Capítulo 15: El pasado

113 11 0
                                    

Dani

Esta vez no me quedé de brazos cruzados y corrí detrás de ella. Todos se quedaron mirándome cuando salí disparado del escenario, pero no me importaron las miradas indiscretas. Corrí como alma que lleva el diablo. En la salida del salón de reuniones no la vi, así que fui a tomar el elevador para bajar, pero demoraba mucho y terminé bajando cinco pisos y, cuando por fin llegué, ella estaba a punto de subir a un taxi. Grité con la poca fuerza que me quedaba.


-Enana.


Ella giró la cabeza y nuestras miradas se encontraron. Mi corazón quería salirse del pecho, no sé si fue por las escaleras o si ella todavía provocaba eso en mí. Cerró la puerta del taxi y comenzó a caminar hasta mí. Yo respiré profundo e hice lo mismo.


-Hola -dijo cuando estábamos frente a frente.


-¿Hola? ¿Solo eso tienes para decir después de seis años?


-Ummm, yo... -la interrumpo antes de que pueda continuar.


-¿Qué haces aquí, Jenny? ¿A qué has venido? ¿Por qué justamente hoy?


-Uo uo, suelta el acelerador y aprieta el freno, que me parece que puedes tener un accidente. Yo no vine aquí por ti.


-¿Ah, no? -la cuestiono.


-Pues no. Vine aquí porque trabajo aquí y me invitaron. Yo ni siquiera sabía que era tu empresa, mucho menos que sería una empalagosa fiesta de compromiso.


-Yo creí... -y siento cómo la voz se me quiebra, las palabras no salen de mi boca.


-¿Qué creíste, Daniel? ¿Que yo volvería corriendo a tus brazos, que me arrodillaría a tus pies y te suplicaría que no te cases, que te amo y solo contigo soy feliz mientras tú pones un anillo en el dedo de otra mujer? -suspiré, escuchando lo tonto que sonaba de sus labios. No tan dramático, pero más o menos era lo que pensaba-. Pues no, Daniel. Reacciona, este es el puto mundo real, no una novela de Jane Austen y yo no soy ese tipo de mujer, yo no me arrastro por ningún hombre, ni ando pidiendo migajas. Espero que eso te quede perfectamente claro y si quiero la luna me la bajo yo solita.


Sus palabras dolían, me estaban quemando por dentro, sentía miles de agujas pinchando mi corazón. Imaginé tantas veces este reencuentro, pero en ninguno de mis posibles escenarios sucedía esto. Recogí el poco orgullo que me quedaba y recuperé mi calma habitual.


-Tienes razón, enana. No sé en qué estaba pensando.


-No me llames enana, ya no soy una niña.


-De nuevo, tienes razón, ya no eres una niña, eres toda una mujer -recorrí su cuerpo con la mirada y sentí que si salía de allí acabaría rogándole-. Y tampoco eres mi enana ya. Ah, y en cuanto a lo de la luna, no alcanzas siquiera el azúcar en la alacena, pues ahora la luna... Pero no te preocupes, que me queda claro tu punto de vista. Adiós, Jenny.


-Adiós, Daniel.


Sin esperar a que se marchara le di la espalda y me fui. No quería ser otra vez el que se quedara atrás viéndola irse y abandonarme.





Jenny


El corazón se me parte un poco más cuando lo veo irse. No sé por qué me dolió tanto verlo con ese estúpido anillo. Yo sabía que nuestros caminos se cruzarían tarde o temprano, solo que sucedió más bien temprano y aún no estaba psicológicamente preparada para eso y menos aún para verlo pidiendo matrimonio a otra chica.


Tal vez fui demasiado dura con él, no quería hacerle daño, pero es mejor que me olvide y siga con la bonita vida que ha creado. Una lágrima rebelde rueda por mi mejilla, la seco y decido salir de allí cuanto antes. En el taxi decido llamar a Josy.

-Hola, nena.


