XXIII. Una simple platica

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-Oye México- Perú llamó la atención de su hermano, quien se movía con suavidad por el cuarto, al ritmo de una cumbia de una canción de la radio, como un mar en calma acariciando la arena. Si, en esta época y día, con tantas plataformas de música y video, México prefería escuchar la radio.

Pero los gustos de su hermano no eran lo importante para Perú, al menos, no en ese momento.

Esa tarde, España, Argentina, Chile y Uruguay habían salido a quien sabe dónde, los trillizos y Panamá habían ido de fiesta y los demás hermanos estaban en la sala, organizando un tornero de Mario Kart.

Fue el momento que Perú aprovecho para colarse en el cuarto de México, con un postre ahogado en alcohol, que, para su alivio, comía como si no hubiese un mañana.

-¿Dime?- preguntó con voz animada, dejando de bailar y tararear.

Perú dudó. Necesitaba que su hermano le diera alguna pista sobre el estúpido alfa que, aún tras seis años, se negaba a deshacer el vínculo. La ira se desató en él, si ese patán cortaba el lazo, su hermano no sufriría más pero no, al parecer esa persona debía ser un villano sádico que solo quería hacer sufrir a México.

-¿Purecito? ¿Chamaco, estas bien?- se había quedado tanto tiempo callado que eso alertó a México.

-Si, es solo que me quede pensando- confesó Perú.

-¿En qué?- inquirió curioso su hermano, empezando a arrastrar las palabras-. No me vayas a salir que estas así de embobado por alguien, o ahora mismo llamo a padre para que te haga entrar en razón.

-¡No! Dios ¿no pueden dejar ese tema por la paz? - la vergüenza se apodero de su rostro.

-Jajajaja no te molestes hombre- México se acercó y lo golpeo suavemente en el hombro- solo es cotorreo. Además, nadie diría nada si no fuera por tu nueva ropa.

La razón de su cambio se debía simplemente a que el regreso a clases estaba a pocos días y, para fortuna de Perú, había sido seleccionado para ganarse una beca que cubriría el 80% de la matricula, lo que significaba que tenía dinero para actualizar su ropero. Aún con una razón tan lógica, su familia prefería molestarlo acusándolo de tener una pareja. Recordó con molestia al tonto de Uruguay y su comentario nada acertado unos días atrás.

-Fue idea del doc, para mejorar mi autoestima- en parte también era cierto, aunque tampoco iba a negar que había disfrutado salir con Venezuela, México, quién se sintió lo suficientemente fuerte para acompañarlos, y Guatemala, haciendo tonterías, riendo y probándose distintos atuendos. La verdad, la mayoría de sus nuevas ropas las había escogido porque México lo había sugerido.

-Es que si nos asustamos- confesó el mexicano, con un tono un tanto melancólico-. Nuestra clase suele arreglarse cuando quiere verse más atractiva para cortejar a alguien- comentó con sarcasmo y haciendo comillas en el aire.

-"Los alfas demuestran capacidad y los omegas apariencia"- recitó Perú de memoria- como odio a Fraudemberg-

-Todos los omegas odiamos a Frandemberg*- afirmó y corrigió a su hermano- pero fue un pionero en su época.

-Ajá-contestó simple.

-Entonces... ¿en serio no hay alguien que te guste?- pregunto con voz sugerente y arrastrando las palabras.

-No- respondió tan rápido y cortante que, en lugar de negación, sonó a una mentira.

-¿En serio? ¿Nadie que te mueva el tapete?- pregunto hipando México, el postre ya le estaba cobrando factura, justo lo que esperaba Perú.

-Nadie- sabía que su hermano no se rendiría tan fácil, así que su única salida era esperar que el alcohol lo despistará para que no siguiera preguntando.

-No te creo- dijo con voz burlona- Ándale Perú dime- Pese a su edad, México podía ser muy tierno cuando se lo proponía, justo en ese momento sonreía con inocencia, sus grandes ojos ámbar brillaban como soles y sus mohines eran la personificación de la pureza.

-Te digo si tú también me contestas algo- de pronto tuvo una idea.

-Va- México ensancho su sonrisa, trato de fijar su alcoholizada vista y pellizco las mejillas de su hermanito- a ver Perúcito corazón de melón todo chiquito todo panzón, ¿qué se te hace atractivo en una persona?

-Que sean chaparros, morenos y de ojos negros- respondió rápido- y gordos.

México lo vio parpadeando con incredulidad, más Perú parecía tan seguro con su respuesta que no dudó ni un instante.

-Bueno, para gustos, colores- se encogió de hombros y lo soltó, comiéndose el ultimo trozo del postre. Perú respiro hondo antes de soltar su pregunta.

-¿Y tú? Si tuvieras oportunidad, ¿Qué rasgo te gustaría en una pareja?- México se quedó callado, arrastrándose con calma sobre su cama y cayendo sobre las almohadas. Por un momento, su hermanito temió que todo el alcohol lo hubiese puesto más débil de lo esperado y que no respondiera.

-Violeta- susurró a la nada y con un extraño gesto en la cara- ojos violetas.

Dijo lo último y cayo dormido. Perú se bajó de su cama y arropó a su hermano con cuidado, luego, limpio cualquier migaja que pudiese delatarlo.

"El alfa busca y marca al Omega como propiedad para generar descendencia propia, pues la única función social, cultural y biológica de este último es, justamente, parir; es por eso por lo que un omega sin marca tiende a la promiscuidad, buscando cualquier pareja para satisfacer sus deseos de reproducción. Ahora bien, los Omegas tienden a crear la ilusión, inconsciente, de la pareja ideal para ellos, a partir del instinto. Siempre prefieren ciertos rasgos en un Alfa, por cuestiones genéticas, más una vez marcados, no hay Omega que pueda negar, mentir o deformar las características de su dueño".

México era un omega marcado, aún si odiaba al Alfa que lo había hecho suyo, nada cambiaba el hecho de que su instinto añorara alguna cualidad de este. Al parecer, para el pelinegro lo importante de su alfa eran sus ojos violetas.

Perú suspiró frustrado, pues ninguna de las fotos que le había mandado USA tenía alguna persona con aquel color de ojos. Era más que seguro que el americano le estaba tomando el pelo, que le ocultaba cosas, y eso lo molestaba.

Los siguientes días trató de contactarlo sin éxito, sus mensajes y correos no eran leídos, sus llamadas nunca conectaban y cuando fue a su oficina en un par de ocasiones, solo le dijeron que no estaba. Estaba tan estresado que se juró que, si lograba volver a verlo, le sacaría los ojos.

Pero también tenía miedo de enfrentarse a él. Su estómago se hizo un nudo cuando recordó la facilidad con la que lo atrapo entre sus brazos. Si algo así volvía a ocurrir... un escalofrío recorrió su cuerpo.

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Hello! Buenas buenas

Cómo están? Espero que bien y si no... bueno, no hay mal que no se ponga peor . Motivaciones vergas. 

En fin, solo quería aclarar una cosita, un detallito que no afecta en si a la historia:

El doctor August C. Frandemberg es un producto de mi imaginación, donde es un psicólogo y psiquiatra de inicios de los 1900, especializado en la conducta de las clases y su interacción, solo que sus textos son extremadamente denigrantes sobre los omegas, pues los menciona como débiles, sumisos, y cunas andantes. Digamos que este autor imaginario es el causante de los estereotipos que llegan a sufrir los omegas. Por eso Perú lo llamó "Fraude"mberg. 

Y solo quería aclarar el detalle... eso es todo... bye bye... :v

EL TRATO (USA X PERÚ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora