío y pude notar con mi tacto que ella estaba tan fría como el hielo. Sus mejillas habían perdido el rosa característico que las adornaba. Mi cuerpo se estremeció al verla así. Unos deseos incontrolables de matar a Érica me dominaban.

—¿Qué carajos le has hecho? —grité con rabia.
—¿Yo? —dijo con sarcasmo—. Yo no le he hecho nada. En todo caso, nosotros la hemos puesto así.
Yo estaba confundido, no entendía a qué se refería.
—¿Nosotros? —estaba a punto de ahorcarla—. Érica, no existe un nosotros, acaba de entenderlo.
Ella suelta una carcajada. Joder, cómo puede ser tan fría, es un maldito témpano de hielo. Su hermana está en el suelo desmayada por quién sabe qué y ella se encuentra tan calmada y tiene la osadía de reír.

—¿A qué coño te refieres, Érica? No le des más vueltas al asunto y dime de una maldita vez qué le hiciste a Jenny.
—Te dije que yo no le hice nada. Solo le conté que vamos a ser padres —mi mundo se detuvo en ese instante.
—¿Qué quieres decir con eso?
—Quiero decir que estoy embarazada y que tú eres el padre.
—No, no. No puede ser. Nosotros siempre usamos preservativos. Debes estar equivocada. Ese niño no es mío.
—No siempre nos protegimos, Dani. Más de una vez tuvimos sexo borrachos y no te pusiste preservativo —me respondió ella con toda la calma del mundo—. Puede ser que este niño sea tuyo o puede ser que no, por ahora no tenemos forma de saberlo.

Todo aquello era demasiado para asimilar. Creí que iba a volverme loco y luego mis ojos se posaron en la chica que tenía en mis brazos, tan indefensa ante esta situación. No podía imaginarme el dolor por el que estaba pasando para que una chica de carácter tan fuerte como ella terminara en esta condición. La tomé en brazos y la levanté del suelo y salí de aquella maldita casa. La coloqué en el asiento trasero del coche y la llevé a mi casa.

Me senté a su lado en la cama, observando aquel rostro angelical que tanto me gustaba. Era aún más linda mientras dormía. Cómo podría yo causar algún dolor en ese bello ángel y derrochar sus preciosas lágrimas. Me odiaba por eso, me odiaba por amarla con locura y no poder darle la felicidad que merecía. No sabía cómo íbamos a salir de esta, pero de lo que sí estaba seguro era que la amaba y no iba a permitir que nadie me separara de ella.

Esta chica de mal carácter, amante de las carreras y del color negro, con su sonrisa hermosa y sus bellos ojos verdes, su amor por la pasta y su obsesión por Game of Thrones y todas las series de ficción, se apoderó de mi corazón. Me saca todos los días una sonrisa y revolucionó mi existencia. Sacó mi monótona vida del abismo y me mostró la luz. Sabía que no iba a ser fácil conseguir que me perdonara por esto, pero yo debía conseguirlo. Tenía que mantenerla a mi lado o mi vida quedaría destrozada con el vacío de su ausencia.




Hola mis amores, que creen de la situación ¿lo perdonará?🤔🤔

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Hola mis amores, que creen de la situación ¿lo perdonará?🤔🤔. Si les gustó el capitulo regalenme su 🌟.  Recuerden que las actualizaciones son cada  3 días. Los quiero un montón. 

 

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