-Hola, Josy. Necesito tu ayuda con algo. Voy a llevarte un papel para que revises y me digas si hay forma de romper el contrato.


-Ok, nena. Pasa por la oficina mañana o si prefieres ven ahora a casa, Eli está preparando la cena.


-No, gracias, estoy agotada. Mañana nos vemos, chao.


-Chao.


En la soledad de mi departamento comienzo a cuestionarme si hice lo correcto o si debí correr a sus brazos en cuanto vi esos hermosos ojos esmeralda que me enloquecen. Preparo la bañera, música y una copa de vino y me dispongo a relajarme. Suena la canción de Selena Gómez, Love Will Remember, y cierro los ojos para no llorar. Me prometí no volver a ser débil nunca más, ni siquiera una lágrima volver a derramar, y aquí estoy, triste y sola, sin poder olvidarle.


Despierto temprano en la mañana y voy al bufete de abogados de mi amiga, donde la morena me espera, con un elegante traje de negocios gris. Pero llama la atención algo diferente, sus hermosos y largos rizos negros desaparecieron, dejando un corte pixie con tan solo unos pocos rizos.


-Te ves hermosa -la saludo.


-Gracias. A ver, ¿qué sucede?


-Um... ¿sabes que empecé a trabajar en una empresa nueva? -Ella asiente con la cabeza. -Bueno, ayer hubo una fiesta para conocer al dueño. Es Daniel.


-Espera un momento. Daniel, Daniel, Dani, tu Dani, el alto riquísimo de ojos azules... -ahora es mi turno de asentir-. Guau, en serio, no me lo creo. Qué caprichoso el destino. Pero aun no entiendo, esto es bueno, se pueden arreglar, una nueva oportunidad. ¿Por qué quieres cancelar el contrato?


-Eso no fue todo. No solo era una fiesta, era una fiesta de compromiso. Exactamente con esa cara me quedé yo cuando lo vi pidiendo matrimonio.


-Y entonces, ¿qué paso? ¿Te vio?


-Nada, qué va a pasar. Lo mismo de siempre, salió mi mal genio y acabamos peleando.


-Eso no fue mal genio, eso fueron celos.


-Bueno, lo que esa. Pero necesito irme de ahí, no puedo trabajar tan cerca de él. No voy a poder concentrarme en mi trabajo.


-A ver, dame el contrato, déjame echar un vistazo -lo ojea y lee un poco-. Estás completamente jodida, es imposible. No hay lagunas legales, no hay nada, y si cancelas tienes que pagar una cantidad extraordinaria. Así que mejor vete haciéndote a la idea de que tu ex será tu jefe, y no creo que te guarde mucho cariño, después de que rompiste con él te esperó dos años, Jenny.


-Espera, ¿qué?


-Él estuvo esperado por ti durante dos años. Intentamos decírtelo, pero nunca quisiste escuchar. Luego de que te fuiste, el análisis de sangre probó que el niño de Érica no era suyo, él nos buscó y nos dio la noticia, para que habláramos contigo, pero tú...


-Sí, ya entendí, fui una hija de puta -respiré profundo y me puse de pie-. Bueno, Josy, gracias por la ayuda. Voy a hablar con mi manager a ver qué me dice.


-Oh, el famoso manager. No puedo creer que después de seis años aún no lo conozcamos.


-Es cierto -digo, recordando-. Vosotras nunca llegasteis a conocer a Joel. Tenemos que arreglar eso pero ya. Esta noche salida al bar de Dylan.


-Ok, nos vemos.


-Por cierto, te queda hermoso el cabello, aunque creo que extrañaré tus largos rizos.


-Gracias y hasta más tarde.


Salí de la oficina y le envié un mensaje a Joel y le dije que lo invitaba a cenar esta noche. Llamé a Isy para ir de compras, Josy y Eli están muy ocupadas en su trabajo, así que solo me queda Isy.


Amor Sobre Ruedas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora