Daniel
Bufón, payaso, hazmerreír, tipejo, esperpento… muchas eran las palabras que se atragantaban en mi garganta viendo al supuesto “agente” pidiéndole que fuera su novia. Apreté con tanta fuerza el vaso en mi mano derecha que terminó estallando. Siento la mirada de Leo mientras pone una mano sobre mi hombro.
—¿Estás bien?
—Mejor que nunca —miento, a pesar de que sé que no me cree.
Mi lado masoquista quiere escuchar su respuesta, pero me obligo a comenzar a caminar hacia la salida, este lugar me está asfixiando. Salgo del local sin escuchar a Leo mientras habla, paro el primer taxi que veo y me alejo de ese lugar, me alejo de ella y de todo el daño que me hace. La extrañé tanto, tantos deseos de verla, hablarle, besarla…, años sin saber nada de ella y ahora, cuando por fin decido superarla, regresa a poner mi mundo patas arriba.
El taxi recorre las calles iluminadas de Madrid y yo solo puedo sentir cómo mi cariño se transforma en odio y rencor, cómo empiezo a odiar la vida por ser tan injusta. ¿Por qué nos obliga a amar a alguien que no sabe querer? ¿Por qué el amor tiene que doler? A lo mejor yo no nací para amar, tal vez lo del alma gemela es una vil mentira o simplemente existimos algunos desdichados para los que la fortuna no les llegó a sonreír o el estúpido de cupido los dejó en el olvido. Sea cual sea mi caso, me cansé de esperar una felicidad que no va a llegar o de buscar el amor cuando él se niega a darme una oportunidad.
Así sentado en el asiento trasero del taxi decidí pasar página y dejar a Jenny en el olvido, arrancar y quemar todas las hojas de nuestra fatídica historia de amor. Cuando llegué a mi ático ya no era el Daniel de siempre. Sabía que me tomaría algún tiempo olvidar mis sentimientos, pero al menos ya había cambiado mi forma de pensar y, a partir de ahora, yo no iba a ser el que sufriera. A partir de ahora solo iba a recibir cariño y no pensaba en volver a involucrarme sentimentalmente con nadie, ya era hora de crear un muro en mi corazón para que nadie pudiera entrar. Fui directo a la cama y me terminé durmiendo rápido.
Jenny
Siento las miradas de todos en la discoteca a la espera de mi respuesta. Los hermosos ojos de Joel brillan y yo, la verdad, no sé qué decir. Termino asintiendo con la cabeza sin pronunciar palabra alguna.
Joel toma mis manos y acerca su cuerpo a mí. Sé lo que va a hacer, ya lo he pensado otras veces, a qué podrían saber sus labios, si serán tan dulces como su mirada. Pero creo que no estoy preparada para saber esas respuestas y termino soltando mis manos de su agarre y caminando lejos de las personas hacia el VIP. Siento pasos detrás de mí y sé que él me sigue de cerca. Cuando por fin estamos solos, me paro frente a él.
—Lo siento por eso, pero en realidad no puedo aceptar. Has sido demasiado lindo conmigo y no quiero hacerte daño, yo no me siento preparada para querer a nadie aún y no quiero que por mi culpa se acabe esta linda amistad. Yo no sirvo para querer a nadie, todo lo que toco lo destruyo, soy un maldito desastre y tú te mereces mucho más que esto.
Joel deposita su mano derecha sobre mi mejilla y me mira directamente a los ojos.
—Lo sé, hace mucho tiempo que conozco tus sentimientos. Sé que tú no me ves de la misma manera en la que te veo yo a ti. Y estás equivocada, no eres ningún desastre, eres una mujer hermosa y fuerte, tienes muchísimo para brindar Jenny y estoy seguro de que cuando tu corazón esté listo, podrás ser una mujer completamente feliz. Y eso es lo que quiero para ti, quiero ayudarte a sanar, hacerte reír. Solo necesito que me des la oportunidad de hacerte feliz, olvidar todo lo demás. Déjame ser más que un simple amigo y yo me voy a encargar de que me puedas amar.
De un paso acortó la distancia que nos separaba. Con la mano derecha me rodeó por la cintura y pegó nuestros cuerpos hasta que nuestras narices se rozaron, podía sentir su respiración, su mirada sobre mis labios, pidiendo permiso para devorarlos.
Involuntariamente, mordí mi labio inferior y fue todo lo que necesitó para impactar sus labios contra los míos.
Sabía dulce, a miel. Su beso era lento, delicado y yo no estaba acostumbrada a eso. Enredé mi mano en su cabello para intensificar el beso, su mano bajó de mi cadera a mi culo, ya no era un beso delicado, era sexual. Se respiración era errática y empezaba a hacer calor. De pronto, rompió todo contacto conmigo y se alejó de golpe. Fruncí el ceño confundida.
—¿Qué pasa? ¿No era lo que querías?
—No —lo miré seria, mientras pasaba su mano por su rostro para aclarar las ideas—. Digo sí, claro. Hace mucho que pienso en besarte, pero creo que todo se está intensificando demasiado rápido, no quiero tener sexo contigo —lo miré aún peor, enarcando una ceja. Creo que si las miradas mataran, él ya iba rumbo al infierno—. No me mires así, Jenny, déjame terminar —se acerca a mí, respira profundo para calmarse y deposita con gentileza una mano sobre mi mejilla, mientras con el dedo pulgar me acaricia—. A ver, Jenny, claro que quiero tener sexo contigo, pero no ahora. No quiero ser otro revolcón de una noche. Te conozco demasiado bien y sé que si lo hacemos esta noche mañana vas a pasar de mí y no vas a querer nada más. Por eso quiero sanar primero tus heridas, quiero consentirte, que tomes tu tiempo para enamorarte de mí y solo cuando estés segura de lo que sientes, demos el siguiente paso.
Me quedé en silencio durante algunos minutos, analizando sus palabras. Me resultaba estúpido salir con alguien y no tener sexo, y más con un hombre como Joel, que estaba tan bueno. Pero analizando mejor sus palabras él tenía razón, en cuanto me acostara con él perdería mi interés y era Joel de quien estábamos hablando, mi amigo de los últimos años, y a él no quería hacerle daño, no podía hacerle daño. Así que no era tan mala idea después de todo, quién sabe, tal vez me podía llegar a enamorar de él.
“Miénteme, que me gusta”. Maldito mi subconsciente, que no me deja en paz.
—Está bien, Joel. Acepto, pero sabes que no te puedo prometer nada, no sé si podré llegar a amar y tampoco me gusta mucho eso de estar sin sexo.
—No te preocupes, princesa. Y ahora vámonos, ¿qué te parece si te llevo a casa?
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Amor Sobre Ruedas
RomanceSinopsis: Jenny es una chica libre, que disfruta de las aventuras y la vida.Prefiere el sexo casual y no las ataduras; hasta que la vida pone a Dany en su camino, un chico sexy, atrevido y como diría el subconsciente de Jenny (jodidamente riquísimo)...